Feria de Jaén

Porque no puedo continuar este blog sin dedicarle alguna celebración a mi querida Jaén, es mi deber hablaros de una de las que estoy deseosa que llegue cada año. No podía ser otra que la feria de Jaén, de la que desentrañaré los puntos más importantes en el siguiente artículo:

Cuándo se celebra:

No somos nadie si queremos ir a un evento de esta importancia y ni siquiera sabemos cuándo se celebra. Es por ello, que lo primero que diré será que se considera la última feria andaluza, ya que, alejada del verano (donde se concentran la mayoría de las ferias sobre todo de ciudades y pueblos más pequeños), la encuadraríamos en sus fechas más utilizadas entre el 10 y el 18 de octubre, que además serán los nombres de las calles respectivas de la feria como conmemoración del santo patrón de la misma San Lucas (de hecho, muchos conocen a la feria como la Feria de San Lucas en vez de la Feria de Jaén).

De esta manera, la feria durará desde el comienzo de un fin de semana, pasando por toda la semana de por medio entera, hasta completar las celebraciones despidiéndola en el siguiente fin de semana, siendo así considerada una de las ferias más largas del territorio andaluz.

Dónde se encuentra:

Importante asunto, ya que no será ni la primera vez ni la última en que se cambia la ubicación exacta donde se realiza el evento. Se ha llegado a pasar por muy distintas zonas, incluyendo alguna en el centro, también en el antiguo botellón, cerca de algún parque empresarial y otras tantas zonas, hasta que por fin parece que se ha obtenido la que mejor compensa las ventajas y desventajas de la misma. Hablo de las cercanías del Complejo Deportivo La Salobreja, al lado de la Jefatura de Policía Local en la Ronda Sur.

Para poder llegar hasta allí, que se encuentra alejado de la zona centro, y, por lo tanto, andar hasta allí desde cualquier otro punto de Jaén no tiene especial sentido; lo cierto es que lo mejor es coger el autobús. A razón de estas fechas de feria, la ciudad se vuelca con ella, y por supuesto, también su ayuntamiento, que pone cada pocos minutos autobuses que llegan hasta la feria (y también en camino contrario de vuelta). Por ello, lo mejor será sin duda olvidarse de moto o coche y acogerse a lo público. Decir, que por supuesto, los taxis se cuentan por muchas decenas en sus alrededores y a lo largo de los sitios clave de la ciudad, por lo que también es otra opción rentable si somos unas cuantas personas y queremos obviar el trayecto en bus lleno de gente (más las colas, mayor tardanza, etcétera).

Eso sí, la feria de Jaén tiene algo en común con la de Málaga, ya que, se divide la misma en dos tipos de ferias distintas (que luego iré analizando cuando vaya llegando a los puntos respectivos), de noche y de día. Decir, que la de día se lleva a cabo en otra parte de la ciudad, en este caso en zona céntrica, siendo el Barrio de San Ildefonso el que recomiendo en muchos sentidos y sobre todo por sus buenos lugares para comer.  

Para llegar a esta zona del centro, no habrá que coger ningún transporte en especial, ya que la ciudad excepto que vengamos de las partes más externas de la misma, no tiene demasiada superficie, y, por lo tanto, llegar hasta el centro será simple y rápido tan solo andando unos minutos. Además, el aparcamiento por allí no es recomendable, con muchas zonas cortadas por la celebración a los distintos vehículos, lo que hace tener una razón más para dejarlo aparcado y hacer algo más de ejercicio.

Qué horario es el mejor para ir:

Depende totalmente de qué es lo que estemos buscando en la feria. Porque, si, por un lado, la feria de mañana es más para las familias, personas que les atrae menormente la fiesta basada en alcohol, etc; lo cierto es que se terminan viendo todo tipo de edades tanto en la de mañana como en la de noche, por lo que, evitando el perfil humano de edad, género, etcétera; habrá que centrarse en mayor medida en qué tipo de cosas queremos hacer.

