Leipzig, una ciudad hostil
Llegando a la estación de tren mas grande que he visto
Mi viaje a Leipzig empezó con 8 horas sentado en un FlixBus, que es lo que se tarda en llegar desde Saarbrucken.
Llegué a la estación central de trenes y pensé "¡guau! " esta es probablemente la estación de trenes más grande que he visto. ¡Es enorme!
Después de dar una vuelta, y como eran las 5 de la mañana, lo que significaba que aún tenía que esperar 5 horas más para poder entrar en el apartamento, decidí buscar un lugar cómodo.
En la Hauptbahnhof (estación de tren), el único lugar abierto a esa hora era McDonald's, que abre las 24 horas del día. Este es una buena opción si vas a Leipzig y necesitas un lugar en el que quedarte a partir de medianoche.
Me tomé mi café en McDonald's con los amigos con los que había viajado. Por cierto, animo a la gente a no viajar sola, sobre todo si el viaje es largo, porque siempre es bueno tener a alguien en caso de que ocurra algo y necesites ayuda.
Estancia en un bonito apartamento
Reservamos un apartamento por Booking llamado New studio Old building Vibrant Lindenau Wifi TV que estaba muy bien. Era un piso muy bonito que recomiendo mucho si estás buscando un lugar donde alojarte en Leipzig. Está ubicado en el Alt-West en Rabener street.
Para cuatro personas, el precio total fue de 240 por 3 noches. Para nosotros el precio es más que razonable teniendo en cuenta lo bien que está el piso.
¿Qué tiene Leipzig de interesante?
Hemos recorrido todo Leipzig porque estábamos participando en una excursión escolar acerca de Leipzig y la Escuela de la Bauhaus. Nos encontramos con dos guías que nos enseñaron la zona y nos hablaron de la historia de la ciudad. Por ejemplo, el hecho de que Leipzig perteneció a la parte de Alemania del Este y después de la Segunda Guerra Mundial hasta la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.
La imagen de la ciudad cuenta su propia historia. Durante ese periodo, mucha gente se escapó a Alemania del Oeste e incluso después de que el país se reunificó, la población migró hacia el oeste debido a la falta de dinero, así que la ciudad se vació casi por completo y quedó pobre.
La buena noticia es que Leipzig ha crecido mucho en los últimos años y aún sigue haciéndolo.
La población más joven de Alemania vive en Leipzig
La ciudad más grande de la región de Sajonia, Leipzig, también se conoce como la mejor Berlín. Es conocida porque aquí vive la población más joven de todo el país y la ciudad también es la más habitada del Estado de Sajonia.
Si hace un tiempo Leipzig era uno de los centros industriales más grandes de Europa, ahora la ciudad atrae a artistas y estudiantes que utilizan ese espacio industrial abandonado.
Por ejemplo, Baumwollspinnerei solía ser la mayor fábrica de algodón de Europa y ahora el lugar se ha transformado en un punto de creatividad donde hay galerías, estudios de artistas, un cine o una biblioteca.
De hecho, el barrio de Plagwitz es el epicentro creativo de Leipzig. Caminando por la zona puedes encontrar bares, cafeterías, tiendas, restaurantes, galerías o tiendas de segunda mano en edificios abandonados.
Una ciudad hostil
En mi opinión, el centro de la ciudad es como cualquier otro centro histórico antiguo. Los edificios están recién pintados, las paredes están limpias, la decoración es armónica, puedes comer o comprar comida y ropa muy caras y de buena calidad, todo encaja y es muy turístico. Incluso el peor fotógrafo podría sacar una foto aquí y aún así todo se vería genial.
Sin embargo, creo que Leipzig tiene más historia que la que se ve en el centro. Cuando sales del centro y vas hacia el oeste o el sur, el ambiente empieza a ser diferente. Puedes observar la vida real de la gente común y sus movimientos y acciones.
Las paredes de los edificios antiguos están llenas de grafitis o dibujos, pero no porque estén vacíos y abandonados, sino porque se le has dado otro uso. No se pretende esconder el pasado, sino mantenerlo y vivir con él.
En cuanto sales del centro, la atmósfera se vuelve más hostil, en algunas zonas la ciudad se ve más sucia, pero aún así existe un fantástico ambiente juvenil.
Qué vi y viví en Leipzig
Museum der bildenen Kunsta Leipzig, el museo de arte, es uno de los que seguro que recordaré debido a la exhibición temporal que había, llamada Peace is Power, de Yoko Ono, la cual es muy recomendable, ya que tiene algunos de los trabajos artísticos más significativos de Yoko Ono.
El museo se encuentra en el centro, en la calle Katharienen y abre de martes a domingo, de 10 a 18 h, excepto los miércoles, que abre de 12 a 20 h.
Una entrada cuesta 10 €, pero si eres estudiante pagas 7 €.
También se puede entrar gratis el primer miércoles de cada mes.
Peace is Power
Normalmente, cuando voy a un museo grande quiero ver todo, pero esta vez quería experimentar, sentir y pasar más tiempo con las obras, así que decidí concentrarme solo en el trabajo de Yoko Ono.
Fue lo mejor que pude hacer.
Yoko Ono, que ahora tiene 86 años, es una de las artistas más influyentes de nuestra época en cuanto a arte conceptual. El tema principal de la artista japonesa-estadounidense es el equilibrio de poder entre la guerra y la paz.
Como espectador, me sentí muy conectado con cada obra que vi y es lo que más me gusta y más admiro de su arte.
No hace falta que entres al museo para conocer el arte de Yoko Ono.
