Las Médulas
- Dirección: Caruzedo, el Bierzo.
- Etiquetas: Qué ver Leon, Leon, España
- Página web: http://www.turismoleon.org/turismo/las-medulas.php
Rebozarse entre cuevas y paisajes
Para los que nunca hayáis escuchado hablar de ellas, para contextualizaros os diré que Las Médulas son unas de las cuevas más famosas de España, un auténtico reclamo turísico, por su cuantiosa riqueza natural y su gran valor histórico.
Es un destino apto para toda clase de público, para los más "perezosos" o aquellos más activos que les guste inspeccionar cada recoveco. Éste último verano, uno de los gimnasios de Ourense que está teniendo mucho éxito, el gimnasio de Eiroas, se dedica periódicamente (intenta que sea una vez al mes) a organizar rutas de senderismo para todos los públicos (socios o no del gimnasio), no solo por Galicia sino que por comunidades circundantes también (parte de su éxito recae precisamente en involucrarse con este tipo de actividades sociales en la ciudad).
En este caso, por 33 euros (para los no socios como yo) incluía el autobús de Ourense a Las Médulas, guía en la ruta, la comida de plato único y entrada al museo de las médulas con su correspondiente explicación de las diferentes salas. La verdad me sorprendió porque aunque la realizamos un domingo, siendo las 8:00 de la mañana la hora de partida, se reunió bastante gente y de todas las edades.
Esta ruta me llamó mucho la atención porque, además de ser una comodidad no tener que estar pendiente del coche, poder dormir y descansar a gusto a la vuelta en autobús y por supuesto la oportunidad de conocer a gente de Ourense que le guste el senderismo, Las Médulas es un sitio del que había escuchado hablar muchísimo y llevaba mucho tiempo queriendo ir. Y por si eso fuese poco, con un guía incluido que nos hacía la visita guiada por las cuevas y después en el museo y al que poder consultar todas las dudas. Soy de las que piensa que conocer un sitio no es solor verlo y sacarse la foto, sino que para aprovechar al máximo la situación deberías estudiar la historia, la cultura y el contexto del lugar (ya sea ciudad, monumento, paisaje natural...) para poder apreciar todo lo que puede aportar.
La verdad es que el resultado ha sido muy positivo, no solo por lo espectacular del paisaje, sino por la impecable organización.
Las minas de las médulas son bien conocidas, aunque solo sea por su nombre todo el mundo ha escuchado hablar de ellas en un momento u otro. Sin embargo no todos sabemos ni siquiera cómo son (me impresionó el color anaranjado que predomina en el paisaje, la cantidad de montículos que las forman, excavaciones…) y desde luego poco conocemos sobre la historia que albergan, grandes historias sobre el trabajo tan arduo y peligroso que realizaban muchas civilizaciones, hasta los romanos, para la extracción principalmente de oro.
¿A qué se debe ese NOMBRE tan curioso?
Como siempre en relación al origen del nombre, ya sea de un lugar, una construcción histórica… entraña diferentes teorías según qué autor o entendido. Por un lado unos abogan que el nombre viene de palabras como meda, medar… que significan “ montón de forma cónica” y “amontonar hierba” respectivamente. Ambas palabras son propias del habla tradicional de la zona del Bierzo, donde parece ser que se denominaba “Medula” al amontonamiento de paja. Otros lo asocian a la expresión “Mons Medulius” sin embargo no es una teoría muy aceptada ya que la ubicación del Monte Medulio donde tuvo lugar el desencuentro entre los habitantes del norte (galaicos, astures y cántabros) es todavía desconocida, o al menos no existe una ubicación unánime.
¿Dónde están y cómo puedo llegar?
Las Médulas se sitúan en la provincia de León (comunidad de Castilla y León), muy próximas a Galicia. Están ubicadas en un pueblo al que dan nombre “Las Médulas” en la sonada comarca de “El Bierzo”. La verdad es que no tiene pérdida el llegar ya que una vez pasada Galicia, en dirección Ponferrada, ya se empiezan a ver carteles que nos encauzan hasta estas antiguas minas.
Para ir en transporte público desde Galicia lo primero es viajar hasta Ponferrada (ya que no tenemos ninguna opción directa), ya sea en tren con la compañía Renfe (contacto Tel. 987 41 00 67; http://www.renfe.es/) o en autobús con la compañía AUPSA (Contacto: 987 40 10 65; http://www.aupsa.es/). Sea de una manera u otra, el trasporte puede acerarnos hasta el pueblo, pero si queremos conocer las médulas “por dentro” tendremos que hacerlo caminando, sin otra opción, ya que no hay posibilidad de circular con vehículos entre ellas).