Por un lado, si nuestro objetivo simplemente es echar un buen rato comiendo, hablando y demás, lo mejor será centrarse en la feria de día, donde encontraremos en la parte más céntrica de la ciudad no solo mayor tipo de variedad de productos, comidas y sitios, sino, además, otras personas que buscan lo mismo alejados de los cacharritos y embrollo que suele formarse en la parte de la feria tradicional (los cacharritos son las atracciones de feria).

Por otro, si nuestra idea es bailar, beber, conocer gente y todo ello con un ambiente puramente festivo, lo mejor será ir a la feria tradicional cercana al estadio ya comentado. Si la fiesta es nuestra predilección, comentar que lo mejor será ir más bien tarde, cuando ya el sol no da, cuando quedan los últimos rezagados para cenar y que tras ello no cabe duda de que tirarán a echar un buen rato a la feria. Las casetas (los lugares donde se ponen las barras, se sirven las bebidas y encontramos la música), suelen llenarse ya a media noche, teniendo el culmen sobre las 2-3 de la mañana (si bien, comentar que las casetas más de personas más jóvenes se llenan de gente menor de edad, por lo que tendremos que buscar más a fondo hasta encontrar aquella en la que nos sintamos totalmente a gusto).

En cuanto al horario de comer, cuanto más pronto vayamos a la feria de día mejor, siendo una de las horas más claves el entorno de la 13 de la tarde, siendo las 14-14.30 el peor horario con respecto a número de personas en los mejores sitios y por supuesto comodidad, afluencia, etcétera, por lo que o bien reservamos mesa en algún sitio que conozcamos, o si vamos a una hora más tarde de la adecuada, lo normal será verlo todo hasta arriba y tener que esperar para sentarnos incluso a veces más de una hora.

Cómo sería un día típico en la feria de Jaén:

Si queremos adentrarnos en esta fiesta y sus costumbres, no podemos dejar de levantarnos temprano para ir a la zona más céntrica de la ciudad y disfrutar de su ambiente, sus vistas y su gente desde pronto. La gente a la feria de día intercala o bien vestidos de gitana por parte de la mujer, o bien por el hombre o en camisa, algunos con traje y otros de manera más informal, por lo que ya seas mujer u hombre, lo mejor será ponerse lo más cómodo que podamos y si alguna vez quieren sentir lo que se siente al ponerte un traje de gitana, decir que se pueden llegar a encontrar a muy buenos precios, por lo que todo es probar.

Por ello, una vez hemos dado una vuelta por el centro, con su decoración explícita para la fecha y demás, no nos queda otra que comer por allí, temprano, a eso de las 13 o así y en mi opinión lo mejor será el barrio de San Ildefonso, donde habrá muchos bares, restaurantes y sitios con comida típica de la ciudad, a buen precio y con un servicio excelente.

No debe faltar una de las bebidas más famosas de la feria y es el Pilycrim, un derivado de vino Cream parecido al Pedro Ximénez, dulce, pero nada empalagoso, que lo cierto es que siente fenomenal, entra aún mejor y le va a todo. Su precio es menor a los 10 euros (hablo de la botella por supuesto), y te da para bastantes vasitos, ya que es una bebida que se bebe sola.

Una vez hemos comprado alguna y ya se va acercando la tarde noche, lo suyo es irse al recinto ferial, que, con más de 70 casetas distintas cada año, el ambiente nunca va a faltar. A sus alrededores, encontraremos numerosos puestos en los que no solo nos venderán todo tipo de comida rápida típica como bocadillos, dulces, patatas fritas, etcétera; sino que encontraremos otro de los productos comunes que se deben probar sí o sí. Hablo de los denominados “chatos” de vino, que, junto con el barquillo correspondiente que te ponen siempre, sale justo a 1 euro e incluso a veces, te dan dos por el mismo precio, por lo que buena manera de seguir poniéndonos en marcha ahora que justo acabamos de entrar en el recinto ferial nocturno.

