Jardín botánico
hoy, aprovechando el buen tiempo, me he ido a dar una vuelta por el jardín botánico de glasgow. No parecía estar muy lejos de donde vivo, así que he ido dando un paseo bajo el solete y he tardado una media hora larga en llegar hasta allí. Por el camino he descubierto que;chinatown; aquí es un supermercado, pero bueno, ese no es el tema. También he podido constatar que los cruces son una especie de trampa mortal para cualquiera que no los conozca, porque los coches pasan todo el rato (aquí los semáforos funcionan muy raro, porque los coches hacen el cruce en 4 direcciones casi siempre) y tienes que ir apretando botones para que se ponga verde...
El caso es que después de un paseito por el borde de la carretera en el que me he dado cuenta de que cogen las rotondas al revés (era evidente, pero nunca lo había pensado... ) he llegado a la puerta del jardín botánico, que está al final de la calle west end.
de primeras da un poco la impresión de ser el;retiro; de glasgow, porque hay mesas de picnic, gente paseando, gente sentada en los banquitos de madera leyendo... La verdad es que me ha parecido un sitio muy agradable que merece la pena frecuentar ahora que parece que todavía hace calor. Al entrar, he visto que había un palacete victoriano de cristal que, por lo que he leído, es uno de los invernaderos más grandes de gran bretaña, y que tiene una sección interesantísima de plantas medicinales. Nada más entrar en este sitio me he hecho la primera foto en glasgow, o la primera autofoto donde sale mi reflejo.
seguramente habría quedado mejor hecha en un espejo, pero oye! Algo es algo. He estado un ratito cotilleando por ahí, las plantitas, tenían un pasillito para ir entre los árboles muy agradable que era un poco laberíntico e iba haciendo círculos por el que he estado paseando y cuando estaba a punto de salir, algo ha llamado mi atención... Una puerta cerrada con un cartel con una calavera que decía:;killer plants;. he abierto emocionada, esperando encontrarme plantas come-hombres de tres metros de alto, con dientes y bocas enormes. Como una niña pequeña, he entrado y lo que me he encontrado ha sido esto:
unas pequeñas plantititas con pinta poco amenazadora que, por lo visto, comían insectos. Me he dado una vuelta por ahí, tentada de poner un dedo en la planta a ver qué pasaría, e incluso he estado un rato observando a una avispa que se había posado en uno de los bordes para ver si ocurría el milagro, pero no ha pasado nada. Lo más emocionante ha sido que he puesto la cámara en modo macro y me han quedado unas fotos bastante chulas que usaré en algún momento como fondo de pantalla, o algo así. (Pocas fotos porque me he dejado la memoria en casa, como una auténtica topa.
Después de mi desengaño planticular, he ido al otro invernadero, que en la foto no se ve muy bien, pero que es enorme. Tiene 11 salas que corresponden a 11 climas o 11 tipos de plantas distintos (había una zona de orquídeas, otra zona desértica, una de plantas semiacuáticas... ) y la verdad es que estaba muy chulo. Es curioso el cambio de temperatura y humedad al entrar, fuera no hacía mucho frío, pero el contraste era bastante grande. En invierno debe ser agradable ir a pasear por ahí huyendo un poco del frío de glasgow.
Personalmente, la sala que más me ha gustado ha sido la de las palmeras. Estaba justo en mitad del invernadero, tenía como 6 metros de alto y era como meterse de lleno en el clima tropical (ese calorazo húmedo que se pega a la piel... ). me he quedado embobada mirando hacia arriba un buen rato, en la foto no se aprecia, pero las palmeras eran realmente enormes. La gran decepción del jardín ha sido la sala de las orquídeas, se conoce que no es época de flor, porque eran todo plantas bastante feas y ninguna flor bonita. Lo bueno de la visita es que no debe ser muy popular el jardín, o debe ser que los habitantes de la ciudad lo tienen ya muy visto porque estaba casi vacío. A pesar de estar al lado de una de las autopistas que cruzan glasgow, te puedes evadir fácilmente del mundanal ruido a poquito que te adentres. Ha sucedido también un hito mundial... He hecho una amiga! Mi amiga la ardilla, a la que me he pasado persiguiendo 20 minutos para conseguir hacerle una miserable foto. Al final se ha apiadado de mí y ha venido a olerme la mano, incluso me ha cogido el dedo para ver si era comida.
tras comprobar que no tenía nada que ofrecer, se ha ido decepcionada, pero he conseguido hacerle un par de fotillos. El próximo día tengo que ir con cacahuetes o bellotas o algo.
a la vuelta he intentado evitar el paseo, porque cuesta abajo no está mal, pero cuesta arriba se hace un poco más durillo y, aprovechando que tenía que pasar por el centro de la city a comprar algo de comer, me he aventurado underground y he cogido el metro. Me ha hecho mucha gracia, porque era una especie de submarino a lo;2000 leguas de viaje submarino; pero ambientado en los años 70, con un estampado en los asientos realmente setentero.
Después de comprar todo lo que tenía que comprar he ido otra vez en metro hasta casa. Sólo hay una línea de metro, una especie de línea 6 que va o en una dirección o en la otra, así que perderse es casi imposible.
Cuando he llegado a casa me he encontrado a la alemana y a otra amiga suya (alemana también que está en la habitación 8);comiendo; en la cocina. Y digo;comiendo; porque su comida consistía en pan con nutella y gofres. Me han dicho que esque ellas cocinan por la noche. Yo espero continuar con este entusiasmo por la cocina que tengo estos días...
A todo esto, el encuentro de ayer estuvo bastante bien. Al llegar me encontre con jessica y iulia (las alemanas de mi piso) y estuve con ellas casi todo el rato. Son muy agradables. También estuvimos con unas chicas de aquí de reino unido que habían venido a estudiar a glasgow. Nos dieron a probar comida india y el plato típico de aquí: el haggis. Es una especie de asadura de cordero u oveja, pero no de cualquier parte, pulmón hígado y corazón, mezclado con cebolla, harina y especias, triturado todo y metido en la tripa del animal y luego cocido durante horas. Se suele servir acompañado de puré de patata y de zanahoria. Así explicado podría parecer morcilla, pero ¡No!, no nos confundamos. Es un sabor bastante más fuerte que a mí personalmente no me terminó de convencer.
En el capítulo de novedades, hoy ha llegado otra chica a la habitación, una china que ha venido con su novio y que se va a quedar 2 meses. Por lo visto la chica ha venido a estudiar aquí 4 años, traía como 5 maletazas y tal. Parece bastante simpática, la verdad.
Eso es todo por hoy, voy a ponerme a estudiar un poco ahora que parece que le día se ha estropeado. Justo acabo de mirar por la ventana y resulta que se ha puesto a llover... Os echo de menos. Un beso!
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