Una vez allí el paisaje es asombroso. Es un pueblecito pequeño donde se sitúan principalmente bares y restaurantes que alojan a la mayoría de los turistas que visitan la zona. Como ya mencioné, el paisaje es predominantemente naranja y rojizo, con multitud de montículos que a pesar del aspecto árido que presentan están rodeados por abundante vegetación, principalmente robles y castaños, árboles de hoja muy frondosa.
Servicios a tu disposición.
En el pueblo pueden encontrarse servicios de información, centros de interpretación donde conocer la historia de las médulas. En mi opinión es necesario pasar 5 minutillos con esta visita ya que nos ayuda en gran medida a entender cómo era la forma de vida, la actividad y la técnica que utilizaban los romanos.
La entrada del Aula Arqueológica de Las Médulas cuesta 2 euros y está abierta todos los días, aunque el horario varía en función de la temporada: de abril a septiembre abre de 10:00h a 13:30h y de 16:00h a 20:00h y durante los meses de octubre a marzo abre de lunes a viernes solo por la mañana de 10:00 a 14:00h, los sábado de 10:00h a 13:30h y de 15:00h a 18:00h y los domingos solo por la mañana de 10:00h a 14:00h. Sin embargo, fuera de estos horarios es posible concertar visitas guiadas con antelación en función de la disponibilidad del centro. Contacto: 987 42 28 48 ó 987 40 19 54. Aquí os dejo un link con otros servicios que interpretación por si os interesa realizar otra actividad, para contactar con ellos y conocer los horarios y disponibilidades: http://www.fundacionlasmedulas.info/index.php/template-layout/all-module-positions-5/all-module-positions-10
Si queréis pasaros un par de días aquí os dejo un link con lugares para poder dormir y pasar la noche entre ruta y ruta y poder descansar. Nosotros fuimos y volvimos en el día por lo que no puedo recomendaros nada pero seguro que tripAdvisor os da las opiniones que yo no puedo daros.
El complejo de las médulas es hoy en día Patrimonio de la Humanidad (declarado por la UNESCO en 1997). Además, el chico del centro de interpretación nos contó que también le han otorgado otros títulos como Bien de Interés Cultural (un año antes, en el 1996) en relación a su aportación arqueológica y desde 2002 es también Monumento Nacional. La categoría de Paisaje Natural se debe no solo por su valor natural sino por todo lo que aporta a nuestra historia y cultura: es testigo del cambio que supuso la entrada en acción de los romanos para la explotación de recursos y su forma de vida. Además es un entorno que desde entonces ha sufrido varias modificaciones según las diferentes etapas históricas, incluso hasta el día de hoy: la transformación del terreno y el acúmulo de los vertidos supuso un taponamiento que dio lugar al lago de Carucedo, que supuso un importante recurso (constituyendo hoy en día un humedal protegido); los canales que anteriormente se usaron para encauzar el agua, son hoy en día caminos de comunicación para los habitantes de la zona.
La actividad romana tuvo un importante impacto ambiental que perdura hoy en día, desde la actividad minera hasta el cultivo de la vegetación que data de la época, principalmente los castaños. Es un recuerdo de la historia de nuestra península que también ha ido evolucionando con los años.
Un poco de HISTORIA para contextualizar la visita.
Las médulas se consideran la mayor mina de oro a cielo abierto del imperio romano. Las circunstancias y características del terreno favorecen este título debido a la calidad de la tierra, a la cantidad abundante de agua que se podía acumular y sobre todo a la existencia de la pendiente necesaria para dar el empuje necesario para la destrucción de la montaña, además de pendientes más pequeñas para una vez explotada la mina conducir el agua por los desagües.
Aunque fue esta cultura la que saco verdaderamente beneficio de este yacimiento, ya habían sido explotadas anteriormente por pueblos prerromanos (aunque con unos medios mucho más “rústicos” y desde luego con un resultado mucho menor que cuando entraron en escena los romanos). Estos pueblos prerromanos no se introducían en los montículos, ni llevaron a cabo ninguna modificación del terreno, ya que ellos únicamente se limitaban a batear los riachuelos para sacar del agua alguna partícula o pepita de oro. El trabajo era verdaderamente arduo y los resultados ínfimos. En el museo puede verse una pareja realizando el proceso y nos explicaban que podían pasarse horas para conseguir ver alguna pepita dorada.
Se calcula que la explotación minera por parte de los romanos comenzó con la conquista de los territorios del norte de la península ibérica bajo el mandato del emperador Octavio Augusto (años 27 a.C. a 14 d.C.) y duró aproximadamente unos 200 – 250 años. Esta actividad estaba administrada por Plinio (el viejo) que relata unos datos aproximados de que la obtención de oro era una media de 3 gramos de oro por cada tonelada de tierra. Pensad en lo poco que supone para las grandes cantidades de tierra removida.
