Granada de noche
Habíamos llegado a Granada muy temprano por la mañana así que después de haber hecho un primer recorrido de la ciudad y de haber ido a la Alhambra, regresamos a nuestro alojamiento Airbnb para dejar algunas de las cosas que habíamos comprado. Estábamos tan cansadas que la siesta de unos cuantos minutos, se transformó en una de… ¡casi dos horas! Cuando nos despertamos, había ya oscurecido. Decidimos aun así salir de nuevo para dar otro tour por la ciudad porque sólo estaríamos un día en Granada.
Nuestro alojamiento Airbnb estaba ubicado en pleno centro y nuestro cuarto tenía un balcón con una vista magnífica: nos asomábamos y veíamos tooodo el movimiento de la calle, las personas, los carros que pasaban y las iluminaciones de Navidad. Adivinen cuánto nos costó la noche ahí… ¡27€ para dos personas! Súper, ¿no?
La vista desde nuestro balcón. ¿qué tal, eh?
Pues con esta ubicación perfecta, habría sido pecado no salir de nuevo . Yo quería ir a la Catedral porque había visto que los días domingos abría por la tarde, así que nos dirigimos hacia allá, haciendo pequeñas pausas de vez en cuando para sacar fotos y mirar los aparadores.
Algo que me llamó la atención fue el bullicio en la calle, así como la gran cantidad de personas afuera. Y sobre todo: ¡ver un montón de comercios abiertos! En Francia los domingos son días muertos y aquí en Granada, una ciudad más chica que Lyon… ¡había muchas más vida y más movimiento! Eso me gustó mucho, había olvidado esa sensación de salir a la calle en pleno domingo y el ver todo iluminado y abierto.
Cuando llegamos a la Catedral, estaba ya cerrada. La cerraban a las 6:45 p. m. Sin embargo, eso no impidió que pudiéramos admirar los edificios de esa calle. Hubo uno que me gustó mucho: el Palacio de la Madraza. Aunque fue construido durante la época de la ocupación árabe, posteriormente fue remodelado al estilo barroco. Como siempre: me quedé varios minutos viéndolo, descubriendo y admirando todos sus detalles, hasta los más pequeños.
Foto del Palacio Madraza. Esa calle me gustó particularmente, además, ese fue uno de mis edificios favoritos de la ciudad.
Caminamos por la calle Gran Vía de Colón y aproveché para ir a la parada de bus y checar los horarios y las frecuencias del transporte que tomaríamos al día siguiente para ir a la estación de autobuses (¡nuestra siguiente parada sería Sevilla! :D). Por suerte, en la parada a la que fuimos, se encontraba un controlador. Después de preguntarle qué rutas había que tomar para ir al día siguiente a la estación de autobuses, aprovechamos para pedirle también recomendaciones de algún lugar que pudiéramos visitar, algo más que ver de Granada.
Este fue otro de los edificios que me gustaron mucho... ¡cuánta elegancia y belleza!
El chico nos preguntó si ya habíamos ido al Albaicín. Le dijimos que no y se sorprendió... ¡Nos dijo que teníamos que ir ahí! Nos explicó que había una ruta que pasaba ahí mismo donde nos encontrábamos (enfrente de la Catedral) y que nos llevaría directo a esa zona. Nos indicó que nos bajáramos en el Mirador de San Nicolás.
Así lo hicimos: tomamos la ruta C1 para empezar nuestro pequeño paseo nocturno por Granada. Como en otras ocasiones, no tenía mucha idea de qué veríamos (sólo nos dijeron que desde ese punto tendríamos una vista panorámica de la ciudad y de la Alhambra). Al final resultó mejor porque cuando el mini bus empezó su recorrido, ¡nos llevamos una muy agradable sorpresa!
Pasamos por un parque donde había una columna y detrás unas fuentes con luces que cambiaban de color… ¡lástima que no teníamos mucho tiempo porque bien me hubiera gustado bajarme para pasear por ahí y ver de cerca el monumento y sus bellas fuentes! Se trataba de la Plaza del Triunfo.
La ruta en la que íbamos continuó subiendo por entre las pequeñas calles angostas y empinadas. Esa parte de la ciudad me pareció muy pintoresca y encantadora… ¡Apuesto a que un paseo nocturno a pie debe ser mágico! (Y, con la persona correcta… ¡muy romántico también! ). Pasamos por una cuesta desde la cual se veía la ciudad de Granada desde lo alto… ¡una imagen digna de postal!
