Salobreña

Publicado por flag-es Cuenta Anónima — hace 5 años

Blog: Ciudades en España
Etiquetas: flag-es Blog Erasmus Granada, Granada, España

Es el momento de hablar de otra de las ciudades en España y más concretamente en Andalucía, a las que le tengo especial cariño. Siendo de Jaén, una persona podría pensar que no se tienen muchas opciones de ir a la playa, pero lo cierto es que estaría equivocada, puesto que tenemos multitud de ellas a escasas dos horas de trayecto en coche o en autobús. Una de ellas es de la que voy a hablar, Salobreña.

¿Dónde se sitúa exactamente?

Salobreña es un pueblecito de poco más de 12.000 habitantes que podemos llegar a encontrar en la costa centro oeste de la provincia de Granada (obviamente al sur, claro). Por ello, sus fronteras tocan con el mar Mediterráneo, lo que le da una temperatura de sus aguas más bien templada con respecto a las más frías del océano Atlántico (de por ejemplo la zona de Huelva o al oeste de la provincia de Cádiz). El clima nos ofrece generalmente temperaturas suaves, medias, que rondan durante todo el año los 20-30 grados gracias a la regulación que nos hace el mar. Por otro lado, comentar que el viento de la zona es medio, permitiendo deportes que lo usan como la vela, pero sin acabar perjudicando a cualquiera que vaya allí con la intención tan solo de pasar un rato tranquilo y agradable sin muchos sobresaltos.

¿Cuál sería la mejor manera de llegar hasta allí?

Lo mejor es el coche con diferencia. Y es que, el encontrar posible aparcamiento no es en absoluto problema en la playa de Salobreña, por lo que, si dispones de vehículo propio, lo mejor será llevarlo por tu comodidad y dejarlo tranquilamente en su multitud de sitio disponible sin tener que preocuparse por lo que le pudiera llegar a pasar (hasta este mismo momento, jamás tuvimos ni mis amigas ni yo algún problema con respecto a esto). Eso sí, si lo quieres dejar muy cerca de donde vayas a estar en la playa o en otro sitio, lo más seguro es que te acabes encontrando una de esas personas llamadas "gorillas" que te pedirá el dinero que quieras darle. No es algo obligatorio ni mucho menos regulado, pero la gente le suele dejar en torno a un euro para que este tipo de personas puedan seguir viviendo. Decir que no conozco ningún caso en los que en aquella zona una de estas personas trabajando haya hecho algo al coche o vehículo de algún desconocido, por lo que tampoco tenemos que tener ese miedo y tener que darle una cantidad elevada.

Si eres de los que no tiene vehículo propio, como sería el caso al ser estudiante Erasmus, la siguiente opción sería la de coger un autobús. Hay multitud de empresas de viajes y transportes que hacen rutas a esta playa debido a su buena calidad, a sus aguas limpias y a su arena inmaculada (si bien, gran parte de sus playas son de piedras y no de arena fina). Los precios de estos autobuses desde la ciudad de Granada por ejemplo son muy bajos, siendo otra de las modalidades elegidas por los estudiantes, la del blablacar o amovens, con unos precios que pueden llegar a ser fácilmente menores de los cinco euros por persona.

Por último, y no menos importante, no son pocas las personas que intentan el autostop desde municipios cercanos y que te los vas viendo con respecto te vas acercando a Salobreña. Nunca escuché que pasara algo malo con ellos, por lo que, si tienes vehículo y quieres hacerles un favor, de nuevo tranquilidad porque no va a ocurrir nada con casi total seguridad.

¿Cómo es el pueblo?

En sí, el pueblo de Salobreña no tiene nada de especial a primera vista. Casas bajas, con estilo tradicional y con un centro histórico grande con respecto a la zona urbanizada de las afueras. Hasta ahí sería como todos los demás municipios pequeños de casi toda Andalucía. Alguna que otra plaza amplia con multitud de bares y sitios en general para comer o beber algo, y más de un monumento también por estas zonas con sus iglesias correspondientes que jamás pueden faltar estando en la comunidad en la que está Salobreña.

