No volvería a ir a Jaén

Sencillamente lo aborrecí. Solo duré 4 días antes de que hiciera que mi universidad me cambiara de destino a otro lugar. Puede que la gente diga que tendría que haber esperado un poco más, pero yo ya sabía que no iba a cambiar nada.

Primero, un grupo viajó a Málaga y, no fue tan mal, pero después tuvimos que coger un autobús de 8 h para llegar hasta Jaén ya que era el único modo disponible de llegar allí (los trenes dejaban de funcionar a partir de las 14:00 h). El precio tampoco era muy malo, pero prepárate para lo peor. No te molestes en ponerte a la cola educadamente, tan pronto como el autobús llegue, mete tu equipaje y, ponte a la cola para enseñar el ticket.

Una vez montados en el bus, nos dimos cuenta de que se nos habían asignado asientos; sin embargo, alguien estaba sentado en ellos, fue un error, tenían que haberse sentado en los que estaban detrás de mi amigo, así que, de manera educada y en español dije: creo que están en nuestros sitios. Los chicos se cambiaron de asiento sin poner ninguna pega, pero otro hombre escuchó lo que había sucedido y empezó a gritar al resto de los viajeros lo que habíamos hecho. No sé si se creía que no le entendíamos. pero yo solo quería reventarle. Me pasé todo el viaje enfadada con ese hombre, ya que no era de su incumbencia y, realmente, me molestó mucho.

Llegamos a Jaén sobre las 22:30 h y ya teníamos reserva en un bonito hotel a las afueras de la ciudad. Creo que se llamaba Ciudad de Jaén o algo parecido. Mi amigo y yo teníamos la habitación con vistas al jardín y, por un lado, veíamos las luces de la ciudad y, por el otro lado, estaba totalmente oscuro. No había nada en la distancia y, en ese preciso momento es cuando me di cuenta de lo apartados que estábamos.

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Uno de nuestros amigos es y, por falta de mejores palabras, muy gay. Digo esto porque fue parte del motivo por el que no me gustó Jaén. Mientras caminábamos por la ciudad, mi pobre amigo no paraba de recibir miradas de asco. Una mujer en un restaurante se le acercó colocándose a tan solo 1 metro de su cara mirándole con asco ¡ni siquiera pestañeó! Mi amigo solo sonrió porque ¿qué más podía hacer?

Otro motivo fueron los restaurantes. A cualquier sitio que fuéramos, la gente nos decía que ese día no servían comida y nosotros no entendíamos el porqué. En un restaurante, solo estábamos mirando el menú desde afuera cuando un camarero se nos acercó y nos dijo que el restaurante estaba cerrado, cerrándonos la puerta en nuestra cara. Miré a través de la ventana y vi que todo el mundo estaba comiendo y bebiendo. En otro diferente, preguntamos por la comida y el camarero dijo que solo cocinaban un menú bastante pequeño, así que pensamos que era bastante justo. Este menú solo tenía 4 cosas para elegir, pero no nos quejamos hasta que vimos entrar a una familia española ordenando un montón de comida sin ningún problema; comieron y se fueron. No tengo ni idea del porqué nos trataron de manera diferente.

Mi amigo entró en una tienda de móviles para intentar conseguir una tarjeta SIM española, así que preguntó a la dependienta sobre las ofertas que tenían. "Educadamente" dejó de hablar con su compañero, giró los ojos y volvió a girarse para terminar la conversación con su compañero. Si en ese momento hubiera hablado mejor español, hubiera tenido una charlita con ella. Hasta cuando lo intentamos nos seguían ignorando.

Los trabajadores de la universidad no estaban mal, algunos eras amables y otros no. Les pedimos que nos ayudaran con el alojamiento y una mujer nos llevó hasta una farola donde había algunos anuncios y nos dejó allí. Incluso hasta los estudiantes extranjeros eran bordes. Me acuerdo de estar esperando en la cola para matricularme, allí había unas italianas que pararon de hablar para mirarnos, darse la vuelta y reirse de nosotros. Empecé a despotricar diciéndole a mi amigo lo maleducado que eso había sido. No me importó en absoluto si me entendieron a no, a esas alturas estaba muy enfadada. Cuando llegamos al final de la cola para matricularnos, parece ser que nuestra universidad inglesa se había olvidado mandar unos documentos importantes, por lo que no podíamos matricularnos. En ese momento, mi amigo gay ya había decidido que no quería estudiar en el extranjero y, mi otro amigo, se lo estaba planteando (éramos 4 en total). Era justo que no pudiésemos matricularnos, pero decidimos intentar pedir ayuda de nuevo con el alojamiento. La mujer de recepción dijo que no podría ayudarnos puesto que todavía no éramos alumnos de la universidad. Nos dijo que teníamos que conseguir los formularios y que había una impresora en la librería para que los imprimiéramos. Lógicamente le preguntamos dónde se encontraba esa librería y me dijo que no nos lo podía decir porque no éramos estudiantes de la universidad ¡maravilloso!

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Para mí esto supuso tener un gran peso en los hombros, no quería matricularme ni tampoco quedarme allí. Mi amigo empezó a llorar, la única comida decente que tuvimos en 3 días fue la del Burger King. Estábamos agotados y frustrados, fue la gota que colmó el vaso. En este momento, le dije a mi amigo que no nos íbamos a quedar allí y que nos íbamos a trasladar. Si no estás contento con el lugar donde estás, díselo a tu universidad lo antes posible y no te eches atrás. Si son como en nuestra universidad, Sunderland, intentarán ponértelo difícil para que no te cambies, pero no te rindas.

La única cosa buena de Jaén fue el hotel. Siempre fueron amables y tuvimos un tiempo estupendo. Es una pena que la mayoría de gente lo arruinara. ¡No volvería a ese sitio ni aunque me pagaran!