El museo tiene una serie de iconografías que explican muy bien el método de extracción del oro, lo que a mí personalmente me dejó con la piel de gallina ya que es un trabajo tremendamente arriesgado. Usaban un método que se conocía como el “Ruina Montium”: consistía en canalizar el agua que provenía de los riachuelos o de la nieve ya fundida de la cima de las montañas hacia un embalse en la parte superior de las minas. Previamente estas estaban cavadas a mano, generando un entramado de galerías con un túnel vertical de arriba abajo, con galerías horizontales en cada nivel: es cuanto menos impresionante ver los dibujos de miles de personas cavando el interior de las montañas e imaginar la situación real de esas personas arriesgando sus vidas ante un derrumbamiento o simplemente la templanza que debían tener para trabajar en túneles tan cerrados y en una situación tan angustiosa. En el precio de la ruta estaba incluida la visita con un guía por algunas de estas galerías y la verdad es que una vez realizadas algunas de ellas son un paseo agradable ya que la altura y la luminosidad era aceptable, pero en otros tramos llegué a angustiarme un poco ya que la oscuridad era total y la altura escaseaba el metro, por lo que había que recorrer amplias distancias agachado. Volviendo al sistema de extracción, con la canalización de agua y el acúmulo en los embalses situados en la cima, con un detonante explosivo conseguían que el agua bajase por las galerías inundándolas de agua de manera que deshacía la montaña gracias a la fuerza de erosión del agua y arrastraba la tierra con el oro hacia la parte baja que se llamaban lavaderos. Esta tierra se acumulaba en taludes que estaban dotados de compuertas para dirigir el agua y proceder donde se procedía al filtrado para la obtención de oro.
Está claro que los romanos nos dejaron un gran legado en cuanto a obras de ingeniería y arquitectura y las médulas son otro recuerdo de ello: es el sistema hidráulico más impresionante de la época ya que no solo las montañas estaban muy trabajadas en su interior (suponiendo una longitud total de unos 300 Km aproximadamente del os canales) sino la capacidad de almacenar tales cantidades de agua para conseguir derrumbar una montaña. Hay que tener en cuenta además que no solo nos dejaron legado arquitectónico sino que el valor cultural e histórico de las medulas reside también en su plantación: los castaños que fueron introducidos en la época romana. Es la planta más abundante en este paraje que ha ayudado además a la conservación de estas minas.
Si eres una persona activa, aquí tienes las posibles RUTAS DE SENDERISMO.
Existen cinco rutas habilitadas para el senderista a lo largo de todo este territorio: 1) la senda perimetral (ruta circular de unos 14 Km en 4 horas); 2) la senda de Las Valiñas (ruta circular de unos 3.5 Km en 60 minutos); la senda de Los Conventos (ruta circular de unos 4 Km en 90 minutos); la senda del Lago Somido (ruta lineal de unos 2 Km de ida y vuelta en 20 minutos); la ruta de Los Poblados.
Yo solo puedo hablaros un poquito de la “Ruta Perimetral” y de la “Ruta de las Valiñas” que fue las que realizamos. Para más información os dejo aquí un enlace donde creo que podréis ver con claridad las cinco rutas y organizaros en función del tiempo que tengáis y lo que más os interese visitar.
http://www.fundacionlasmedulas.info/index.php/template-layout/all-module-positions-4
http://www.lagosumido.com/rutas.html
Indicaciones, paso a paso.
En nuestro caso, el autobús nos dejó justo a la entrada del pueblo, en una explanada de cemento muy cómoda para aparcar por si vais con el coche, junto al Aula Arqueológica. Desde ahí debemos continuar por la carretera hasta el final del pueblo, dejando una iglesia a la izquierda (llamada la Iglesia de San Simón y San Judas). Seguimos un tramo más hasta que llegamos a una barrera que prohíbe el paso a los vehículos y da comienzo la “Ruta de las Valiñas”, con la que nosotros comenzamos este viaje a las médulas.
En realidad todo el trayecto fue bastante fácil, salvo un tramo con un desnivel importante (tanto hacia arriba como hacia abajo), sin embargo de muy cortita duración. Cansa más el hecho de haber mezclado varias y que nos pasamos toda la mañana caminando (hasta entradas las 16:30h) que la propia dificultad de la ruta.
Avanzamos por la pista asfaltada rodeada de castaños a ambos lados (signo indiscutible de la actividad romana) hasta llegar a una fuente (la llaman la fuente de Tia Viviana, o Bibiana, parece que ambos nombres están aceptados, aunque ojo, actualmente no tiene agua, es un mero recuerdo histórico).