Comentar también, para aquel que siga con su botella de Pilycrim y no sepa dónde bebérsela, que, en el recinto nocturno de la feria, hay justo a un extremo un botellón por el que miles de personas pasan cada día para echarse la bebida preferida. No te va a molestar la policía ni nadie, porque es totalmente legal beber justo en esa parte, así que nos olvidaremos de cualquier tipo de preocupación al respecto y nos centraremos en pasarlo lo mejor que podamos. Decir que esta botella y otras tantas bebidas, se pueden adquirir no solo en los supermercados (cuidado porque suelen agotarse con tanta demanda, por lo que lo mejor será comprarlas días antes de que llegue la feria, ya que, incluso el precio de las mismas sube considerablemente), sino también en las mismas casetas de la feria, si bien sus precios variarán con respecto a las mismas y con respecto al supermercado también (o las distintas tiendas de ultramarinos que hay alrededor de la ciudad).

Allí mismo en el botellón la gente suele hacer sus necesidades, con baños portátiles dedicados al extremo y que incluso algún que otro flojo, ni siquiera utiliza prefiriendo hacerlo en medio de la naturaleza. Decir que esta parte es grande, y que no habrá problema por tener el sitio que necesitemos para beber lo que llevemos.

Una vez ya hemos cargado algo el buche, lo mejor será irse a la zona de atracciones, al otro lado del botellódromo, para aprovechar que es feria y revivir los momentos de juventud donde queríamos probarlo todo. Hay una enorme variedad de atracciones, siendo las más queridas por todos los coches de choque (o tropezones como les dice alguno), la conocida noria (con una altura más que considerable para poder llegar a ver alguna que otra buena vista de la ciudad), y las cataratas por si el día acompaña. Además, como nos podemos imaginar, habrá decenas más, algunas pensadas para los más pequeños, y otras que te pedirán una mínima edad para entrar y que llegan a coger velocidad y altura a tener en cuenta no apto para los más miedosos.

Además, si bien las atracciones (como luego ya hablaré con respecto a los precios), suelen ser consideradas bastante caras por los vecinos, hay un día que es el de San Lucas, el 18 de octubre, en el cual valen todas justo la mitad, con ofertas especiales dependiendo de la atracción a la que queramos subirnos. Es por ello, que ese día habrá mucha más gente de lo habitual, las colas se notarán y el tiempo de espera para montarte en ellas será ampliado hasta límites que es mejor no llegar a replantear. Eso sí, en los coches de choque (mi preferida), podéis comprar el número de fichas que queráis, y una vez estáis subidos a ellos, si queréis podéis repetir hasta la infinidad, ya que no tendrás que esperar de nuevo para comprar nada y nadie te podrá echar de ese coche que elegiste.

Por cierto, en este tipo de atracciones en las que acaba una misma incluso “cogiendo la matrícula” a los demás y con ansias de venganza por ratos querer chocarse contra un determinado coche; decir que lo mejor será que no se nos vaya la cabeza demasiado, ya que siempre hay grupitos de chicos que se montan en distintos coches y que cuando la toman con alguna persona en especial, le terminan haciendo el viaje de atracción una auténtica pesadilla; por lo que lo mejor será tener cuidado con quien nos enfrentamos y tomarnos más la atracción como simple diversión que como enfrentamiento entre partes que no acaba generando nada bueno (más de una pelea, insultos y más cosas he visto por cualquier estupidez).

Ya una vez hemos echado un rato en los cacharritos, decir también que a sus alrededores hay multitud de posibles juegos en los que ganar distintos premios. Los más típicos como premios posibles son los peluches, balones y en general cualquier tipo de juguete que nos podamos llegar a imaginar, a un precio barato, y que, siempre acabas echándote muchas risas de lo torpes o buenísimos que somos; así que siempre será interesante probar nuestra puntería, fuerza, habilidad o lo que requiera el juego elegido. A mí en particular el que más me gusta es uno que ponen de camellos en los que debes meter bolas en distintos agujeros con una puntuación diferente, debido a la dificultad de introducir la pelota en los mismos. Hay multitud de camellos que se van moviendo con respecto al acierto de los participantes y siempre hay un pique sano de personas tirando bolas que lo hace muy competitivo y entretenido.