Después de algunas vueltas más, el chofer nos indicó que habíamos llegado al mirador de San Nicolás, que sólo teníamos que subir unas cuantas escaleras. Así lo hicimos y llegamos al famoso mirador desde el cual se dominaba la ciudad y justo frente a nosotros teníamos nada más y nada menos que… ¡la Alhambra!
Vista de la Alhambra, desde el mirador del Albaicín... ¡simplemente hermosa! (Aunque recuerdo que hacía algo de frío) Esta vista y ese momento, es uno de los más bellos recuerdos de nuestro viaje por Granada.
Nos quedamos varios minutos disfrutando de esa hermosa vista. Había varias personas pero no tantas como para hacer imposible el estar ahí pasiblemente. Además, había un chico que tocaba la guitarra clásica española. Su música contribuía al ambiente bohemio del lugar. Creo que el mirador de San Nicolás es el lugar ideal para una cita romántica o simplemente para ir a pasar un rato con los amigos. Me parece que es un lugar concurrido por éstos ya que vi a varios grupos de jóvenes que estaban platicando y tomando una cerveza.
Vi también que había varios cafés a los alrededores y dos de ellos tenían terrazas que tenían una vista que daba justo frente al Alhambra. Ya estaban cerrados pero estoy segura que tomar un café ahí debe ser inolvidable. Tal vez no tanto por el sabor, sino por la vista majestuosa que se tiene desde ahí.
Caminamos un poco por las calles de al lado y vimos que las casas de esa zona estaban pintadas de blanco. Vi también un letrero que indicaba que era en ese barrio donde se encuentra el Centro de Estudios Islámicos de Granada. Con su pasado árabe, no me sorprende que la ciudad cuente con una institución así, forma parte de su historia.
Otra cosa que llamó mi atención del barrio del Albaicín es que las calles están empedradas. Eso le da un toque particular, lo embellece mucho. Aunque eso sí, como hay varias calles que están empinadas… ¡hay que tener cuidado al caminar por ellas! . Yo casi me resbalaba cuando iba subiendo hacia el mirador de San Nicolás, así que aguas con eso.
Cuando llegamos, el cielo estaba un poco nublado, la luna estaba oculta detrás de las nubes. Pero poco tiempo después, salió de entre ellas para embellecer aún más el paisaje. Creo que si viviera en Granada, el mirador de San Nicolás sería mi lugar preferido. Seguramente vendría muy seguido a este lugar para perderme en mis pensamientos mientras admiro esa vista panorámica sin igual.
En la foto no se aprecia cuánto grande y bella estaba la luna de esa noche. Lástima que no pudimos bajar caminando hacia el centro, apuesto a que hubiera sido una hermosa caminata. Recuerdo que una familia con dos niños sí hicieron ese recorrido para ir de regreso al centro.
Estuvimos ahí un poco más de media hora. Tal vez hubiéramos podido quedarnos más tiempo de no haber sido por la hora y porque empezaba a hacer frío. Vi que había personas que regresaban al centro bajando a pie. De seguro debe ser un paseo muy bonito, pero ya estábamos cansadas, así que decidimos tomar nuevamente el minibús para llegar rápidamente al centro. Tuvimos suerte ya que no esperamos mucho antes de que pasara nuestra ruta ^^ Por cierto, pequeña coincidencia: ¡tomamos el mismo bus de ida que de regreso! ¡Jajaja!
Emprendimos el camino de regreso y pasamos por los mismos lugares que la primera vez. Vi nuevamente los Jardines del Triunfo (¡y me dieron ganas otra vez de bajarme para pasear ahí! ) y recorrimos la Gran Vía de Colón. Llegamos a la parada de la Catedral y nos bajamos de la ruta.
Foto de otro de los edificios aledaños a la Catedral... ¡tengo que regresar a Granada para entrar a su catedral, que me quedé con las ganas!
Antes de regresar a casa, decidimos caminar nuevamente por las calles aledañas a la Catedral y pudimos así descubrir nuevos edificios (¡hermosos, evidentemente! ) y apreciar mejor los pequeños detalles de los que no habíamos visto antes. Después de eso, el cansancio acumulado por ese largo día (¡que había empezado para nosotras desde las 6:00 a. m.! ) nos estaba venciendo, así que regresamos a casa al fin.
Aunque estuvimos un solo día en Granada, aprovechamos bien nuestras horas ahí. No pudimos entrar a la Alhambra, sólo recorrimos las partes que son de acceso libre y después dimos ese pequeño paseo nocturno. Esta visita nos dejó con ganas de volver. Espero que lo hagamos pronto… ¡porque Granada me encantó!
Un arbolito luminoso en las calles de Granada... ¡morado, mi color favorito!
Galería de fotos
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