Aquí nos desviamos para coger el camino Mirador, una pista de tierra con bastante pendiente (aunque por experiencia os sigo que es algo perfectamente asumible para todo tipo de personas, vaya uno más lento o más despacio, y sin duda alguna merece la pena llegar arriba para poder disfrutar de las vistas panorámicas).
Al llegar a la cima de este camino a mano izquierda nos encontramos con las galerías de Orellán y a mano derecha con el mirador del mismo nombre. Como nosotros éramos un grupo bastante amplio nos dividimos en dos grupos de manera que unos fueron a ver el mirador primero y en segundo lugar la galería y el otro grupo al revés.
GALERIA DE ORELLÁN
Desciendes un par de escalerillas y entras en una pequeña caseta donde te darán un gorro tipo ducha (muy favorecedor jajaja) y un casco tipo obrero para prevenir en caso de golpes o algún desprendimiento. Después, con la ayuda de un guía se van recorriendo las galerías subterráneas que siguen abiertas mientras se va conociendo un poquillo más de su historia, creación y uso y su papel en la conducción del agua según la técnica minera que utilizaban los romanos: “ruina montium”. No son túneles extremadamente estrechos (al menos el recorrido que nosotros hicimos) por lo que es apto para personas con claustrofobia, ya que salvo algún breve tramo son espacios abiertos e iluminados con focos integrados en el suelo que iluminan todo el trayecto en las zonas más oscuras. Al final de una de las galerías vamos a dar a una boca enorme que desde el cual se puede ver todo el valle de las médulas, con el mirador de Orellán al fondo.
La entrada cuesta solo unos 2 euros (gratuita para niños menores de 5 años), y el horario de apertura es solo de 3 horas por la mañana y 3 por la tarde (de 11:00 a 14:00h y de 16:00 a 19:00).
MIRADOR DE ORELLÁN
El otro punto de interés próximo a estas galerías es el mirador de Orellán, situado justo en frente de las galerías. Quizá el punto más conocido del conjunto y el más visitado (también hay que decir que no exige entrada, y que por lo tanto es gratuito y no tiene horario). Tiene unas vistas preciosas a todo el conjunto de la médula y ese contraste entre el rojizo de las antiguas minas auríferas y el abundante verde de la vegetación.
MIRADOR DE LAS PEDRICES
Continuando la ruta después de visitar las galerías y el mirador de Orellán, tuvimos un largo camino por delante hasta llegar al mirador de las Pedrices. A pesar de estar en el mismo sitio, es decir, en las médulas, la vista es totalmente distinta y junta los distintos elementos de la actividad romana. A mano derecha se ven todos esos montículos anaranjados resultado del amontonamiento de la tierra tras la explotación de las minas mientras que el paisaje que queda justo al frente es únicamente verde y más verde, donde pueden verse los canales de evacuación y la acumulación de agua que dio lugar a lagos, como el Lago Sumido, humedales y el embalse de Campañana. Supuso una parada agradable, donde además de un par de bancos, hay un par de paneles informativo que ayudan a comprender el valor de la zona e indican qué es lo que puede verse desde el mirador.
LA CUEVONA (LA ENCANTADA)
Al final de la ruta, antes de irnos a comer hemos visitado la Cueva Encantada (algunos simplemente se refieren a ella como la Encantada). Si desde el principio se sigue la Ruta de las Valiñas sin desviarse, después de la visitar al mirador de Orellán debería bajarse de nuevo por la pista de tierra por la que habíamos subido hasta la pista de asfalto, y ahí continuar las indicaciones (que no tienen pérdida) hasta llegar a la cueva. Es otro de los puntos más visitados de Las Médulas y donde no tienes escapatoria: si hasta entonces no te has llenado de tierra y de ese polvillo naranja, si eres un poco explorador y quieres conocer el interior de la Encantada no tendrás otro remedio que ensuciarte hasta las cejas. Es una cueva de bastante altura y de pendiente pronunciada por lo que para subir casi es necesario hacerlo a gatas. Desde arriba hay varios caminos a seguir que dan a ventanitas con diferentes vistas. Las verdad merece la vista subir y poder disfrutar de los pequeños recovecos y explorar los restos de galerías antiguas.
Espero que os quedéis con el gusanillo de visitar este lugar tan mágico y con tanta riqueza cultural. Os animo a hacerlo en época seca, ya que con frío no importa, pero con lluvia puede volverse un poco desastroso.
Solo os hace falta ropa de trote y muchas ganas para recorrer estas cuevas.
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