Pero, pronto, si exploramos un poco el pueblo más allá de lo que se suele hacer, encontraremos un paraje natural excepcional. Lleno de bosques, algún pequeño lago (supongo que se puede denominar lago, sí), y mucha naturaleza para dejarnos unas vistas impresionantes que ninguna comenzó a disipar cuando entramos de primeras al pueblo. Nos quedamos un rato entusiasmadas con las vistas, nuestras toallas de playa y unas gafas de sol imprescindibles si vas en un buen día de tiempo (que es lo que suele haber por allí y en general por la zona). Lo cierto es que desde aquella primera vez que fuimos, cada vez que veraneamos pensamos en volver a visitarlade la buena sensación que nos dio a todas nosotras.

En cuanto a la zona del lago y alrededores, pese a las agradables vistas e inmejorable panorama, no es muy transitado, quizás debido a los pocos habitantes del pueblo, o quizás simplemente por el hecho de que no todos conocen aquella parte que nos deja. Las aguas son tranquilas y más de una persona acaba metiéndose a echarse un bañito sin ningún tipo de pudor. Los árboles que rodean al mismo hacen de perfecta sombrilla para seguir aprovechando el día lo mejor posible sin tener que quemarnos desde muy pronto.

Ya con respecto a las playas de Salobreña en sí, decir que se mezclan partes en las que solo tienen piedras finas que tampoco es que hagan daño a los pies (como sí que pasa en otras zonas del Mediterráneo), como otras en las que la arena fina se adueña del lugar y permite estar más tranquilos y con mayor bienestar (al menos de mi parte, porque hay muchas personas que no entiendo las razones prefieren las piedras a la arena, a saber). Sus playas de igual manera son bastante amplias, por lo que podremos jugar a las palas o bien a la pelota ya sea de fútbol o de voleyball sin ningún tipo de reclamación (otra cosa es que la marea suba considerablemente y no haya el suficiente espacio).

Además, el estilo característico del pueblo pareciendo que se van superponiendo las casas unas con otras, hace que sea visto desde fuera algo bastante curioso, con un color blanco que siempre asombra y que le da un brillo especial. Sus numerosas y enormes piedras hacen que no sean pocos los que se atrevan a tirarse desde ellas al agua, cosa que está terminantemente prohibido en todo el municipio y en general en toda España, debido a los graves riesgos que se tiene cuando se realiza este tipo de actividad (no han sido pocas las personas que se han quedado parapléjicas debido a hacerse “el guay” y tirarse desde lo más alto de alguna piedra). Lo mejor será prevenir cualquier tipo de accidente y alejarse de estas actividades peligrosas.

¿Qué pasa con la cultura?

Para aquellos adeptos que se acerquen a los distintos municipios andaluces con el afán de expandir su cultura y aprendizaje, no tendrá problema visitando Salobreña, y comprobando en un pequeño periodo de tiempo, que, justo el lugar que estaban buscando se encuentra cerca del centro y se llama “Espacio arqueológico de los baños nazaríes”, que, con una amplitud bastante considerable, hará delicias para los que busquen un chute de historia y arte tradicional. Además, las guías electrónicas o personales son muy baratas y siempre recomendables para seguir aprendiendo de la excursión.

El casco antiguo es pura luz y alegría con unos patios que recuerdan a Córdoba en sus fueros más internos, con macetas colgadas a cada paso de sus calles y con su gente que siempre te hará sentir como en casa. No será la primera vez ni la última que hemos pedido un vaso de agua a algún vecino de la zona, y nos lo ha dado encantado.

Para los amantes de los museos, decirles que sí, que hay unos cuantos a lo largo del municipio y que en los hoteles y hostales de la ciudad tendréis descuentos que os hará más sencillo tanto encontrarlos como terminar entrando, por lo que es una muy buena opción para aquellos a los que les guste visitar a los municipios desde otro punto de vista.

Además, sus numerosos paradores, que podemos encontrar en lo más alto de la ciudad, hace de Salobreña perfecta para echar algunas fotos y disfrutar de la naturaleza y del ámbito rústico. Con sus también infinitudes de campos y plantaciones, le da un toque agricultor que siempre además te produce una buena sensación de paz y armonía.

