Experiencia en Granada, España de Juan

¿Qué te parece Granada para vivir? ¿La recomiendas? ¿Cómo es?

Yo nací a los 14 años en Granada. Y aunque hace de eso ya más de diez, aún guardo de entonces ese momento de cruzar al otro lado. No estaban ya las murallas musulmanas, sino que eran de otro tipo, de otro material, hechas de algo que sólo quien llega aquí con ganas de amar puede sentir de verdad.
Que ningún viajero olvide jamás la primera noche que llegó a la ciudad. Que se quede para siempre en su corazón el olor y el frío y el calor del momento en que cerró los ojos y aceptaba soñar. Granada es una mujer con alma de artista. Vivir en ella y con ella es bailar una danza de cortejos. Puedes lanzarte ansioso a saciar la sed en sus fuentes y siempre estarás un poco insatisfecho. Siempre querrás un beso más. Pero también es una amante tierna que te acoge con los bares abiertos cuando te sientes cansado y la noche es fría.
Pasea por sus calles con suavidad, despacito; acariciando su cuerpo y su piel. Hay electricidad y agua que fluye, poesía y amor en cada esquina.
Vivir en Granada es tener compañía cuando no hay nadie. Tener una cama a la que rendirte cada noche, en esta ciudad, es como robarle a Dios un trocito del Cielo.
Salir a la calle, abrir la puerta y salir a la calle, es como abrirle la puerta a una mujer preciosa que te mira sonriendo con malicia.

¿Cómo es el ambiente estudiantil en Granada?

Me confieso pecador. No quiero expiar nada y no quiero enmendar. Así que si hay buenas carreras, profesores o facultades, no lo sé.
En cambio doy fe de que hay plazas, bares y puentes donde viven los estudiantes que se matriculan de otras asignaturas. Que hay tertulias en cada rincón con gente que estudia tan solo oyendo a los compañeros hablar de lo que entendió en clase. Y hay sobre todo noches, muchas noches, al menos aún en Noviembre, de las que los estudiantes son los dueños. Y si por la mañana se intercambian apuntes y libros, más tarde son risas y besos. Y todos, sea verdad o no, forman parte de la UGR y estudian la misma carrera.
Si vivir en Granada en como robarle a Dios, estar por aquí siendo estudiante es tener una suite en el Cielo.

¿Cuánto cuesta vivir en Granada?

Granada es la ciudad más barata que existe, pues si gastas tan solo 1 euro y sabes dónde hacerlo, recibirás a cambio una taza que no sólo lleva café, sino un momento eterno de alegría y vida.
Si llegas aquí con cualquier talento artístico, explótalo. Toca la guitarra o vende poemas; sacarás más que con la beca. La única condición es que reinviertas ese dinero en los bares, o al final la gente se dará cuenta y ya no sacaréis nada.
Si llegáis aquí con mucho dinero, lo siento por vosotros, pues como dijo un colega, más fácil es que se cuele un camello por el ojo de un alfiler que los ricos entren en el Reino de Granada.
500 euros es el tope marcado. Si se gasta más se corre el riesgo de no dar con la Granada adecuada. Perderse eso sí que es una ruina. El punto ideal es almorzar por 3 euros en los comedores universitarios y emplear el resto del presupuesto en saciar otros apetitos. Si como digo tienes la suerte de que no te sobre el dinero, da una vuelta por el Sacromonte y conoce a sus moradores. En este paraíso dentro del paraíso uno aprende a olvidarse de la economía, del dinero y de sus trampas. Sube con los bolsillos vacíos y quédate allí para siempre. En el peor de los casos bajarás con el corazón rebosante

¿Te costó encontrar alojamiento en Granada? ¿Puedes dar algún consejo?

