Hotel Libertador Lima, nuevas experiencias

¡Hola a todos! Espero que cada uno de ustedes se encuentre muy bien, vamos a seguir contándoles sobre mi experiencia en el hotel Libertador Lima, pues como les estaba contando en la anterior parte, decidí finalmente seguir continuando en el trabajo y no dejarme llevar por las malas actitudes que había recibido de mi primera jefa.

En todo este tiempo aprendí muchas cosas, la relación con mi jefa también mejoro y mientras estos meses pasaban también aprendí a hacer otras actividades como por ejemplo lavandería, algunas cosas de mantenimiento y ya habían pasado casi unos seis meses, se preguntarán que había pasado con mi proyecto de viaje a Estados Unidos, ahora se los cuento.

Viaje a Estados Unidos Cancelado

En aquella oportunidad todos los que habían hecho ya un Work and Travel rumbo a Estados Unidos y habían llegado después de su fecha de clases era un pecado para la Embajada al momento de solicitar la Visa J1 por lo que si bien yo tenía todos los papeles en regla, ese pequeño detalle jugaba en contra de mí pues en mi anterior viaje a Estados Unidos yo había regresado un 7 de abril a Perú y en San Marcos la universidad donde estudiaba las clases habían empezado una semana antes, para ser exactos en la última semana del mes de marzo.

La embajada de Estados Unidos en Perú tenía esta información de cada una de las universidades del Perú por ello no sabía si ir o no a mi cita con la embajada, fue una decisión que me costó mucho poder tomar y al final con todo el dolor de mi corazón tuve que anular mi programa de Work and Travel a Estados Unidos por el 2009, esto debido a que muchos chicos de mi salón que también iban a la embajada por otra vez, le negaban la visa por haber regresado igual que yo después de la fecha.

Lamentablemente quede mal con mi trabajo de Snowmass, les tuve que decir que no volvería a trabajar por el problema de la embajada, a mi parecer Estados Unidos se volvió más estricto con la visa J1 porque en aquella época ya estaba comenzando la crisis económica en la tierra del tío Sam por ello era mucho más difícil poder hacer este tipo de solicitudes de viaje.

Como todo esto había llegado a mi vida de sorpresa, no me quedo de otra más que permanecer en Lima y con ello pues se me presento la oportunidad de poder permanecer más tiempo en el trabajo donde me encontraba en aquel momento en el hotel Libertador Lima, me renovaron mi contrato por seis meses más como cuartelero de pisos en el área de Ama de llaves.

Momento para pasar a ser un botones

Era ya el mes de febrero y como en aquel momento existían solo cuatro botones, ellos tenían que empezar a salir de vacaciones, entonces me dijeron que yo los reemplazaría en los días de la semana donde uno de ellos no estaba por lo que empezaba entonces a hacer a la semana tres días de botones y tres días de camarero de habitaciones.

Era la primera vez que empezaba a cargar maletas en el hotel y empezaba a tener esta nueva experiencia en el hotel, y en mundo de la hotelería, ser botones me gustó mucho ya que recibía mucho más propinas que cuando trabajaba como cuartelero de pisos, al día creo que me hacía como unos 20 soles de propinas mínimo y con ello yo me sentía en mi gloria.

Aquí siendo botones también empezaba a ayudar a los recepcionistas con los que tenía turno en el trabajo por ejemplo había momentos en que tenía que contestar las llamadas externas y hacer transferencias, también me tocaba orientar a los visitantes cuando llegaban para los salones de eventos o cuando tenía que ir a la salas de eventos para ayudar a las personas a conectarse con el internet 

El trabajo de botones era mucho más de estar en contacto con los huéspedes y con el mundo de atención al cliente que era lo que me estaba empezando cada vez más y más a engatusar, por otro lado cuando terminaba mi turno no me sentía tan cansado como cuando hacía mi turno de camarero de pisos.

Aquí en esta imagen les quiero presentar a dos personas muy importantes para mí en mi crecimiento dentro del Hotel, a mi amigo Rafael y mi maravillosa amiga Karla de Recepción quien fue la que me motivo para luego postular al hotel Westin Lima, en esta foto nos encontramo dentro de la parte de Recepción cuando yo ya era supervisor de seguridad:

Un día de Mozo

Experiencias adicionales a esta también tuve, recuerdo una vez que me agarraron para poder ser mesero a un señor que tenía un almuerzo con sus invitados en un sala privada del hotel, nunca en mi vida había llevado platos de comida ni mucho menos había tomado la orden del pedido de comida y lo más gracioso de todo ello era que tenía que hacerlo como si fuera un mozo más del hotel sin que nadie me haya enseñado.