Delante de la entrada principal hay una instalación llamada Wishes for Leipzig. Ahí, el artista invita a la gente a escribir sus deseos en un trozo de papel y a colgarlos en unos árboles. Lo que más me gustó no fue necesariamente escribir mi propio deseo, sino leer los de los demás.
"Add colour Painting" o Refugee Boat son salas donde se invita a la gente a pintar o escribir en las paredes y en un barco. Allí te sientes libre y dentro de los pensamientos de la gente mientras lees mensajes como "sin fronteras no hay nación", "la música es poder", "haz el amor y no la guerra" o "paz para todos".
Es como si Yoko quisiera que continuáramos propagando el mensaje de paz.
"Golden Ladders" es una obra que generó muchos sentimientos y preguntas en mi corazón y mente.
Las escaleras doradas de diferentes formas y tamaño me hicieron pensar en escalar para ver las cosas esenciales invisibles. La estructura, que empieza en el suelo y llega hasta el techo, le da a la experiencia un toque dorado.
"Ex it" es una obra que tiene cientos de tumbas para hombres, mujeres y niños de donde crecen limoneros. Puedes caminar entre medio de las rudimentarias tumbas y dejar volar tu mente mientras oyes a los pájaros cantar.
Cuando entré en este espacio me sentí otra vez abrumado por tantos sentimientos y pensamientos.
La atmósfera es blanca, se siente pura, limpia y segura. Te da esperanza y una bonita y pacífica visión de la muerte.
Los poemas y dibujos de Yoko saben a casa. Ella expresa con palabras lo que tú no puedes.
Todo es una metáfora que va más allá del mundo tangible directamente hasta el alma.
Fábrica de algodón
Como ya mencioné antes, el antiguo espacio industrial de Leizpig se ha convertido en lugares llenos de creatividad. Hablando de eso, el área más famosa es probablemente Spinnerei.
Spinnerei es un punto artístico al oeste de Leipzig, concretamente en el barrio de Lindenau.
Solo pudimos visitar Halle 14, un lugar que se renovó y se convirtió en un centro para arte contemporáneo.
"Forgotten enlightnments" es el nombre de una de las exhibiciones expuestas. Artistas como Anahita Razmi, Zarah Hussain, Islam Shabana o Adel Abidinn hablan sobre las desconocidas historias del islam en el arte contemporáneo.
Lo que caracteriza a este espacio es el hecho de que, aparte de las obras, se puede observar con claridad la estructura de lo que una vez fue una zona industrial. La combinación de ambas funciona muy bien, dándole a las obras todavía más expresión.
Druck Kunst Museum
El museo de las Artes de la Imprenta de Leipzig me hizo darme cuenta de que tengo que valorar cosas como el teclado que estoy usando ahora mismo para escribir estas palabras, porque hasta que se logró su invento, se necesitaron muchos intentos que condujeron a soluciones más prácticas.
El museo tiene máquinas de impresión que todavía funcionan. Así que puedo decir que este museo no se parece a ningún otro museo al que vas y ves las exposiciones desde lejos, sino que aquí puedes ver cómo funcionan las máquinas.
Además, aquí viene la mejor parte. ¡Puedes crear tus propias impresiones!
Al visitar el museo, las impresoras de libros nos introdujeron la historia y el proceso tipográfico e impresión utilizando desde los métodos más antiguos hasta la invención de los ordenadores.
Dónde comer en Leipzig
Hay muchísimos sitios para todos los bolsillos donde puedes comer en la ciudad, pero si viajas con un presupuesto ajustado como yo, te recomiendo el Salon Casablanca, ubicado en Karl-Heine-Straße 47.
Este restaurante ofrece comida oriental muy buena y económica. Todos nos quedamos satisfechos y contentos con nuestra comida, a pesar de haber tenido que esperar bastante para que la trajeran porque el sitio estaba lleno por la noche, lo cual ya era buena señal de que la comida iba a ser buena.
Áreas verdes y ¿mar?
Cuando estuvimos en Leipzig hacía mucho calor en toda Alemania. En Leipzig la temperatuda llegó a los 38 ºC, así que hacía calor. Mientras caminábamos por las calles, buscábamos la sombra de los árboles o de los edificios para intentar reducir nuestra temperatura corporal.
Visitar las áreas verdes o los parques durante el día o por la tarde para intentar protegerse del calor también sonaba bien, hasta que experimentamos las picaduras de mosquitos.
Había demasiados mosquitos en las áreas verdes y nos preguntábamos si solo nos atacaban a nosotros, porque a las demás personas no parecían molestarles mientras se relajaban en el césped, hacían barbacoas o jugaban a algún juego.
Así que si tienes una crema o repelente para protegerte de las picaduras de los mosquitos puedes disfrutar de un día al aire libre en Leipzig en Palmengarten, Johanna Park o Clara Zetkin Park, que están muy cercas el uno del otro. Creo que hay más parques, pero solo visitamos esos tres.
Además, nuestros dos guías nos recomendaron ir a uno de los muchos lagos de Leipzig, ya que podíamos llegar en autobús en unos 20 o 30 minutos, pero desgraciadamente no fuimos a ninguno, y digo desafortunadamente porque después del viaje me quedé con la curiosidad de ver los lagos, por lo que busqué fotos y me quedé asombrado de lo mucho que se parecían los lagos a playas. Arena suave y grandes lagos que nos hubieran hecho sentir que estábamos en el mar.
Si alguna vez vuelvo a Leipzig, me prometo a mí mismo que visitaré los lagos. Me quedo con esta última reflexión sobre la ciudad.
Galería de fotos
Contenido disponible en otros idiomas
- English: Leipzig, a rough city
- Italiano: Lipsia, una città grezza
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