Si eres más de tiro, por supuesto hay variantes con armas en las que tendrás que darle a ciertos objetivos para conseguir el premio. Los dardos también tienen cabida, y no cabe duda de que algún juego de fútbol y baloncesto podremos encontrar a nuestro paso por la zona. Si, en cambio, eres más del puro azar, hay numerosas tómbolas para echar el rato y que pueda tocarte algún premio más suculento. No es raro llegar a ver más de una persona que termina llevándose una Playstation 4, una Xbox, o juguetes que estamos seguros de que valen dinero de verdad; por lo que no penséis que es solo tirar el dinero, ya que puede tocaros algo bueno.

Una vez pasada la zona de cacharritos, es el momento de que animados y con adrenalina por dentro de tanto movimiento, descarguemos la misma bailando o escuchando la música que queramos dentro del ferial. No cabe duda, de que, con más de 70 casetas, cada una de ellas con un estilo particular, podremos llegar a explorar con libertad (100% recomendado) hasta dar con esa que nos encante. Para los abiertos al reggeaton, por supuesto Jaén no va a perder comba con este tipo de casetas y acaba siendo la música más escuchada en las casetas de los más jóvenes, pero con una mezcla entre sevillanas, algo de flamenco, pachangueo, salseo, y música comercial más estilo pop, que hará que estés donde estés tarde o temprano te llegue una canción que de verdad te haga tener ganas de bailar.

Además, en la caseta principal, que pronto sabremos cuál es debido a su mayor tamaño y a la de gente que se mete dentro y a sus alrededores; hay multitud de eventos, actuaciones, etcétera que dará un toque distinto para cuando nos cansemos de las distintas casetas que vamos visitando. Mencionar, que entrar a las casetas es totalmente gratuito, ya que, por ejemplo en otras ferias como la de Sevilla, no es lo que ocurre (de hecho, en Sevilla, un portero te preguntará de parte de quién vienes, ya que cada caseta tiene un denominado “padrino” y será él y sus allegados más cercanos los que terminen aceptando o no la entrada de las distintas personas que se aglomeren fuera). Esto es algo fundamental, ya que podrás irte y cambiar de caseta sin ningún tipo de compromiso, con una facilidad excelente y con la certeza de que tarde o temprano encontrarás justo la que se adapte a lo que buscas.

Por otro lado, dependiendo de la edad que tengamos, unas casetas serán más apropiadas que otras, ya que ni la música ni el ambiente será el mismo, pero de nuevo será algo que se pruebe y compruebe a base de acierto error y no tiene mucho sentido que os diga el nombre de las mejores casetas o no, ya que, no son pocas las veces que acabas yendo al año siguiente a la feria en búsqueda de una determinada caseta y te terminas encontrando con que ese mismo año ya no está o la ha cogido otra persona distinta con un “rollo” totalmente diferente.

Para cuando nos cansemos de bailar, de ver actuaciones, de beber o lo que sea, decir que siempre encontraremos comida a nuestra disposición a muy pocos pasos y que no nos podemos ir de allí sin comernos una buena papa asada, acompañada con multitud de ingredientes, que te harán pasar de hambre a saciedad en muy poco tiempo, y con un precio fabuloso (4 euros simplemente).

Cómo me recojo:

Se te hacen las tantas, ya que algunas casetas no cerrarán hasta pasadas las seis de la mañana, has bebido e incluso quizás no sepas ni dónde te encuentras, pero lo bueno de todo ello en Jaén es que la salida para irnos a otra parte más céntrica se encuentra en el mismo sitio y todos acaban yendo hacia allí, por lo que lo único que tendrás que hacer es seguir a toda la aglomeración de personas que te llevarán hasta la parte donde poder coger autobuses o taxis que te hagan llegar a tu casa fácilmente. Por supuesto, dependiendo del horario y el día en concreto en el que vayas a la feria, podrás encontrarte unas colas muy contundentes o por otro lado, nadie esperando, así que tenlo en cuenta por si tienes cosas que hacer a una determinada hora para planificarte bien.