En esa oportunidad, justo cuando intentaba llevar la botella de agua o mejor dicho una jarra de agua helada cometí el error de mojar a uno de los invitados del lugar con todo el agua que le  cayó encima de su traje de terno, ese día me di cuenta que lo mío no era el departamento de Alimentos y bebidas y desde allí les confieso que no he vuelto a ser mozo en ninguna otra parte, con esto me di cuenta claramente que lo mío era el departamento de Room Division donde luego empezaría a hacer línea de carrera. 

Mis primeras vacaciones pagadas en toda mi vida ¿A dónde me voy?

Julio del 2010 había llegado en un abrir y cerrar de ojos en esa oportunidad por primera vez en mi había iba a tener mis primeras vacaciones pagadas de trabajo, me dieron un mes de vacaciones y no lo podía creer.

Nunca antes en mi vida había tenido unas vacaciones pagadas, si bien es cierto en el Swissotel Lima había durado más de un año en el trabajo pero como pase de practicante a intermitente, contaba como un nuevo periodo de trabajo así que cuando renuncie a dicho hotel las vacaciones me la pagaron en dinero pero no en días al momento de mi liquidación final.

El tiempo iba pasando a la velocidad de la luz y como era una ocasión especial decidí entonces con mi dinero de vacaciones del trabajo comenzar un viaje hacia uno de los lugares que siempre había querido conocer.

Machu Picchu en Cuzco, compré mi pasaje de avión y era la primera vez que iba a tomar un avión (bueno en si la segunda, la primera vez fue cuando era un bebe cuando me llevaron a la selva peruana) de todas maneras la emoción de estar sobre el cielo y de ver desde lo alto las nubes es algo que no voy a olvidar.

Para mi buena suerte también en este viaje mi familia decidió emprender un viaje a Cuzco en las mismas fechas en las que yo viaje, si bien no viajaron ni mis padres, ni mis hermanos, si lo hicieron mis primos, primitas, tíos y tías, éramos una verdadera “mancha” como decimos en Perú.

Por otro lado, les cuento que yo planifiqué mi viaje por cuenta propia así que cuando yo llegué a Cuzco mi familia ya había llegado unos días antes que yo a la ciudad del ande, estar en Cuzco fue sin duda alguna una de las mejores experiencias que pude tener puesto que me llene de tanta energía positiva como nunca antes un sitio me ha podido dar.

Las calles empedradas de Cuzco, sus casitas con techo de teja, las construcciones incaicas como el Coricancha o también conocido como el Convento de Santo Domingo todo ello me maravillo desde el primer momento que lo vi, este viaje también fue toda una aventura debido a que no había hecho ninguna reserva ni la de la compra de la entrada para ir a Machu Picchu, como en aquel entonces todavía era un estudiante de la universidad aproveché en comprarme mi billete turístico de estudiante nacional que me permitió poder conocer diferentes lugares de la ciudad de los incas.

El viaje de Cuzco fue uno de los viajes más estupendos que pude tener en mi vida, mis amigos de la universidad ya lo habían hecho cuando estábamos en un curso del mismo, pero como en aquel entonces yo trabajaba en Swissotel Lima me había quedado con todas las ganas de poder tener esta experiencia maravillosa con todos ellos.

No hay duda, la fuerza de los apus de los andes me ayudó, no solamente a pensar, reflexionar, maravillarme con cada una de las cosas que iba conociendo aquí sino que después de regresar a Lima mi vida en el trabajo volvería a cambiar y vaya ya que sí cambio.

Todo sucede por algo, aquí en Cuzco compartí momentos inolvidables con mi familia además que pude empezar a tomar muchas fotos de aquella increíble experiencia dándome cuenta de lo maravilloso que era el legado de los incas, la verdad es que una semana me quedo ¡chica! Para poder recorrer todo lo que se podía encontrar en ella  

Hablando un poco del hotel

Ahora también les quiero contar un poco de la estructura del hotel, el hotel cuenta con 54 habitaciones entre habitaciones con cama matrimonial y con cama doble, además de tener habitaciones con diferentes categorías como Superior, Deluxe, Gran Deluxey y Suite.

