Vuelta del Erasmus (¡NO HAGAIS LO QUE YO!)
En esta vida te juzgan por todo, incluso si nadie lo dice y sé que por eso mismo vais a pensar que estoy como una cabra, que ya lo sé, así que sabed de antemano que esto no va a ser la típica historia normal del tipo «me fui- volví» (ya que ni siquiera valdría la pena contarlo…)
Obviamente no podía ir en avión, quería probar algo más «terrestre» y el tren tampoco me hacía mucha gracia, … así que escogí el bus (lo sé, no entiendo nada de la vida). La salida desde Leicester era sobre las 20:15, vale pues saludo a mis compañeros de piso, llamo a mi compañera del Erasmus que me tenía que saludar desde la ventana con la bandera del equipo local de rugby (aunque vio la llamada muy tarde y ya estaba en el taxi) y voy hacia la estación de bus.
Una vez ahí, después de un rato se formó una cola tremenda para subir al bus. Era domingo, el último viaje y parece que todos tenían que ir a Londres, había unos indios que tenían problemas con los billetes y que hicieron que la cola se parara muchísimo tiempo, una señora que se movía muy mal,... Total que ya en el autobús me siento al lado de un hombre y le pregunto por si el sitio está libre y me responde con un acento raro, efectivamente 2 segundos más tarde viene un tío que no era inglés, sino un napolitano con denominación de origen que hacía de cocinero en Inglaterra... Hablando así de todo un poco llegamos a Londres sin más problemas (menos mal) y ya ahí nos despedimos, él se iba a cenar por ahí y a mi me tocaba pasar la noche con la fauna típica de la estación de bus...
Me siento en un lado y me pongo a pensar sobre cosas de la uni y de la vida y me viene uno con pintas de sintecho y me dice (asumiendo que era alemán,... ¡ya está bien con la bromita de que parezco alemán! ) que es un estudiante, que había perdido prácticamente todo, me enseñó el billete del metro que había perdido y todo, total una movida. Todo le había pasado a él. Me jura y rejura que es un estudiante de Manchester, (con raíces indias o de por ahí) que no tenía un duro, pero que no era un sintecho y me pregunta que si tengo 12 libras. Incluso me daba su chaqueta y me decía que me daba su dirección para luego buscarme y devolverme el dinero... Yo me miré en el bolsillo porque tenía algo suelto y me abraza porque había entendido que le iba a dar todo y ya en ese punto le paro y le digo (en inglés) «tío, que yo no tengo 12 libras, como mucho llevo dos o tres por ahí». Pues me echa una mirada que casi me mata y me dice que si había por ahí algún cajero para que yo sacara dinero (No me jodas, ¿También quieres té y galletitas? ). Total que en este punto ya le digo que o coge lo que tenía suelto o que no le iba a dar nada, le digo que no tenía nada y el otro todo era insistir: «venga, va, no seas así,... »
Coge el dinero y se va a pedirle a otro, mientras tanto el ala donde estaba cierra y me voy al vestíbulo, que casualmente también está cerrando. Total que acabo disfrutando de la típica escena del limpiador con los auriculares, mágico.
Justo antes de cerrar me estaba yendo y viene una (así como rusa) seguida de un indio y vestida así como si fuera de excursión, con vaqueros y cazadora, y secándose las lágrimas me dice que le ha pasado una movida y me pide pasta, que seguro que pidiendo un poco a cada uno le daba para comprarse otro billete, eeeeh ok. Tenía el bolsillo lleno de calderilla y todavía me quedaban 2 libras y como treinta céntimos así que los cogí y se lo di en un puñado diciéndole que por ahí había dos libras y se van por el pasillo (a ver, yo quería gastarme las libras pero no sabía que las gastaría así, quería comer algo, pero al final he pecado de compasión). Era medianoche pasada y ya habían cerrado definitivamente, me siento en un rincón y al rato me suelta alguien en inglés «eh, perdona» seguido de un «ah, eres tú» era el primero que me había pedido pasta. Me aconseja ir a la primera ala en la que estaba porque por lo visto ahora estaba abierta (yo flipo, esta gente es rara de cojones). Total, que voy y me siento detrás de uno que dormía en la zona de las salidas internaciones, justo donde se hace el check-in para Eurolines, la compañía que me tenía que llevar a Florencia.