Ya que hablo de ello, para mí los mejores días son los de entre semana, el martes, miércoles y jueves, días en los que las aglomeraciones son menores en todos los sentidos, en los que la gente se centra más sobre todo en la feria de día y que por la noche ya es otro tipo de personas más centrados en salir de fiesta etcétera; por lo que podremos elegir bien el plan querido y saber que habrá ambiente pero sin pasarse. El porqué los fines de semana los elimino de mi agenda, es porque vienen miles de personas de los alrededores de la ciudad, de otras provincias, etcétera, y acaba llenándose hasta límites insospechados, con unas colas en todo tipo de actividades que vayamos a hacer y con un ambiente que no es bueno, ya que la gente de fuera no cuida de la ciudad y parece que buscan más pelea que otra cosa. Por supuesto, no hay que generalizar, pero tampoco me quedo sorprendida cuando sé que todos los años en los fines de semana acaba sucediendo algún hecho que es mejor no querer vivir en directo (hablo de cuchillazos, peleas de todo tipo, robos por decenas, comas etílicos, etcétera).

Precios:

Si la idea es ir a la feria de Jaén, se nos debe quedar algo claro desde comienzo, y es que, vamos a gastar mucho dinero, queramos hacer más o menos cosas, al final el dinero irá volando y ni siquiera hemos sido conscientes de ello. Las razones son simples:

  1.  Transporte: por el hecho de querer ver tanto la feria de día como la de noche, está claro que no vamos a vivir al lado de ambas, y al final entre el autobús o bien seguro cayendo algún taxi algún día que vayamos, acabaremos gastando fácilmente en la semana más de 20-30 euros en transporte sin habernos ni dado cuenta.
  2. Comida: al final, pues sí, son solo 10 días (y gracias, ya que muchas otras ferias duran de 3 a 7 días, por lo que Jaén es un caso especial en este sentido), y quieres comer con tus allegados y amigos fuera para disfrutar del seguro buen tiempo que hace (es la típica fecha en la que el frío no ha llegado y aún son los últimos momentos en los que puedes ir sin chaquetón a la perfección). Ello hará que te termines gastando más de 10 euros en cada comida con la bebida correspondiente, que multiplicándolo por dos son ya otros 20 euros que te has gastado en un solo día. Imaginemos que te has ido a la feria solo tres días (que si vas a Jaén y te coge los 10 días enteros, date por seguro que tan solo tres días no vas a visitar el recinto, sino que serán muchos más), pues ya nos daría la cantidad de 60 euros. Y, todo ello, sin contar los típicos caprichos o los gastos superfluos que jamás contamos pero que siempre suman. Hablo de los chatos a 1 euros, de las papas asadas a cuatro euros o bien de algún que otro turrón o dulce que se nos apetezca cuando pasamos por al lado de los distintos puestos de la entrada.
  3. Bebida: es un punto clave del asunto, ya que si la botella de Pilycrim cuesta unos ocho euros en el supermercado, deberás meter al menos dos euros más cuando te decidas a comprarla en alguna caseta de la feria, pero es que, una botella entre algunos se va en nada de tiempo, y con lo suave y bien que entra, no soy exagerada si te digo que puedes beberte casi tres botellas tú misma al cabo de un día (y al final piensas en cómo ha sido posible beber tanto si normalmente no lo hacemos). Pues si solo terminan cayendo dos botellas e incluso no te pides nada más en las casetas (cosa que por supuesto no va a ocurrir), pues hablamos de otros 16 euros al día que por los tres días de media que iremos son ya 48 euros para sumar, acercándonos a los 100 en tan solo tres días. Y, lo dicho, acabas pidiéndote agua por sed, alguna copa en una caseta (cosa que rondará los ocho euros de manera media) porque la música te encanta y no te vas a ir a la otra esquina a comprarte una botella, etcétera; por lo que siempre acabaremos gastando más que el presupuesto mínimo que le pongamos.
  4. Cacharritos: de nuevo día peligroso, ya que, si eres de esas personas que acaban divirtiéndose más en este tipo de actividades que en las mismas casetas (yo he tenido mis épocas), lo cierto es que se te puede ir todo el dinero en muy poco tiempo. Casi cualquier atracción rondará los seis euros, llegando casi a diez las más peligrosas y por ende, más divertidas, lo que con solo tres veces que nos montemos en una atracción media por dos de tres días que vayamos a la feria ya serían 36 euros, y todo esto tirando muy por abajo, ya que como te piques en alguna, seguro no vas a salir de allí en bastantes minutos. Por otro lado, la solución aquí es obvia, aprovechar el día de San Lucas (en el que cuesta todo la mitad), y subirte a todas las atracciones que quieras durante la feria pero aglomeradas en el mismo día. Acabas pillando numerosas fichas de los coches de choque debido a su bajo precio y al final eres capaz incluso de gastar más aún que si no hubiera habido oferta, por lo que de nuevo habrá que estar atento al asunto.
  5. Otros gastos: porque la feria no acaba ahí, sino que los gastos que redundan en la misma pueden ser de muchos tipos, ya que, si hablamos de un traje de gitana, de segunda mano incluso, podemos hablar de más de 200-300 euros, igual que si eres hombre y quieres vestirte de la manera tradicional. Los zapatos, al ser un terreno a partes no asfaltado, se acaban poniendo realmente mal, por lo que lo mejor ahí es ponernos directamente los que peores condiciones tengan en nuestro armario, y que estén lo más olvidados posibles. Alguna que otra raja en pantalón, camisa, blusa, etcétera te acabas encontrando y no entiendes la razón aparente, claro, pero es que tampoco te vas a acordar de cada caseta y atracción que has visitado con perfecta memoria, por lo que algún desliz tendremos siempre.