Por otro lado el hotel también cuenta con tres salas de evento más un pequeño directorio, en el segundo piso se encuentra el primero de ellos que es el salón Salcantay, en el piso doceavo se encuentra el salón Quenamari y en el piso treceavo se encuentra el salón Mirador (este es el salón más grande y bello que tiene el hotel puesto que desde aquí a través de sus paredes de vidrío se puede tener una increíble vista de los campos de Golf de San Isidro)

En el primer piso tiene una entrada que se encuentra con unas previas escaleras como anfitriona para llegar  a ella, hacia la mano derecha se encuentra la zona de un pequeño Business Center, en el centro del lobby para la parte del ingreso se encuentra el counter de Recepción, luego de pasar Recepción hacia el lado izquierdo se encuentran el bar del hotel que se llama “Bar Balcón” y al frente de él se encuentra el restaurante donde se sirve el desayuno buffet, además del almuerzo y la cena a la carta.

La llamada que cambio mi vida en Libertador Lima

Mis vacaciones en Cuzco estaban ya terminando, había ya regresado a la ciudad de Lima y con ello pues sentía que había aprovechado al máximo cada uno de mis recorridos en la ciudad imperial además de pasar el resto de días en Lima visitando amigos, viendo mis familiares y por su puesto hacer algo que me encantaba siempre ¡dormir!

Recuerdo que estaba en mi casa viendo televisión en un tarde era un día viernes, en ese momento recibí la llamada de Recursos Humanos para decirme algo que no me lo esperaba, me estaban diciendo en aquel momento que ya no volvería a trabajar como camarero de habitaciones del hotel sino que me habían pasado ahora como supervisor de seguridad ¡había ascendido! Era una nueva oportunidad que se me presentaba y con ello se me abrían nuevas puertas en el mundo de la hotelería, este momento fue importante para mi puesto que estaba ya terminando mi etapa de camarero de habitaciones para empezar con otras posiciones dentro del hotel y del siguiente donde me toco a ir, mi vida profesional empezaba a cambiar y a dar un giro de 180 grados para bien.

- En esta siguiente imagen me encuentro en el Business Center del Hotel- 

Cambios

Estos cambios sorprendieron a muchos, y claro también a mí ya que yo nunca me lo esperaba lo que más bien les cuento era que quería hacer era irme a postular a otro hotel de la cadena que se encuentra en el valle sagrado de los incas o también conocido como Urubamba que se llama “Hotel Tambo del Inka Luxury Collection Resort & Spa” mi intención era postular en ese hotel como supervisor de ama de llaves pero me estuve animando recién el último día de la convocatoria, y cuando fui a Recursos Humanos al finalizar mi turno me dijeron que ¡ya no podía postular! Y que la convocatoria había terminado, sin embargo me dijeron también que tuviera paciencia puesto que de todas maneras se venían cosas buenas, yo en ese momento no entendía nada.

Era momento de empezar a hacer un cambio en mi vida profesional, deje mi experiencia de los coches de limpieza y de las habitaciones para ahora empezar a estar en el lobby del hotel y dar mis recorridos en todos los ambientes del hotel, tanto los de personal como los mismos ambientes públicos aquí aprendería a tener más tino para poder expresarme con las personas, y con ello no quiero decir que antes no lo tuviera solamente que esta experiencia me sirvió de mucho para poder darme cuenta que el mundo hotelero era tan amplio y habían tantas oportunidades que una vida quedaría corta para poder aprender todo lo que se puede hacer, en verdad nunca se deja de aprender siempre hay cosas nuevas, sistemas nuevos, además de entender a los demás y obtener esa empatía laboral que he ido obteniendo por el paso de los años.

Algo gracioso de este cambio de pasar a otra área y de tener solo como jefe directa a la encargada de Recursos humanos era que por ejemplo el vigilante que antes me bromeaba y me trataba por momento como un trapo se convirtió en mi subordinado y de la noche a la mañana empezó a cambiar conmigo, nunca antes había tenido gente a mi cargo y esta experiencia me dio la oportunidad de seguir creciendo.

