¿Sabes sincopar?

He tenido algunos problemillas técnicos estos días; pero volvemos a la carga. He perdido algunos posts, pero creo que los puedo recuperar, al menos alguno de ellos. En el futuro habrá versiones dos punto cero, que me apetece tenerlos todos aquí. Pero hoy, hablaremos de otra cosa. Hoy os voy a presentar al Hot Club de Gand.

Justo al lado del ‘t Dreupelkot, el Jenever bar del que os hablé en una entrada que ha sido la causante del colapso de mi blog, se encuentra un cartel a la entrada de un callejón. La entrada del callejón está presidida por un dibujo hecho a mano del señor con barba que parece Papá Noel y regenta el ‘t Dreupelkot. Dadme la mano en esta visita virtual, y entraremos por ese callejón oscuro de un metro escaso de ancho, con el suelo normalmente encharcado, poca luz y olor a mofeta descompuesta.

Al fondo del callejón, a la derecha se abre una puerta a una terraza techada. Es la terraza del Hot Club. Mantas, estufas y radiadores permiten que incluso en pleno invierno esté llena a rebosar. Pero lo mejor se encuentra dentro del bar, especialmente si es domingo o miércoles.

Nada más abrir la puerta, nos llega el sonido rítmico de la batería armonizado con los acordes y las sonrisas cómplices de los que tocan el piano, el contrabajo o la guitarra. De vez en cuando, algún valiente trae un saxofón, una trompeta o una armónica, y toca delante de todo el mundo. Esto, señores, es una jam session. Para los que no lo conozcan –como yo antes de venir aquí-, una jam session es una quedada de músicos aleatorios, que se pueden conocer o no, y que tocan. Porque sí. Porque pueden.