Hay a quien no le gusta la tarea de buscar alojamiento. La indecisión ligada a quedarse en un sitio u otro; que va a condicionar en gran medida el resto del año o incluso de tu vida. No exagero con estas ideas. Vivir en uno u otro lugar es escoger un asiento desde el que mirar el enredo tan fascinante que está por suceder. La vida que podrías haber compartido con unos u otros, la gente que hubieras conocido, los que sí que conociste y ahora pasan de refilón, los amores nunca sucedidos. Y aunque pase lo que pase al final siempre pensarás que ha sido para bien, nunca estarás seguro. Y una tarde, cercano el fin de curso, te sentarás al calor de una buena compañía y pensarás en todo lo que has vivido, los instantes más felices y los infinitos detalles nimios que han tenido que suceder, y en el orden que han sucedido, para que ocurrieran. Y empezarás a hablar de destino y a vislumbrar un poquito la magia de Granada. Y qué cerquita el final ahora justo que empiezo a ver algo. Qué año tan veloz, qué torbellino. Qué suspiro tan leve somos en mitad de este huracán. Y pensarás que no has elegido nada en absoluto. Que hasta las decisiones que tomaste, la gente a la que diste tu tiempo, los caminos que seguiste, todo fue empujado y tu papel tan solo fue el de creer que tenías sobre ello algo de control.
¿Que si puedo dar algún consejo? Claro que no.

¿Qué tal es la comida del país? ¿Cuáles son tus platos favoritos?

Como no podía ser de otro modo, el comer en Granada también entra en la categoría de obra de arte. Es un ejercicio que se domina poco a poco, con paciencia y que requiere de un buen maestro. Déjate llevar por el mundo de las tapas y la aventura de comer cada día junto a diferentes comensales. Como todo lo que vivas aquí, paladea con deleite, con tranquilidad y con voracidad. Con parsimonia y con prisa. Todo a la vez. La última vez que lo miré, vivían en la ciudad 1 bar por cada 90 habitantes y unas dos mil y pico calles. El tiempo, cruel verdugo, va a seguir su camino impasible, ajeno a nuestras ganas de comernos el mundo. Y aunque todas las religiones intenten confundirnos con sus mentiras, no sirve de nada orar. Por más que se intente, Dios nunca ha regalado una noche eterna y al final un sol insolente vuelve a madrugar.
Así que decide con rebeldía caminar despacio en contra de su prisa. Saborea de lunes a viernes cada plato que escolte una cerveza y cada beso que acompañe un paseo. Échale un pulso al tiempo, entra en todas las calles y merodea por cada bar.
Y los fines de semana, aunque el mismo Creador se eche a descansar, acércate tú a los paraísos que amurallan la ciudad. Respira la vida de la Alpujarra y déjate morir de dicha cuanto te sirvan allí aquellos platos, aliméntate de felicidad

¿Qué lugares recomiendas visitar en Granada?

Haced este ejercicio: quedad con alguien sólo para pasear o tomar algo en Granada. Salid por separado y volad como dos moscas por las calles jugando a encontraros, dibujando ese extraño tapiz. Y florecerán así a cada paso los mejores lugares, con una luz diferente y propia. Se ven con una mirada nueva las cosas sin apretar desde abajo el tubo de dentífrico. Salid sin gomina y que os despeine el vientecillo de la libertad, enrollad el paraguas y perseguid a un perro que pase o entrad en el mismo bar que una bella mujer.
Y sobre todo andad despacio, que justo detrás camina el tiempo ladrón robando cada paso. Haced que él también tenga que esperarse; que al menos nos los quite más lentamente. Soñemos con que un día se quede dormido y despertemos nosotros eternos, viviendo para siempre en Granada.

¿Algún consejo que quieras dar a futuros estudiantes en Granada?

Como un amante primerizo, impaciente, que no ha descubierto aún la tierra de leche y miel oculta tras una blusa, así os envidio yo, que aun estando con quien quiero, volvería a ese momento de no saber qué viene después. Y me cambiaría por los que aterrizan ahora, que no sospechan siquiera cuánto se puede amar a una ciudad.
Abrid el corazón y cargadlo con historias, lugares y momentos. Sonreídle, mientras estéis aquí, mucho a la vida, haceos fuertes con eso, pues cuando os marchéis lloverán lágrimas como cuchillos y no habrá más escudo con el que hacerles frente que un paraguas de noches sin futuro, de amores fugaces, de una vida de sueños en Granada.