Por otro lado también mis horarios empezaron a cambiar, ya no trabajaba ocho horas que es el famoso horario hotelero sino más bien cambie a tener el horario administrativo trabajando de lunes a viernes y descansaba los sábados y domingos, nunca antes tampoco había tenido dos días de descanso y estos días los aproveche para poder retomar mis clases de inglés en el centro de idiomas del Británico además de poder tener más tiempo para poder compartir con los míos y con mi familia.

Adicionalmente a ello, estar en esta posición me ayudo a ver desde cerca el movimiento de Recepción y de botones, si bien aún nunca había sido recepcionista desde donde me encontraba podía ver todos los movimientos y así de paso yo también iba aprendiendo con todas las cosas que ellos tenían que enseñarme a mí, empecé a conocer nuevas personas o mejor dicho a tener mucho más confianza con gente que antes no había tratado tanto y me sentía muy feliz de haber empezado a tener esta experiencia, lo vi como un reto y así permanecí hasta el siguiente año en el mes de marzo cuando me tuve que trasladar a otro hotel de la cadena libertador esta vez en el edificio más alto de Lima de aquel momento, el hotel Westin Lima & Convention Center, sin querer queriendo como les dije en mis primeros artículos de esta vida laboral empezaba a hacerme una línea de carrera en el mundo hotelero.

El día que apareció mi cacharro en el Comercio

Esta anécdota me dio risa, y me acuerdo que una mañana llegaron unos fotógrafos al hotel para hacer una entrevista a la señora encargada del área de eventos y de paso también tomar fotografías sobre los diferentes ambientes que se encontraban en el hotel Libertador Lima.

Como los botones del hotel eran todos mayores que yo, en ese momento me dijeron a mí para poder posar y tomarme una foto con la entrada del hotel y así lo hice, unas dos semanas después salió dicha foto en un suplemento del Comercio donde hablaban no solo del hotel Libertador Lima sino de la coyuntura de los jóvenes en el mundo del turismo y de las potencialidades que tenía el turismo para el país además de mencionar algunos hoteles y centros de enseñanza.

El Diario el Comercio es el diario más importante de mi país y no lo podía creer, esa fotografía quedo para el recuerdo y lo único que hice fue tomarle una foto y quedarme con un suplemento en la gaceta de seguridad del trabajo y aquí viene lo más gracioso, al día siguiente cuando llegué a mi turno de trabajo para poder llevármelo y mostrárselo a mis padres, el vigilante por error había agarrado el periódico y lo había tirado a la basura ¡mi cara se fue a la basura! :S de todos modos como ya le había contado de eso a mi abuela de Chincha o mejor dicho se lo había contado mi mamá, ella compró el periódico y es la única de mi familia que tiene el original (bueno espero que aún lo siga teniendo)

Aquí les presento la imagen de aquel momento que recuerdo con mucho cariño en el Libertador Lima:

Comité de calidad

Una de las cosas que también aprendí en el Libertador Lima era hacer mis reportes de calidad, estás indicaciones me eran dadas por mi jefa de Recursos Humanos por lo que semanalmente, cada viernes para ser exacto, tenía que enviar mi reporte sobre como encontraba todas las áreas del hotel y aquí viene lo que yo les conté de las cosas que empezaba a ver que cambiaban en mi vida puesto que en tenía que ver algunas cosas de ama de llaves que yo sabía que mis compañeros no lo hacían del todo bien, sabía que mi jefa lo sabía y de la noche a la mañana de ser ella antes la que me controlaba ahora era yo quien reportaba cada una de las cosas que yo veía sucio dentro del hotel.

Sin embargo a pesar de estar en esta posición y de haber aprendido mucho había algo que me faltaba, por momentos sentía como si tuviera las manos vendadas, en el sentido de que no podía hacer las cosas que yo hubiera querido realizar, como por ejemplo atender a los huéspedes como un botones o como un recepcionista, tenía que estar más bien pendiente de la labor y seguridad del hotel. Esto me empezó a causar una especie de “crisis existencial” en donde me empezaba a hacer preguntas a mí mismo sobre qué era lo que quería para mi futuro profesional.

Mientras yo pasaba con mis crisis de existencia poco a poco ya se estaba terminando de construir el hotel Westin Lima que pertenecía a la misma cadena de hoteles del Libertador Lima que como les conté contaba con sedes en otras ciudades del Perú como Trujillo, Arequipa, Puno, Cuzco, Urubamba y Paracas.

