Un poco de historia nunca viene mal

A algunos la historia les parecerá aburrida, estúpida, que nos miente en muchas ocasiones o simplemente les dejará indiferente. Pero señoras y señores, la historia, lo que ha ido pasando a lo largo del tiempo en un lugar determinado, nos enseña y debe enseñarnos muchas cosas.

¿Qué es la historia?

Pues según la primera acepción de la RAE, la historia es la "Narración y exposición de los acontecimientos pasados y dignos de memoria, sean públicos o privados", y esto no nos quiere decir otra cosa que la plasmación de lo que ha ido pasando a lo largo de los tiempos.

¿Para qué sirve verdaderamente la historia?

Si bien hay dudas constantes de si algo que ha pasado anteriormente puede llegar a servirnos en la actualidad, lo cierto es que pocas cosas que nos ocurren a diario no han ocurrido ya anteriormente, no simplemente a nosotros sino a otras personas de nuestro entorno e incluso amigos o familia.

Leer sobre ello, analizar sus experiencias y casos diversos e imaginar el porqué es valioso lo que tenemos en frente debe ser la consigna que tengamos al ir descubriendo lo que a otros les ha ido pasando en sus vidas.

¿Cómo podemos aprender de ella?

De nuevo todo tiene una mayor simpleza que lo que podemos llegar a imaginar, y es que la historia, no es solo eso que encontramos en los libros de la materia en cuestión; sino que incluso cualquier anécdota que te cuenta un amigo de lo que hizo el fin de semana debe dejarte una moraleja y algo de lo que aprender. De todo absolutamente todo se aprende, y el no hacerlo es tan solo un error que no deberíamos cometer por nuestro bienestar futuro.

Ya sean esas experiencias de amigos, ya sea lo que nos cuenta la televisión, el cine, un libro o tu vida de estudiante hacen que vayan transcurriendo cosas a lo largo de tu vida y de lo que sin duda se puede llegar a aprender, y mucho. Debemos abrir nuestros ojos y mirar más allá, pararnos un momento en el Mundo y decirse a sí mismo que vamos a captar todo eso que puede sernos útil y aprender de ello. Como siempre actitud.

Pero es que más de uno me preguntará; bueno.... y yo que no suelo ser observador, ¿cómo lo hago para cambiar esto y empezar a darme cuenta de muchas más cosas que ocurren a lo largo de mi día a día? Pues todo es perseverancia y paciencia amigo; y es que lo primero es reconocer que se tiene un problema, para luego poder atajarlo de raíz y solucionarlo.

Ya tienes el primer paso dado y poco a poco te irás dando cuenta de todo lo que pasa, y si de primeras tu cerebro actúa en “piloto automático” y con ello, la literalidad impera en tu mente; pronto la atención será mayor en cada cosa que hagas, ya sea escuchar a un compañero de clase, a un profesor o simplemente coger un chiste a tiempo (que hay personas que ni repitiéndolo unas cuantas veces llega a entenderlo). Actitud, actitud, actitud y actitud. Por supuesto actuar es necesario y no solo es replanteárselo y ya todo vendrá como si nada.

De la historia se aprende si queremos aprender de ella y por ello como decía antes, solo será posible si somos capaces de ir más allá de lo primero que creemos o nos cuentan y vamos a las fuentes, a cuestionarnos las cosas y en definitiva a usar más el cerebro, que para eso nos lo han dado y nos diferencian de todos los animales no racionales que podemos encontrar en la vida.

¿Eres alguien racional o alguien que actúa por instinto y en “piloto automático”?

Solo el hecho de replantearlo ya te hace pensar y desmarcarte del resto, así que date una oportunidad para que empieces a actuar por ti mismo, con personalidad y con la certeza de que lo que crees de ti mismo es la verdad y no todo aquello que opinan los demás.

La historia es un conjunto de elementos pasados que tienen causas y consecuencias detrás; el hecho de verlas es cosa de cada individuo y ya ahí, en su libertad, yo no voy a meterme.

Vamos, vamos, vamos, vamos, vamos, vamoooss, vamooooooossssssssssssss gente seguimos aprendiendo, seguimos mejorando.

Continuará.....

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