¿Cómo me divierto por allí?

No es una pregunta vacía, porque, aunque ya había comentado que su población es más bien pequeña con poco más de 10.000 habitantes entre sus fronteras; lo cierto es que Salobreña tiene mucho que ofrecer con respecto al ocio. Sobre todo, con lo que respecta al mundo del deporte, en el municipio tienen cabida multitud de diferentes eventos en los que podremos echar un buen rato y conocer a gente nueva. No es de extrañar ver a decenas de personas jugando al voleyball, a las palas, al fútbol, y también, haciendo piragüismo, kitesurf (que se está poniendo muy de moda en las aguas españolas), pádel acuático e incluso competiciones de natación donde participan más de cien personas.

No podemos olvidarnos del submarinismo, ya que, con unas aguas tranquilas, pero también profundas, podremos disfrutar de la naturaleza acuática con un ambiente excepcional. Tampoco será raro ver a más de un vecino pescando lo que luego terminará cenando o poniéndote en el bar, si bien tampoco es que se vean desde la playa numerosos de ellos.

Por otra parte, las semanas de feria y semana santa son siempre especiales en Salobreña, donde se montan buenas fiestas y la gente sale a la calle con mayor frecuencia. Vienen también vecinos de otros municipios de alrededor para darle aún más el toque social y divertido que la fecha hace propicio, y que seguro os hará pasar un muy buen rato.

Además, la gastronomía es esencial probarla en Salobreña, ya que no vale eso de llevarse un simple bocadillo de tortilla como se suele hacer habitualmente; sino que merece la pena disfrutar de la comida y bebida del pueblo, que además siempre ofrece mientras lo hacemos, unas vistas espléndidas, por lo que, ¿qué más se puede pedir? Ni falta decir que el pescado es muy fresco y de enorme calidad y que los guisos que se realizan en sus sitios más emblemáticos están como los de la propia casa de tu abuela. Si sumamos que también en muchos de estos lo cales tienen espectáculos en directo normalmente de flamenco, seguro que nos hará pasar aún mejor el rato disfrutando de una comida buena y barata.

Y, es que, como no podía ser de otra forma, la naturaleza manda e irse sin realizar alguna actividad de senderismo, o dar algún paseo por la zona sería completamente delito. Con multitud de excursiones donde te exponen las zonas más bellas del municipio, no será difícil encontrar una de estas guías a lo largo del pueblo para hacer más eficiente nuestra visita al mismo.

Por último, su multitud de comercios de souvenirs, terminará haciendo que nos llevemos algo que nos recuerde a este maravilloso municipio, por lo que, no compremos cualquier cosa, y primero echemos un buen vistazo allá por los que podamos y queramos de la zona céntrica de la ciudad. La ropa también manda en ellos, y podremos observar que habrá prendas que no llegaremos a poder comprar en otros sitios de grandes almacenes. Buena oportunidad para realizar una buena compra, barata y con un estilo diferente.

¿Qué más podría añadir de Salobreña?

Que sus hoteles y sitios para hospedarte son baratos y de buen aspecto y calidad tanto por dentro como por fuera, y que tiene un ambiente a veces juvenil con otro familiar, que lo hace apto para todos los públicos. No he escuchado a día de hoy gente que haya visitado este municipio y se haya llevado una mala impresión. Eso, o es que yo soy muy positiva y solo veo lo bueno de los sitios.

¿Conclusión?

Creo que ha quedado bastante claro que es una de mis playas favoritas, que está cerca de Granada y Jaén (pegado a Motril por cierto), que se puede ir en coche o en autobús de manera rápida, eficaz y barata (bueno o en autostop o blablacar, pero igualmente hablaríamos de vehículos como el coche), y que si estamos buscando tranquilidad, diversión, cultura, historia, o bien naturaleza y paz; lo tendremos en Salobreña sin ningún tipo de dudas. Yo volveré encantada en cuanto pueda, y seguramente en alguna de sus fiestas más típicas como la feria. ¿Qué vas a hacer tú?


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