De Atenas a Ioannina

Publicado por flag-es Julia Rodriguez — hace 6 años

Blog: Los recodos de Atenas
Etiquetas: flag-gr Blog Erasmus Ioanina, Ioanina, Grecia

Las islas de Grecia, sus veranos en que todos los días son ''lunes al sol'', la costa, el azul, el aroma...Es un país conocido por un paisaje concreto tanto como España lo es por su costa andaluza y la paella. Pero ay de aquel que viaja buscando lo que sólo ha leído por encima.

Hoy os voy a hablar de los dos viajes que hice a Ioannina. Es una pequeña ciudad situada al norte del país, cerca de la frontera con Albania, y con unos alrededores que nunca había visto antes. Su historia, aunque no se remonte a los comienzos de la civilización, tampoco se queda corta.

Para los que quieran saberlo de antemano, tiene universidad y aeropuerto, por lo que para ciertas carreras es un destino como estudiante Erasmus. Si aún te lo planteas, léete esto y a ver que te parece:

Ioannina, ciudad serena.

Esto es lo primero que se me viene a la cabeza, pensando en su nombre de mujer y lo calmada que la encontré ambas veces que la visité. Una vez llegas tienes la sensación de entrar en un pueblo a punto de nevar, aunque los cielos estén claros. Quizá sea el aire que proviene del Lago Pamvótida, un mar en miniatura que acoge en su mitad a la única isla habitada con esta característica en todo el país, Janinna. ¡Hasta en las montañas hablamos de islas griegas!

Hay varios puntos de interés en la ciudad:

1. El castillo. Antigua ciudadela.

Si caminas por el centro encontrarás sin llegar a perderte una enorme muralla antigua, de roca clara, abierta en determinados puntos con portones colosales de hace cientos de años. Esta es la entrada al casco histórico de Ioannina, una ciudadela aún refugiada del exterior tras un muro, y a día de hoy habitada todavía. Entre sus callejuelas hay personas y animales domésticos que disfrutan de la calma y ausencia de tanto coche y que, junto a las señales, podrán indicarte el camino hacia el alto donde descansan las ruinas del que fue el palacio de un gobernador del Imperio Otomano: Alí Pashá.

A lo alto puede accederse de varias maneras, pero te recomiendo recorrer las calles sin preocuparte por el rumbo (hay indicaciones de salida y hacia los puntos turísticos cada poco). Además, si te fijas bien, podrás contar dentro de la ciudadela las bolas de cañón que han quedado varadas y aún descansan entre las rocas y las edificaciones antiguas. Son auténticas, lanzadas en los tiempos de la guerra.

1. El Palacio de Alí Pashá: en lo alto verás lo que queda de la antigua residencia de este emperador Otomano. Reinaba sobre la región, que entonces se extendía más hacia el norte y abarcaba parte de lo que hoy es Albania. En el yacimiento no se puede entrar, pero hay un Museo Municipal de antigüedades (joyas y vestimenta de la época) que sólo cuesta 1€ ver.

De Atenas a Ioannina

2. La Mezquita: debido a la religión musulmana que predominaba entonces, obviamente el señor emperador tenía su propio templete en el jardín.

De Atenas a Ioannina

Ambos monumentos se encuentran rodeados de verde y árboles, muy cerca de un mirador que da al manto de las aguas del lago. 

Mi historia personal es que, como fui durante los primeros días de Diciembre, el frío se levantaba bastante más tarde que nosotros, y cuando llegamos tuvimos que andar a través de la neblina que aún descansaba en la orilla del lago. Sin embargo, a medida que avanzaba el día fue levantándose, descubriendo aguas azuladas y las enormes montañas que rodean a la ciudad y que ninguno esperábamos encontrar tan cerca. Fue un espectáculo digno de volver a ver.

De Atenas a Ioannina

El Lago Pamvótida.

Es un lago enorme, para empezar. Desde los diversos miradores que hay en los altos no puede contemplarse fácilmente su final, pero tampoco es necesario. Brinda al ambiente humedad y un hermoso paisaje. En su orilla se encuentran varios puertos pesqueros, a lo largo de un paseo peatonal adornado con árboles, hasta el final de la muralla donde se encuentra el puerto del ferry que lleva a la isla.

De Atenas a Ioannina

- La isla de Janinna: este islote, como decía, es el único de su condición habitado en el país. En su interior hay una pequeña aldea pesquera que se nutre de su caza y del turismo. Lo que te ofrece es la visita a cinco monasterios antiguos, guardianes de importantes obras pictóricas bizantinas, y de entre ellos uno encarna la historia de la muerte del emperador Albano-Turco, que fue ejecutado allí al acabar su reinado. Es un área muy pintoresca, hacen una comida excelente y está rodeado de naturaleza en su máximo explendor.

