Viaje a Guimarães a finales de otoño
Guimarães es una ciudad bonita, tradicional y que tiene muchos monumentos situada en el norte de Portugal. Se considera la ciudad fundadora de Portugal y uno de los motivos es que el rey Alfonso Henríquez, el primer rey de Portugal, nació allí. Hay muchos otros asentamientos que sentaron las bases de la creación del país, pero Guimarães se mantuvo como la más importante.
La belleza y la autenticidad de la ciudad se puede apreciar tan solo paseando por sus estrechas calles empinadas o subiendo a las colinas más altas para explorar los castillos. Algunos de los monumentos más importantes de la ciudad son el castillo de Guimarães y el palacio de los duques de Braganza. En esos lugares aprenderás mucho sobre la cultura e historia portuguesa y la creación del país actual.
Así que, como llevaba un tiempo en nuestra lista, decidimos visitar la ciudad en un día, y fue más que suficiente.
La manera más fácil de llegar a Guimarães
Como la la parada de autobús estaba al lado del Instituto Politécnico de Cávado y Ave decidimos que la manera más sencilla de llegar a Guimarães sería coger el autobús, ya que con el tren teníamos que hacer dos transbordos. Cogimos el autobús temprano y pagamos 3,60 euros cada uno por el billete. Sin embargo, el conductor nos dijo que tendríamos que hacer un transbordo en Braga para coger otro hacia Guimarães utilizando el mismo billete. Así que seguimos sus instrucciones y en una hora estábamos en la ciudad fundadora de Portugal.
Hay otra manera fácil de llegar a Guimarães desde la estación de Porto-Campanhã o desde la estación de Porto-São Bento utilizando el tren, que además es directo la mayoría de las veces y el precio ronda los 3 euros. El viaje dura aproximadamente una hora, así que es una buena opción si vives en Oporto.
Turismo en Guimarães
Empezamos nuestro viaje por Guimarães comprando en el lugar en el que nos dejó el autobús. Al salir del centro comercial seguimos recto y empezamos a subir las colinas para llegar primero a los lugares históricos. Cuando llegamos al palacio de los duques de Braganza decidimos comprar un billete combinado para el palacio, el castillo y el museo Alberto Sampaio, que tenía uno de los artefactos históricos más singulares de Portugal. El precio del billete combinado fue de 8 euros y si te llevas tu tarjeta de estudiante puedes obtener un descuento del 50%.
Palacio de los duques de Braganza
El palacio de los duques de Braganza se construyó en torno al siglo XIV por el conde de Barcelos, Alfonso. Durante un tiempo fue el hogar de los duques de Braganza hasta que alrededor del siglo XVI se mudaron a Vila Viçosa. De modo que el palacio de los duques se mantuvo deshabitado durante un tiempo y los lugareños empezaron a utilizar algunas partes para construir sus propias casas.
Al entrar en el palacio nos dimos cuenta de que había sido construido alrededor de un patio cuadrado y que tenía una segunda planta agradable con unas bonitas terrazas. Frente a la entrada del palacio se podía ver con facilidad el tejado triangular de la capilla que se encontraba dentro del palacio.
Tras caminar un poco por el patio y el almacén abierto, las habitaciones de los carpinteros y la sala principal subimos unas viejas escaleras de granito para ir a la segunda planta. Allí tuvimos que dar nuestras entradas a la persona responsable de su validación y, después, entramos a las enormes habitaciones, principalmente hechas de roca, con el techo de madera. Algunas de las habitaciones estaban decoradas al hermoso y auténtico estilo portugués y, la mayoría de ellas aún conservaba las chimeneas originales con las que los duques se calentaban en el pasado.
Mis habitaciones preferidas del palacio fueron el salón de banquetes, que tenía una enorme mesa de comedor en la que los duques hacían fiestas y la sala de los pasos perdidos (Salão dos Passos Perdidos), decorada con un techo fascinante diseñado para parecerse a la base de un barco. Después nos dirigimos hacia la capilla que se encuentra dentro del palacio, hecha enteramente de madera con ventanas de muchos colores pintadas a mano.