En esta experiencia estando en el lobby del hotel empecé a conocer a las personas que trabajaban en las oficinas corporativas del hotel que antes se encontraban en el edificio Rimac de la calle begonias poco a poco me estaba familiarizando más con quienes serían en unos años después las personas del área comercial a donde me estaría trasladando ¡sin querer queriendo!

Momento de decir ¡hasta pronto!

Los meses pasaban en el hotel Libertador Lima y con ello mis ganas también de empezar a buscar nuevas experiencias laborales, justo en el mes de enero empezaron a realizarse las convocatorias para postular al Hotel Westin Lima, y recuerdo claramente este momento cuando recién estaba entrando un día al lobby y una de mis amigas de Recepción me dijo “Jesus, tú debes de postular a Concierge” la verdad que en ese momento no sabía que cosa era ser un concierge a pesar que ya en el Swissotel Lima ya existía esa posición pero como yo permanecía más tiempo metido en las habitaciones y en el back área no tenía manera de saber en que consistía esa posición.

Para quienes no conocer mucho de hotelería, les contaré que el Concierge es casi un como un recepcionista que por lo general de se encarga de atender los requerimientos de los huéspedes durante su estadía, tales como información turística, recomendación de que hacer en la ciudad, ayudarlo con la reserva de restaurantes entre otras cosas más.

La idea de postular a Concierge me pareció muy atractiva ya que de alguna manera podía complementar lo que había aprendido como guía de turismo en mis dos anteriores trabajos de los museos de la casona y del convento de San Francisco, así que de alguna manera sentía que esa posición que se estaba abriendo en el Westin Lima Hotel & Convention Center era para mí.

No me demoré esta vez en poder tomar mi decisión así que decidí postular y ser parte de la primera generación de Concierge y trabajadores del hotel más alto del Perú, esto demoró más o menos unos dos meses entre entrevistas con los directores del nuevo hotel y las pruebas con Recursos Humanos,ya el mes de abril y con ello el momento para despedirme del hotel Libertador Lima para empezar a tener otras experiencias que me harían un mejor profesional.

Últimos momentos

Como se los he dicho desde el inicio de esta experiencia, entrar al mundo de la hotelería fue sin querer queriendo y ya estaba terminando mi tercer hotel para ahora ingresar al cuarto y seguir con mi experiencia laboral, el hotel Libertador Lima si bien era un hotel mucho más pequeño que los otros me dio la oportunidad de poder tener diferentes experiencias como camarero de habitaciones, lavandería, áreas publica, botones, supervisor de seguridad y un día de mozo (donde le tire la jarra de agua a un cliente) estas experiencias me enriquecieron y de todas maneras me hicieron aprender mucho más de todo el mundo que me estaba esperando de ahora en adelante.

No puede dejar de agradecer a cada una de las personas que conocí en aquella oportunidad y que me dieron su amistad y su cariño, conseguí muy buenos amigos y la verdad que no fue para nada un adiós sino un hasta luego y es que como dicen, en el mundo de la hotelería todas las persona se conocen, al menos en Lima y eso que es una ciudad de casi 9 millones de habitantes.

Ahora con toda la experiencia ganada era momento de dar un giro a mi vida y de empezar nuevamente en el mundo que más me apasionaba que era volver a tener contacto con los huéspedes y ser parte de la primera generación de Concierge que entraría a trabajar en uno de los hoteles más lujosos de la capital.

Bueno queridos amigos, espero que les haya gustado esta especie de resumen como siempre, ¡muchas gracias de corazón! Por leer estas experiencias y espero que les sirva también a ustedes en su futuro profesional dentro de Lima o en cualquier otra ciudad, como ven se va creciendo desde abajo y poco a poco una va adquiriendo nuevas experiencias que nos hacer mejores personas y mejores profesionales.

Les deseo a todos un maravilloso fin de semana, sigan aprovechando el mes de setiembre que ya en Lima empieza a salir más días de sol, mientras aquí en Italia se nos viene el otoño con fuerza ¡Gracias por todo! Y nos vemos en otras historias más de mi vida en Lima.

Pd: Agradecimiento especial a todas las personas que me conocieron en el hotel Libertador Lima, en especial a los mozos, los camareros, los botones, los lavanderos y todo el personal operativo que me conoció por mi paso por este hotel, sin la ayuda de ellos no hubiera podido aprender todas las cosas que me llegaron al alma para nutrirme en este mundo hotelero ¡gracias a todos! 

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