Ibiza

Ibiza es la capital europa de la fiesta. O eso es lo que he oído decir. Decidí ir con mi novio en mayo. Supongo que todos habéis oído hablar de las increíbles fiestas que se celebran allí en verano. En mayo no había nada interesante, pero fueron unas de las mejores vacaciones que he vivido. Ibiza es una isla de ensueño. Cuando fuimos, hizo muy buen tiempo. El primer día visitamos la isla principal, Ibiza. El centro de la ciudad es antiguo y no está a pie de playa, sino que está por encima de las zonas de nueva construcción. La ciudad se divide en dos: Dalt Vila, situada en una colina y Eixample, al lado de la playa.

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La parte alta de la ciudad tiene un estilo muy mediterráneo: las casas son blancas y azules, tiene calles estrechas, flores, iglesias y muchas cosas más. La zona baja es la más moderna. Allí hay todo tipo de tiendas, restaurantes, supermercados, sitios donde comer pizza, plazas, el puerto y la famosa discoteca Pacha. ¡Ah! Se me olvidaba decir que el logo del local está por todos lados. Hay incluso una tienda de regalos dedicada a ella, que es increíblemente cara, un barco, un hotel, un restaurante y, por supuesto, la discoteca en sí.

Al final de la ciudad hay un faro antiguo. Creo que actualmente no se utiliza, pero estoy segura de que en el pasado sí. También tuvimos la oportunidad de ver un barco enorme navegando por el puerto. Además, hay unos barcos típicos de madera que se usan como atracción turística.

Nos alegramos mucho porque pudimos alquilar una pequeña moto, una similar a una Vespa. La cogimos para dos días y visitamos dos de los lugares más interesantes de la isla. En primer lugar, me gustaría decir que fue un poco complicado alquilarla porque al dueño de la empresa le costó mucho explicarnos en inglés cómo funcionaba. Por suerte hablo español, pero como soy una chica, el dueño no se fiaba de mí. Cuando por fin la conseguimos, fuimos a un mercadillo hippie. Lo organizan una vez a la semana, juraría que los miércoles. Allí se venden todo tipo de cosas. desde los típicos juguetes de plástico made in China hasta por camisetas normales, aunque también hay muchas artesanías. Lo primero que compré fue un par de sandalias hechas a mano. Eran muy bonitas y tenían diferentes colores. Después encontré un puesto con licores caseros. ¿Os lo podéis imaginar? La madre del vendedor producía muchos tipos de licores dulces y él los vendía. Me dio un vasito y pude probarlos. Estaban muuuuy ricos. No tuve más remedio que comprar dos botellas. En realidad, aquella compra era un problema. Teníamos que volver a casa y volábamos con una aerolínea de bajo coste. No habíamos pagado para llevar equipaje facturado, solo llevábamos maletas de mano. Y, como ya sabéis, ahí no está permitido llevar líquidos. Ni siquiera me acuerdo de cómo llegué al avión. Creo que llegamos con tanta prisa que ni siquiera nos paramos a pensar en ello. ¡Venga, es que necesito llevar regalos! ¿Qué cosas peligrosas puedes hacer con líquido en un avión? Supongo que algo se podrá hacer, pero dudo que te registren hasta el agua que compras en el mismo aeropuerto. Da igual...

Al día siguiente fuimos al otro lado de la isla. Pensamos que nos cansaríamos mucho de viajar todo el día y más aún yendo en moto. Bueno, pues resultó que el otro extremo de la isla estaba a 24 km. Queríamos visitar una cueva muy bonita. En la antigüedad, los piratas la utilizaron para esconder sus tesoros. Finalmente pudimos entrar y fue genial. Nos costó 20 €, pero aún no sé si mereció la pena pagarlos. Era bonita, pero gran parte de su encanto se debía a la iluminación que le habían puesto. Además, no había ningún río que pasara por su interior y todas las cuevas necesitan agua para mantenerlas "vivas". Había un río artificial para poder preservarla.

La parte más bonita de nuestro viaje vino después de visitar la cueva. Salimos y descubrimos que estábamos justo encima de una increíble bahía de agua cristalina. Es uno de los lugares más bonitos que he visto en mi vida. Hicimos muchas fotos y bajamos hasta la playa. Bueno, como ya os he dicho, visitamos Ibiza en mayo. En otras palabras: el agua estaba helada. La temperatura era perfecta para tumbarse en la arena y disfrutar del sol, pero nadar no era buena idea.

Esa misma tarde fuimos por fin a Pacha. Siempre había querido ir a esa discoteca para asistir a una de sus famosas fiestas. Sin embargo, en mayo no había ningún evento especial. Bueno, en realidad sí los había, pero son pequeños y con DJ locales.. Aunque mi sueño no se cumplió al 100 %, estaba feliz. ¡Pude entrar en Pacha! Lo único que no me gustó fue el precio de la entrada: ¡30 €! Increíble. Pero bueno, es Pacha.