Si, además, terminamos ligando, lo mejor es comprar la protección apropiada a ello, cosa que resulta de un plus en el gasto, y, por supuesto, no se puede olvidar los paseos en caballo muy frecuentes por la feria y las distintas fotos que te sacan las atracciones y demás, por lo que siempre algún que otro gasto inesperado aparecerá para dañar a nuestro bolsillo de manera cruel.

Qué más hacer en la feria:

Cuando ya creemos que lo hemos hecho todo con la multitud de casetas, comidas variadas y atracciones que hemos visitado, lo cierto es que siempre hay algo que te pueda llegar a sorprender y por ello enumeraré las que a mi parecer son las más curiosas:

  1.  Caseta de los bomberos: conocidísima porque cada día a una determinada hora hacen un desnudo en su caseta los bomberos de la ciudad, haciendo deleitar a todos aquellos curiosos que quieran aprovechar para alegrarse la vista. Es una gran atracción y alguna que otra amiga mía ha llegado a estar durante horas nerviosa esperando el momento de verlos (con eso digo todo, os podéis imaginar). Así que, si queréis verlo bien, lo mejor será ir con tiempo.
  2.  Caseta latina: no cabe duda de que los latinos tienen el ritmo muy por dentro y que lo sacan a pasear cuando menos nos lo esperamos, por lo que a nadie le sorprende que en su caseta no solo la música que pongan sea muy parecida siempre, estilo salsa, bachata, merengue, kizomba y demás; sino que ellos mismos te enseñarán a bailar si no sabes, o directamente te sacan de la mano para que disfrutes, por lo que siempre te lo pasarás bien allí, con mucha marcha, mucho baile y todo alegría. Si encima acabas aprendiendo algunos pasos, pues mejor para que al año siguiente, no seas de nuevo la novata o novato del grupo.
  3.  Caseta LGTB: en mi opinión la que mejor rollo tiene con respecto al ambiente, la ausencia de sucesos indeseados y la música. Música moderna, cambiante, que alterna y que te hace siempre tener que mover los pies de donde estés. Añadimos que la gente se ve que disfruta, que es alegre y que los precios en la misma son excelentes, y acabará siendo una de tus favoritas en la que terminarás repitiendo en la visita.