Iglesia de San Miguel del Castillo
Cuando terminamos de visitar el palacio de los duques de Braganza subimos un poco la colina, donde vimos una pequeña iglesia. La iglesia no estaba decorada como la que habíamos visto en el palacio de los duques pero es uno de los monumentos históricos importantes de Portugal. Su importancia se debe a la creencia de que el primer duque de Braganza había sido bautizado en ella, ya que muchas inscripciones de la iglesia lo sugieren.
La iglesia se encuentra en una posición estratégica en la colina Largo, ya que está justo entre el palacio y el castillo de Guimarães. Por tanto, desde ahí se puede ver con bastante claridad el palacio de los duques desde arriba, así como el castillo de Guimarães.
Castillo de Guimarães
Por último, pero no menos importante visitamos el castillo de Guimarães, que se erguía en la cima de la colina. Es un edificio enorme hecho de roca y tiene unas cuantas torres orientadas hacia diferentes direcciones alrededor de la ciudad. Además, también tiene unas vistas muy bonitas del palacio de los duques. Además, el castillo también tiene una torre principal en la que puedes entrar para aprender muchas cosas sobre las familias reales portuguesas, las batallas importantes y la cultura portuguesa.
El objetivo principal de construir el castillo en la cima de la colina era contrarrestar los numerosos ataques a la región por parte de los vikingos y los moriscos. En torno al siglo X Muniadona, condesa de Galicia, exigió que se construyera un castillo en la colina Largo para que la gente se pudiera proteger de los atacantes. Más tarde, cuando el Reino de Portugal emergió, se lucharon muchas batallas para proteger la independencia del reino.
De compras por Guimarães
Después de nuestra agotadora visita a los lugares históricos fuimos directamente al centro comercial de Guimarães para comer algo. Mientras estábamos ahí también vimos tiendas de ropa y de maquillaje buenas, como Kiko, dónde compramos cosas necesarias para las chicas.
Museo de Alberto Sampaio
Una vez terminamos nuestro descanso para comer fuimos al centro histórico de Guimarães y entramos directamente al museo de Alberto Sampaio, que estaba construido en un antiguo monasterio. Ya dentro del museo pudimos ver las partes que quedaban del monasterio, así como su patio interior.
El museo alberga las colecciones más ricas de las iglesias más exquisitas de todo Guimarães, principalmente de la iglesia de Nuestra Señora de la Oliveira. Algunas de las colecciones más destacadas que tiene son la de orfebres, la de esculturas y la de cruces.
Iglesia de Nuestra Señora de la Consolación y Santos Passos
Cuando salimos del museo nos dirigimos hacia la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación, que se encontraba bajando un poco por la carretera. Es una iglesia bonita construida en el auténtico estilo gótico portugués que tiene dos torres y un reloj. Antes de la iglesia hay un hermoso bulevar con un jardín que conduce hasta ella.
Largo da Oliveira
Más tarde volvimos un poco hacia atrás hasta el Largo da Oliveira, que estaba al lado del museo. Allí vimos la iglesia de Nuestra Señora de la Oliveira, fundada también por la condesa de Galicia. Esta iglesia es un poco más antigua que la anterior, ya que fue construida en torno al siglo X y tiene una gran torre del reloj. También está construida en el estilo gótico portugués y con bloques de granito. Frente a la iglesia vimos un olivo enorme que le daba su nombre a la plaza y, a su lado, una pequeña ermita gótica construida en honor a la batalla del Salado.
Paseamos un rato por la plaza, disfrutando de sus casas hermosamente decoradas con luces de Navidad. Al final decidimos tomarnos algo en la cafetería Cinecitta, donde conseguimos un buen descuento en nuestras bebidas debido a la "hora felíz".
Galería de fotos
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- English: Late autumn trip to Guimarães
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