Me siento cerca de las maletas y empieza a entrar gente, se sientan, se espatarran, se tumban en las sillas que hay y empiezan a roncar muy alto. Había un tío en las salidas nacionales que por cada ronquido que oía respondía con un silbido, toda una melodía,... En ese punto yo ya con un sueño tremendo cierro los ojos de vez en cuando y a eso de las 5 me levanto del todo y fue entonces cuando ocurrió lo peor. El tipo que estaba detrás de mi alarga los brazos y se tira un pedaco monumental y todo el mundo se gira. Como el tío estaba detrás de una columna no se le veía bien así que todo el mundo creía que había sido yo. No sabía que hacer así que levanté los brazos y dije «¿Qué queréis que haga? ». Quince segundos después se tira otro, diez minutos después otro y después de un rato otro más. Ahí ya paró, yo creo que es porque se dio cuenta de que se estaba pasando y ya a esas alturas la gente ya parecía que lo ignoraba.
Vale, ya son las 7, tengo que hacer el check-in, así que voy y lo hago. Me pongo a esperar otra vez al bus que salía a las 8, pero sobre las 8 no había nada por ahí... Me habian dicho que eran en la "gate 18" pero ahí no había nada. Me pongo a investigar y me dicen que el va a París es el 13 (un número que no me gusta nada) y que estaba justo detrás del autobús que se veía. Son muy listos, te hacen ir a los autobuses que se ven, pero coges unos que no se ven, una vez lo perdí, pero menos mal que esa vez no. Llegué y los conductores españoles me invitaron a subir, encontré sitio fácilmente ya que no estaba muy lleno.
En la frontera antes del túnel (porque sí, tenía que escoger el que pasaba por Dover, solo que esta vez pasaba por el Eurotunnel... la misma mala suerte de siempre), la policía verifica los documentos y a una le hacen bajarse porque presenta un documento no valido para la expatriación. después antes de entrar al túnel nos paran y la chica vuelve a subir porque le había presentado un permiso de estancia, pero viendo que tenía la carta de identidad italiana le han dejado subir otra vez (como podéis ver no soy el único loco que se hace un viaje desde Reino Unido hasta Italia en coche, joder). Para entrar al eurotunnel en bus o en coche te hace entrar en una especie de contenedor construido a posta para eso y una vez se llena te encierran y apañao.
Tenía mucho sueño cuando vi que por la ventana se hacía de noche, cerré los ojos y hasta luego. Me desperté en Francia en un abrir y cerrar de ojos.
Después de un rato nos paramos en un área de servicio y seguimos dirección Paris Gallieni (la estación de ahí) pasando por el de Charles de Gaulle. Llegamos a la destinación y busco algún cajero o algo para sacar dinero y juraría que no había ni uno, pero bueno, al menos no me faltaba de nada. Solo que no tenía batería en el móvil y no sabían nada de mi en casa, supongo que por la tarde ya estaban todos de los nervios y, de hecho, cuando salí de Paris conseguí cargarlo un poco (el tiempo de un mensaje) y con la batería casi descargada del notebook y solo les faltaba llamar a todas las fuerzas del orden mundial.
Después, viaje a Milán, con una parada en Francia y en Dijon y luego,... mil años de espera en la frontera italiana. A uno le hicieron bajarse, después de una hora otro también tuvo que bajar, un policía italiano se había propuesto (de coña) llevarme a casa él y mientras tanto le reclamaba a una señora que saliera y me miraba con cara de "a ver que cojones he hecho hoy para merecer esto" La señora super enfadada por los problemas con el pasaporte que no le dejaban verificarlo y casi se pone a llorar y todo y al salir ha tirado algo y todo. Una escena preciosa.