Conclusiones:

  1.  Experiencia única: solo hay una celebración en toda la ciudad y provincia de Jaén que dure hasta diez días y en los que cada uno de ellos esté con buen ambiente y multitud de posibilidades en la que disfrutar y terminar pasándolo bien; por lo que no cabe que la primera conclusión es la más lógica y es que la experiencia en la feria de la ciudad será única. En mi opinión (y escribe una chica que ha estado en decenas de ferias distintas), la feria de Jaén es la mejor en la que estuve. Y no es porque sea la más grande (que otras como la de Málaga, la misma de Sevilla o la de Jerez lo son y por muchísimos más kilómetros cuadrados y casetas), tampoco porque tengan más atracciones (que como en el anterior ejemplo, esas mismas nos golean por mucho), tampoco por el hecho de las mejores actuaciones (que, por cierto, durante los diez días habrá corridas de toros por los festejos, si bien no quise adentrarme mucho en el tema porque no me convence a mi ese mundo), y menos aún por sus precios (que, como en todas las ferias, suelen ser abusivos en muchos aspectos, pero que se repiten con una frecuencia no deseada en otras tantas); sino que, la clave del asunto es el "rollo" de la gente que va, que lejos de otras en las que hay horas que incluso llegas a temer porque algo te vaya a pasar, aquí todo es distinto, tiene un ambiente familiar y amenos por las mañanas que se une a que la gente que sale a la noche igualmente también tiene ese toque de alegría y querer pasarlo bien sin problemas, que acaba por ganar a las demás (poniendo la excepción ya mencionada con respecto a los fines de semana).
  2. Los dos tipos de ferias: porque teniendo tanto la de día por el centro como la de noche alejada del barullo matutino, siempre habrá opción a disfrutar de la manera que más se ajuste a nuestra personalidad y deseos, cosa que, en la gran mayoría de otras ferias no sucede, teniendo todo junto en un mismo sitio, y haciéndole perder ese toque mágico de dividir las cosas cada cual con su gusto. Mencionar que Málaga sí que tiene la feria también entre las llamadas de día y de noche, y es por eso (que seguro ya haré algún artículo de ella en el futuro), que me parece otra de las mejores ferias que podemos visitar en nuestra tierra.
  3. Fácil de llegar: accesible, tardando muy poco tiempo en llegar desde el autobús desde cualquier otra parte de la ciudad (al contrario que la de Granada, que puedes llevarte casi 40 minutos en el autobús entre las miles de paradas y lo lejos que se encuentra de todo), y por ende, con el taxi que nos costara un precio asquible para cuando vamos un buen múltiplo con el que aprovechar los sitios del mismo. Es una gran ventaja, ya que, alejados de la ciudad pero hasta cierto punto, se coge lo bueno de no molestar a nadie, de poder llegar a tener una zona donde la gente beba sin problema y de, además acoger a todas las casetas que se quieren montar cada año con una superficie considerable que satisface la demanda de la gente que la visita cada año.
  4. Es la última del año: recordemos que es la última del año, al menos la última grande, de las capitales de provincia, y con ello, es la última oportunidad de vivir todo tipo de buenas experiencias antes de que por fin llegue el frío. Así, es normal que dure tal cantidad de días y tampoco nos puede sorprender que sea acogida de la mejor manera posible pese a estar a mediados de octubre (porque lo normal es que gran parte de las ferias se concentren entre primavera y verano, aprovechando el mejor tiempo).
  5. Personas de todo tipo: ya que, sumado a todos los autóctonos de mi querida Jaén que por supuesto la visitamos como los que más, encontramos multitud de personas venidas de otras partes de la provincia, comunidad, país e incluso el extranjero que siempre le dan un toque exótico que merece la pena. Sobre todo, es porque teniendo a la ciudad de Granada a menos de una hora de trayecto por bus o coche, y sabiendo que es la ciudad de toda Europa a la que más gente Erasmus va; lógico también es pensar que numerosas personas de las que se queda en Granada todo el año, vayan a ir a visitar la Feria de Jaén. De nuevo, algo que siempre suma.

 

 


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