Castillo de Marienburg

Una fresca y triste mañana de mediados de abril, con un grupo de amigos, salimos de Goettingen en tren en dirección a Nordstemmen, para visitar el Castillo de Marienburg, ubicado en Baja Sajonia, a pocos kilómetros de Hannover.

Para llegar al castillo recorrimos a pie un sendero que había en el bosque, llegamos a la cima de la colina, esto parecía señorial e imponente a nuestros ojos; la neblina y el aire acre hicieron el resto, estábamos inmersos en una atmósfera mágica, misteriosa y encantada.

Historia del castillo

El castillo fue encargado en 1857 por George V, rey de Hannover, al arquitecto de la corte Hese, como regalo de cumpleaños para su esposa, la reina María. Esta, siempre fascinada por las fortalezas medievales, le pidió al arquitecto que diseñara una residencia de estilo gótico. El resultado fue este verdadero castillo de cuento de hadas, aún propiedad de la familia Hannover.

Los interiores son elegantes y preciosos, la sala de los caballeros está amueblada con muebles de plata realizados por el famoso orfebre de Augusta.

La biblioteca de la reina es una de las salas más características: el techo abovedado está pintado de azul, los muebles son de madera con incrustaciones, el ambiente es como la de los estudios medievales: quieres encerrarte allí, lejos del ruido del castillo, para leer y estudiar.

Visita al castillo

Desde marzo hasta noviembre, el castillo está abierto todos los días y se organizan visitas guiadas de una hora de duración, y también está disponible, cogiéndolo en la oficina de visitantes, la audio guía en inglés. Existe la posibilidad de comer en el restaurante del castillo y de comprar algún recuerdo en la tienda que hay allí.