El centro y su torre del reloj.

Ioannina como ciudad no es muy animada, ya os digo que en mi opinión hasta por la noche se mantenía tranquila y silenciosa. Sin embargo, hay varias calles para salir alrededor del centro, y numerosos bares de bebidas típicas griegas o clubs de baile algo escondidos. El tamaño de la ciudad se extiende hasta la Universidad (a unos 40 minutos andando).

De Atenas a Ioannina

Uno de los monumentos a apreciar en esta zona es su torre del reloj, renovada aunque de estilo algo clásico. Es un reloj tan modernillo que hasta anuncia sus campanadas por twitter (https://twitter.com/IoanninaClock). Cerca hay un parque y, un poco más lejos, otro mirador frente al bello paisaje natural de montaña y lago.

¿Cómo llegar?

Personalmente tuve la suerte de ir, ambas veces, en transporte privado (autocar y coche). Y digo suerte por la semi libertad que ofrece a la hora de viajar, pero la duración y el coste no es mucho mejor que el público. Además, Ioannina es una ciudad muy conocida y visitada frecuentemente por muchas personas, por lo que parten medios diariamente que te llevan hasta allí.

1. Autobús: empresa KTEL, esa que viste a sus autobuses de naranja, y suelen salir desde el centro de Atenas, concretamente en las estaciones situadas en Leoforos Alexandras (estación de metro (linea verde): Victoria). Desde aquí parten hacia numerosos destinos, pero por ejemplo los que indican que pasan por Patras (ciudad muy conocida por la macro-fiesta que se monta en carnavales, por cierto) o Arta probablemente también lo hagan por Ioannina. Es la ruta más común (Patras-Arta-Ioannina). Los que se dirigen hacia Albania también pueden hacer parada en la ciudad.

*La duración del viaje es alrededor de 7-8 horas.

2. Tren y autobús: otro medio es tomar un tren hasta Lamia desde la Estación Norte de Trenes (Kiffisias) y desde allí coger un autobús hasta Ioannina. Puede que lleve más tiempo, pero será más barato dependiendo del calendario y del horario de cada uno. Si te apetece buscar y pasar por estas regiones interiores, ¡aprovecha!

*La duración sería entre 8-9 horas.

3. Coche: el medio ideal para parar donde te plazca. Por ejemplo, en mi segundo viaje que hicimos en coche pudimos pasar por varios pueblos, entre ellos Nauplio. Según la ruta que escojas la duración será mayor, obviamente, y el coste de la libertad de decisión desgraciadamente se eleva (cada día más, hay crisis) hasta unos 70€.

*La duración del viaje directo rondaría las 5-6 horas.

4. Avión: si de verdad tienes muchas muchas ganas de llegar de forma directa, afortunadamente Ioannina tiene un pequeño aeropuerto a las afueras. En tan sólo 2 horas estarás allí, aunque ten en cuenta que el precio se eleva mucho más y que necesitarás un taxi para alcanzar el centro.

*IMPORTANTE: si conduces, no olvides que la forma de conducir y la calidad de las carreteras no es tan buena en Grecia, al menos comparado con España. No son pocos los recuerdos que tengo de carreteras de montaña mal asegurados, y de gran cantidad de baches, así que no lo desestimes.

La región de Ioannina: Vikos.

Esta región del país está muy caracterizada por la naturaleza y los paisajes de montaña. Si tienes la suerte de ir en coche, te recomiendo que subas más al Norte y hagas una ruta por los pueblos cercanos.

Entre ellos se encuentra la aldea de Víkos, a 50km al norte de la ciudad capital. Tiene un aspecto muy medieval y para nada se parece a los estereotipos griegos (a excepción de su forma de cocinar). Está lleno de gatos y perros, y tiene muy pocos habitantes, pero es la puerta de entrada a uno de los parajes más alucinantes de Grecia: la Garganta de Vikos.

La Garganta de Vikos es un gran cañón al que se accede a través de una senda que parte de una diminuta iglesia ortodoxa a las afueras de la aldea. Es muy conocido, y por tanto está muy bien señalizado, ahora, la ruta es cuanto menos estrecha y al borde de una caída que, para los poco aficionados a las alturas, puede ser más bien algo desmotivante. Sin embargo las vistas merecen la pena el paseo y la confrontación con las alturas. Los visitantes llegan hasta la boca de la montaña, una cavidad poco honda en la roca, de frente a la garganta cuya voz es el eco de lo que las personas le gritan.

De Atenas a Ioannina

Ni mencionar tiene que no hay mejor excursión que esta y, después, una buena comida en una de sus tabernas. Ahora: precaución con los gatos, saltan sobre la mesa.

¡Buena caza, aventureros!


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