Mi hasta nunca al WBK Poland: la verdad

Era un día soleado, de unos 10 grados de temperatura; lo cual no está nada mal para ser Polonia; y desde el comienzo al levantarme, presentía que algo iba a ocurrirme. Es de estas veces que sin saber muy bien la razón, presientes de maravilla que algo importante se te viene encima, sin saber muy bien si será bueno o malo. Solo sabes que el estómago se te empequeñece y que la cabeza no quiere darle vueltas al tema, si bien todo tu ser sabe que va a ocurrir y que sin saber qué, dónde ni cuándo, te cogerá por sorpresa y ¡zas!

Tenía clases por la mañana y más tarde también por la tarde; y ya en las clases de por la mañana, cada vez se me removía todo más por dentro. Algo me atrapaba, el alma me gritaba socorro y no sabía muy bien qué hacer, por lo que solía atender como atendía siempre (qué bonito me ha quedado eso por favor), y dejé de pensar en ello.

Nunca he sido supersticioso pero todo se estaba desviando positivamente en los últimos momentos y debía reventar por algún lado. A las anteriores salidas nocturnas en las que demasiadas mujeres se me acercaban y yo siempre firme y en mi sitio seguía bailando sin hacerles caso; se unía a que una chavala me estaba empezando a gustar en la Erasmus y notaba que yo a ella. Todo venía de una reciente ruptura con mi ex, de la cual seguía claramente enamorado y de la que pensaba muchas veces por semana; por lo que firme como nunca yo seguía pasando de todo el género femenino que me rondara.

Pero ese no era el tema, y con lo que hay que quedarse es con que todo en los últimos días se me desviaba positivamente, ¿y qué ocurre cuando se te desvía todo positivamente?

Pues según mi teoría de las desviaciones; que tarde o temprano todo se equilibra al más puro estilo Aristóteles y por tanto algo malo me pasaría que si bien podría desviarlo, también podría llevarlo al otro extremo en un golpe brusco e inesperado. Eso era lo que yo sentía y eso era lo que me iba a pasar.

¿Cómo terminó la mañana?

La mañana terminó sin sobresaltos; volviéndome como siempre con mis queridas dos compañeras de Zaragoza andando desde la facultad de derecho y con más ganas que nunca de comerme algo contundente. Nunca fui de tener hambre pero es que lo siento por repetirme pero...... se iba acercando el momento del día y con el transcurso de los minutos mi cuerpo más me avisaba que estuviera atento, muy atento a todo.

Comencé a mirar por todos lados, hasta el punto en el que una de ellas me dijo:

- "Antonio, normalmente eres raro y eso, pero eres maaaajo (con ese acento que si bien al principio te quedas en plan.... ¿eing? luego añoras sin dudar); hoy estás diferente, en tu mundo".

- ´"Elwiri, tienes razón, siento que algo se me viene encima y no puedo pararlo".

- "Ah, pero..... ¿tú crees en esas cosas? Te creía más racional".

- "Y lo soy, pero es que es de las pocas veces en mi vida que me ha pasado; leeré el horóscopo a ver qué me dice".

Mencionar que no soy ni mucho menos supersticioso y que por supuesto lo leía más por la gracia de a ver qué dice que por otra cosa. Pero es que aquel día incluso el horóscopo lo dejaba claro, recordando parcialmente lo que decía, si bien me permitiréis que no use las palabras exactas (estoy bueno pero tampoco es para tanto).

Nota: soy muy irónico y suelto muchas locuras; y sumando a que llevo horas escuchando el soundtrack de la película ocean´s eleven; pues ya me diréis si no es hasta lógico.

Como decía, el horóscopo decía algo así como: Leo, este mes sigues en tu estado austral. La suerte te acompañará como norma general pero hoy especialmente deberás tener cuidado porque la quinta luna de Júpiter se cruza con la tercera de Saturno y eso significa que si no controlas tus actos, vas a acabar mal (lógicamente lo de las lunas y eso está un poco sacado de la manga, peeeerfectooo).

Todo absolutamente todo me lo decía a gritos y yo no quería verlo; no quería creer lo que estaba pasando, y por ello comí como siempre, sino esta vez con algo más de mayonesa de la cuenta en los macarrones con atún para calmar mi angustia interna.

Diooooss Antonio, deja ya de explayarte (¿así es el verbo?) tanto y ve al grano por favor.

Llegaba la tarde y tenía una clase más esta vez sin mis queridas mañas en la facultad de Ciencias políticas. Ese detalle lo cambiaría todo.... todo..... todo....

¿Por qué?

Pues sinceramente os lo contaría ahora, pero es que me duele la espalda sobremanera y sigo siendo tan jodidamente de mi pueblo (por llamarlo de una manera no violenta) y seguiré creando algo de suspense.....

Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamoooss, vamooooooossssssssssssss gente seguimos aprendiendo, seguimos mejorando.

 

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