A unas cuantas horas de una ciudad emblemática, llena de luces, música, sabor y donde los turistas duermen poco, se encuentra uno de los sitios naturales más impactantes y llenos de aventura, emoción y admiración. Estoy hablando del Gran Cañon del Colorado, ubicado en el norte de Arizona, Estados Unidos. Su majestuosidad y su presencia hacen de este lugar un espectáculo natural digno de visitar.
Para llegar a él, hay diversas alternativas completamente viables, una de ellas es por medio de un carro particular, otra es tomando un bus desde Las Vegas a altas horas de la madrugada, ya que el trayecto es largo. Una vez llegado al punto de encuentro, todos los visitantes son recibidos por personal altamente calificado y entrenado para dar ciertas instrucciones y explicar un poco más acerca del lugar y culturizar a la gente sobre lo que está próxima a observar.
Al continuar con el recorrido, las personas van llegando a uno de los primeros y más concurridos miradores del parque y, efectivamente, es sorprendente la belleza, grandeza y presencia de aquellas rocas que forman todo un paisaje árido lleno de colores fusionados entre semejante monumento.
Es impresionante mirar cómo la gran cantidad de turistas que visitan diariamente el lugar, son enloquecidos mientras capturan las mejores y más fascinantes recuerdos en varias fotos. Al continuar con el recorrido, a unos metros más adelante, se pueden obtener vistas de diferentes ángulos, aunque todas con una particularidad: el Gran Cañon como el actor principal de la toda escena.
Es una aventura que se disfruta el día completo. Las personas vienen y van con sus amigos y familiares, disfrutando del maravilloso espectáculo que ofrece la naturaleza. Además, para quienes son amantes de los riesgos, tienen la posibilidad de volar sobre el Gran Cañon en helicóptero y bajar entre las rocas cóncavas con un guía turístico. Definitivamente, éste es un lugar característico para visitar, llevando consigo una cámara fotográfica con el fin de registrar grandes recuerdos.
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