Entonces volvemos a ponernos en marcha, media hora antes de que saliera el bus Milán- Florencia. Así que teniendo en cuenta que desde el Valle de Aosta no se tardaba nada en llegar digo llego. Espero el momento de la verdad hablando así de tonterías con una francesa que como había poco sitio se había puesto a mi lado en vez de al lado de su amiga/conocida que se había puesto en otro lado y apenas la escuchábamos, la otra se ha tragado todas mis idas de olla, pobrecita.
Entonces, llegamos a Milán sobre las 10 y nos dicen que podemos ir en un bus de la misma línea, pero con otra gestora, que nos habría llevado a la destinación final como ponía en el billete.
Saludo al indio y a la italiana que habían dejado subir antes del eurotunnel y con la que había hablado un poco. Al indio lo recordaré porque en el recuento estaba contento porque uno de los pasajeros no había vuelto y cuando subió alguien empezó a decir "someone is here from autogrill, going to Milan pay nothing" y se rio y también lo recordaré porque siempre repetía como los conductores (españoles todos) leían los apellidos de los presentes, el conductor le riñó y él se rio... jajaja.
Y en el autobús París-Milán recordaré al pavo que durante doce horas que tosió y estornudó detrás y que hacía "jaaaaaaaaaaa" después de cada crisis de catarros o estornudos, como para sacárselo todo, seguramente me lo tiró todo encima y de hecho no estoy bien desde ayer.
De todas formas, llegamos a Milán casi todos quitando los franceses y otros 4-5 que tomaron otras direcciones y bajaron casi todos, nos dijeron que nos daban otro bus y entonces,... empezó el delirio.
Llamo a casa con los cuatro duros que me quedaban desde Londres y le digo que salimos a las 11:30 (que acabamos saliendo a las 12 pero bueno). A las 11:30 nos metemos dentro de un pequeño autobús que parecía que iba a llevarme al colegio, 2/3 de la gente me miraba con mala cara y el conductor, madre mía el conductor, estaba loco de cojones. Ha dado un parón en un semáforo que, joder, eso no lo había visto nunca. En una calle llena de baches se puso a toda hostia y parecía que volábamos. Vale que en el billete pusiera que "las maletas no están aseguradas y no se responde ante daños de objetos de valor" y que ninguno llevara una vajilla china en la maleta, pero coño, ¡No mates a los pasajeros! Seguro que se alegra si llegamos todos sanos y salvos. Bueno, pasamos por Parma, Reggio Emilia, Bolonia y por fin Florencia. Se para y dice: "Florenciaaaaaaaa" y empieza a ir hacia las maletas, pero no estábamos en la estación. Le pregunto que dónde estaba la estación y me dice "¿Ves la farmacia? Pues de ahí giras a la izquierda y luego camina 100 metros todo recto". Todo perfecto si no fuera porque estaba como a 1km y yo ahí con dos maletas pesadas y una mochila que me estaba matando la espalda. A mitad de camino uno empezó a maldecir al conductor, pero ya se había ido de Florencia, menudo cabrón.
Eran las 16:30 más o menos y con suerte habría algún bus hacia Grosseto, pero ya no podía más. Me cogí un billete de tren hacía mi pueblo que tardaba una hora más, pero me daba igual. Llegué cuando tenía que llegar, sobre las 20; 30, por fin. ¡Tenía unas ganas de una ducha y de comer tremendas!
Muy flipantes los 2 días que me tiré a lo tonto en el trayecto Licester-Grosseto (48 horas prácticamente vamos), si no hubiesen habido retrasos lo aconsejaría porque me he reído mucho y en el aeropuerto no ves a la clase de locos que yo vi, el indio entra dentro de esta categoría.
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