Mi Erasmus en Lleida, Cataluña, España

¡Hola! Hoy quisiera contar mi experiencia Erasmus.

Me fui a Lleida el 21 de enero de 2014, ¡! Al aeropuerto de Turín (mi ciudad natal) me acompañó mi familia. No me parecía real el estarme yendo, había recibido la confirmación de la concesión de la beca de estudios en marzo y ahora me encontraba en plantada en el aeropuerto.

Una vez que llegué a Caselle, embarqué la maleta grande, tomé un desayuno rápido y llegó el momento de despedirme. Mi madre estaba conmovida y preocupada al mismo tiempo. Iba a aterrizar en Barcelona y desde allí tendría que ir a la estación para coger el tren a Lleida y todo esto estando sola solísima.

Me parecía tan extraño estar sola en un avión, siempre los había cogido para ir de vacaciones con mi familia o con mis amigos, ¡pero ciertamente no para mudarme durante 7 meses lejos de casa!

Cuando bajé del avión, ¡lo primero que percibí fue que aún no había llegado el frío de aquel invierno! Había 26 grados (¡inusual también para Barcelona!) ¡mientras que me había ido con tan solo 10! Cogí el metro para llegar a la estación de Sants, ya había comprado el billete online y estaba muy ansiosa porque tenía mucho miedo de perder la conexión. Afortunadamente todo salió como estaba previsto. Llegué a Lleida a las 19 h y cogí un taxi para que me llevara al hotel que había reservado para esa noche. Me daban las llaves de la habitación que había alquilado al día siguiente. Recuerdo que la ciudad me gustó rápidamente, había avenidas arboladas que me recordaban mucho a Turín.

Cuando llegué al hotel, estaba incrédula por haber llegado allí, hasta ese momento me parecía una experiencia muy lejana y, sin embargo, ¡ya había comenzado y estaba muy feliz, asustada, confundida, desorientada!

A la mañana siguiente llegué a la casa donde viviría durante los próximos meses. Mis compañeras de piso españolas eran muy amables, lo que me hizo sentir cómoda de inmediato, ¡especialmente Laura de quien me convertiría en una gran amiga y que me ayudó a ubicarme llevándome a dar una vuelta por toda la ciudad!

La Universidad de Lleida me llenó de gadgets, la oficina que se encarga de los intercambios está preparada para cualquier eventualidad y está muy cerca de todos los estudiantes que llegan allí.

Durante los primeros días, hubo reuniones para conocernos con los otros chicos de intercambio y para dar clases de catalán. Sí, en Lleida, el idioma que habla el 99% de la población es el catalán ¡y se molestan un poco para escuchar hablar en castellano debido a las presiones secesionistas de toda la zona catalana! ¡Regresé a casa mejorando mi castellano y entendiendo bastante el catalán!

Las clases a las que asistí fueron en el Campus Cappont y realicé derecho constitucional II y los sistemas comparados. La primera asignatura era en catalán pero no tuve dificultades para entender las lecciones, ya que los términos utilizados eran muy similares a los italianos y tenían el mismo origen latino, la segunda fue una asignatura en inglés.

En ambas los profesores estaban preparadísimos. ¡El primer gran obstáculo que me ayudó mucho con mi timidez fue el hecho de tener que explicar una sentencia frente a toda clase! No estaba acostumbrada a eso, en Italia siempre había hecho exámenes sentada frente a un escritorio y ahora tenía que hablar en público y en un idioma que no era el mío. Mi castellano era básico, esas pocas palabras que conocí durante las vacaciones. Fue un shock, ¡pero qué satisfacción después, cuando todo salió bien y con los cumplidos del profesor!

También decidí asistir a un curso de español que organizaba el campus para los estudiantes Erasmus.

La universidad te invitaba a las excursiones, tanto por Lleida como a otros lugares y fue así como conocí a mis amigas, con las que pasaría todo mi tiempo allí. También ellas estaban de intercambio, eran tres chicas brasileñas que estudiaban economía. Nos convertimos en inseparables, cuando se está lejos de casa se entiende el verdadero significado de la amistad porque se convierte en una verdadera familia y se ayudan unos a otros. ¡Pronto de unieron al grupo las chicas finlandesas, coreanas y japonesas!

Organizábamos cenas internacionales y con el buen tiempo pic-nic en la orilla del río Segre donde cada uno llevaba alguna especialidad de su propio país. La ciudad era pequeñita pero tenía varios festivales tradicionales donde se respiraba una atmósfera atractiva.

Además de los viajes de la universidad, pudimos ver por nuestra cuenta varias ciudades españolas, Lleida tiene la ventaja de estar en una posición estratégica para viajar, no está muy lejos de Barcelona y es conveniente para ver otras ciudades del interior. Visitamos, además de la magnífica Barcelona, Tarragona (en mi opinión, hermosa y con un anfiteatro romano en el mar), Zaragoza, Andorra, Montserrat y Valencia.

Tuve la suerte de ir de Erasmus durante la copa del mundial de fútbol y así nos reuníamos en los bares en cada uno de los partidos y llevábamos las banderas para ver los partidos todos juntos.

¡Recuerdo especialmente el partido México-Brasil! ¡Había varios estudiantes mexicanos en Lleida de quienes nos hicimos amigos y el partido fue muy intenso!

El tiempo pasó muy rápido, el último mes fue quizás el más difícil. Empiezas a ver que los amigos con quienes has compartido esta extraordinaria experiencia se van y regresan a casa, amigos con quienes has compartido tu vida diaria y que vivirán al otro lado del mundo y quién sabe cuándo los podrás volver a ver.

Todavía estoy en contacto con casi todos, por suerte existen las videollamadas y a menudo nos vemos a través de WhatsApp y Skype.

Esta experiencia me ha cambiado mucho, soy mucho menos tímida, siempre tengo más curiosidad por conocer el mundo y las diferentes culturas, y viajo en cuanto puedo. Creo que me hizo una mejor persona.

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