Buen Entreno Pre-Party Erasmus

Después de la Information Meeting donde nos dieron toallas los amables señores y señoritas de la ISO tocaba desparrame. Y qué mejor lugar que Łódź Kaliska, una de las discotecas que frecuentan los Erasmus en Łódź.

Pero lo primero es lo primero. Salir de fiesta estando de Erasmus es como un entrenamiento físico. El primero de todos los pasos es la alimentación. Ese día tocaba cenar bien porque íbamos a sufrir. Así que hicimos un par de platos de pasta bien serios. Vamos raciones de unos trescientos gramos de pasta per cápita (para los de la LOGSE, por cabeza) con sendos trozacos de pollo troceados en cachitos pequeños, repartidos entre la pasta y aderezados con salsa de tomate natural (evitad en la medida de lo posible el tomate frito, sé que es difícil y es tan práctico y cómodo... pero no es lo más sano, desde luego). Toque de queso rallado para pasta o en polvo al gusto y toque de orégano. Delicatessen.

Después de tamaña cena digna del propio Baco (también conocido como Dioniso en la mitología clásica griega), cuyo lugar en el Olimpo era el de dios inmortal del vino, el jolgorio y las fiestas, pusimos rumbo hacia el lugar donde solíamos calentar. 

Porque ese es el segundo paso de todo buen entrenamiento, el calentamiento. Hay que calentar los músculos que se van a trabajar durante el entreno, para lo cual nosotros elegimos Biblioteka, de la que ya os he hablado alguna vez. Era el lugar común pre-party Erasmus en Łódź. Pero esta vez fuimos con nuestros compañeros de piso polacos, con los que todavía no habíamos salido.

No estuvo mal, nos pusimos en una mesa con sus velas románticas y nuestras pintas de cerveza no tan románticas pero más sabrosas que las velas, probablemente. Lo malo es que nos pusimos en una mesa que estaba en el centro de paso de todo el pub, con lo cual la gente no paraba de pasar por un lado y por otro, rozando partes nobles por la nuca y demás delicadezas que no gustan a una dama como yo. Al menos en mi caso, cuando me veo en la necesidad imperiosa de pasar por algún lugar lo suficientemente estrecho como para saber que vas a tener que rozar a la pesona en cuestión que ocupa tranquilamente su sitio tengo la delicadeza de preguntar. Por ejemplo en aviones, trenes, buses o en este caso en algún pub demasiado lleno como para pasar holgado, vamos ancho y sobrado, suelo dirigirme a la que será la víctima de mi descarado rozamiento carnal con un elegante:

-Ahora una cuestión de etiqueta; cuando pase, ¿quieres que te ofrezca el culo, o la bragueta?

Esto tiene una eficacia del noventa y cinco por ciento. Sí, niños, todavía queda un cinco por ciento de gente rara sin sentido del humor. Qué lástima. ¿Que por qué tan alto porcentaje de éxito? Bueno, si tenemos en cuenta que hay una rima que siempre hace que la frase en cuestión tenga más "pegada" y que se una genialidad (otra de tantas) del brillante guión de la no menos brillante película "El Club de la Lucha", esa joyita del noventa y nueve dirigida por David Fincher, con guión de Jim Uhls, que a su vez se basó en la novela de Chuck Palahniuk. Y que cuenta entre su reparto con actorazos de la talla de Edward Norton (este tipo estará creo que siempre en mi TOP 5), Brad Pitt (que aunque joda, el cabronsete además de guapo no es mal actor), y Helena Bonham Carter, que bueno, tiene ese nosequé que qué se yo en todas sus películas.

El caso es que la gente allí ni tenía la delicadeza de preguntar. Simplemente tomaban una decisión y allá que iban empujándote con su culo o su zona inguinal de entrepierna contra tu cerveza. Qué egoístas desconsiderados. Pocas veces he visto semejante falta de caballerosidad en la vida nocturna polaca (já, já,     já).

Bueno así que a la mínima ocasión decidimos movernos a uno de esos sillones cómodos pero llenos de polvo y vaya usted a saber qué tipo de bacterias infecciosas. Pero en ese momento no piensas que tu piel está siendo comida por bichos microscópicos (ñiej), sino que estás pensando que el culo reposa más blando que en la silla mientras le das al bebercio. 

Entre discusión y discusión sobre la cultura popular polaca, el libre mercado y cómo la zona del Este de Polonia afectaba a la circulación de ciertas mercancías hacia el Oeste europeo, un poco de política, religión y literatura, llegaron a la mesa un par de amigas de otras amigas que conocían a los polacos también, así que creamos en un momento una mesa redonda internacional Erasmus donde discutir temas de todo tipo.

Pero como habían llegado las chicas empezamos a hablar de hombres, de franceses guapos, de estereotipos masculinos y femeninos y de por qué ellas son más inteligentes que nosotros (o les gustaría serlo). Uh, que ya me veo la horda de feminazis sedientas de sangre echárseme encima (no literalmente, gracias). No se malinterpreten mis comentarios pseudomachistas de cuando en cuando. Son sólo bromas, también las hago en contra de los hombres. Pero comprenderán que es más fácil hacerlas en contra del sexo débil, por eso de que tienen muchas más deficiencias y carencias objetivas de las que reirse. Já, ahí tienen una.

Comentarios como ese son los que provocaron la situación que veis en la foto. Miradas asesinas de las hembras de la mesa. Aunque algunas miradas de admiración y deseo también se le escapaban a más de una. Como es natural ante una actitud alfa divertida, de la que ya os hablaré en futuros posts en la línea de "Seduciendo en el Camino" o algo así, que tenemos que aclarar todavía el tema de ese blog para la seducción Erasmus.

Eso formaba aun parte del segundo paso, el calentamiento. Vas caldeando el ambiente y cogiendo combustible para lo que viene luego. Ahí llegamos al tercer paso.

El tercer paso de todo buen entrenamiento, el entrenamiento en sí, los ejercicios. Aquí viene cuando ya has dejado de calentar y empiezas a levantar mancuernas. En este caso pintas de cerveza. Ahora a un ritmo constante y con repeticiones marcadas para definir bien. 

Así que pusimos rumbo al lugar donde tendrían lugar los ejercicios en sí. Donde se jugaría el partido. El meollo de todo el asunto. La Erasmus Welcome Party en sí misma. Donde había que darlo todo. En este caso en la discoteca Łódź Kaliska. Pero como ahí se nos fue un poco de las manos mejor os lo cuento en otro post...

To be continued...

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