¿Tienes claro tu destino? Los mejores chollos en alojamientos son los primeros en volar, ¿dejarás que se te adelanten?

¡Quiero buscar casa YA!

Mi estancia en Évora


Llegué a Évora el 3 de septiembre de 2013. Ya han pasado 4 años y medio, pero me acuerdo de todo perfectamente. De algún modo, fue el principio de todo y el final de mucho. No era la primera vez que salía de casa, así que quítate de la cabeza que esa sensación se debía a que salía de casa de mis padres. Me había independizado hacía ya dos años; estudiaba en la Universidad de Arquitectura de Venecia, por lo que en esa rama es casi obligatorio hacer una estancia en el extranjero. Recuerdo que el año antes por lo menos la mitad de mi clase se inscribió para participar en la convocatoria. De las 30 personas que iban a esa facultad, al menos 25 se fueron, así que puedes hacerte una idea del porcentaje de participantes... Una cosa es segura, cuando solicites el Erasmus, ¡acuérdate de que no eres el único! Si tienes muchos conocidos en la facultad, explora el terreno e intenta elegir un destino que no esté muy solicitado a menos que estés muy seguro de tu nota media. La nota media es importante porque es la que te dará más puntos en la lista. Por ejemplo, elegí Lisboa, pero, como había mucha demanda, en la repesca elegí Évora.

¿Por qué elegí Portugal? Creo que el motivo principal fue el factor económico, pero más tarde todo cobró sentido. Compré un billete a Lisboa (Évora no tiene aeropuerto) saliendo de Milán (la opción más barata). Me puse en contacto con un chico que había ido de Erasmus allí el año anterior y me dio dos consejos sobre la ciudad y en qué páginas web encontrar casa. Me contó que la asociación de estudiantes era muy activa y que podía dirigirme directamente allí para que me ayudaran a encontrar alojamiento. Puedes encontrar información o saber qué eventos se organizan en la Universidad de Évora en la página de Facebook.

La universidad se puso en contacto conmigo con un email de bienvenida y me informó de que, si quería, podía solicitar alojamiento en la residencia universitaria. Rápidamente me di cuenta de que no había mucha diferencia de precio entre la residencia de estudiantes y las casas en la ciudad, por lo tanto, opté por vivir en una casa normal.

También me explicaron cómo llegar a Évora. Cuando llegué a Lisboa, cogí el metro (el metro llega hasta el aeropuerto); la línea roja hasta São Sebastião, donde cambié de línea y cogí la azul con dirección a Reboleira hasta la parada de Jardim Zoológico. Allí me bajé y seguí las indicaciones para ir a la estación de Rodoviario para coger el autobús hacia Évora. Puedes consultar la red de líneas directamente en la página web del metro de Lisboa.

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Puedes comprar el billete directamente en ventanilla o expedirlo en la página web o en la app de la Red Expressos; hasta los 29 años puedes aprovechar el descuento para jóvenes ("Jovem"). Normalmente el billete a Évora cuesta unos 12 euros y con el descuento para jóvenes aproximadamente 10 euros.

"Saudade"

Ese día ni siquiera vi Lisboa. Solo aterricé, cogí el metro y el autobús. Aterricé por la noche, llegaba tarde y tenía miedo de no poder coger el último autobús. Me escribí en un papel cómo pedir el billete a Évora (no hablaba portugués y en 2013 todavía había roaming). Todo salió bien y me senté en un banco para esperar los 15 minutos que faltaban para montarme en el autobús. Una señora de avanzada edad se sentó a mi lado, iba vestida toda de negro, tenía el pelo largo y liso y llevaba dos maletas. Tienes que saber que los portugueses tienen fijación por el pelo largo y liso, pero por entonces no lo sabía y no le presté mucha atención. Aquella señora, Fernanda, empezó a hablarme al momento y casualmente también iba en dirección a Évora. De lo que me decía, solo entendía “Scião, shsh scião serto?”, es decir, parecía una lengua eslava.

Fernanda era portuguesa, pero vivía en Francia desde hacía unos años. Su hijo había ido a la Universidad de Évora porque ellos eran de Alentejo. Lo primero que me preguntó Fernanda fue qué sabía decir en portugués y si conocía la palabra "saudade". "Saudade" es una palabra propia de esta lengua, que no puede traducirse a ninguna otra. Puede parecer 'nostalgia', pero la verdad es que "saudade" es sentir nostalgia por algo y alegrarse. "Saudade" es la luz que se refleja en las ventanas al atardecer en un bonito día de otoño, donde todo se tiñe de amarillo y rosa. “Saudade” es cuando echas de menos a alguien. “Saudade” es tener "saudade" porque eres feliz, porque es bonito sentirse bien cuando antes estabas triste. Los cantantes de fado hablan de “saudade” en sus canciones, los brasileños lo hacen en la bossanova; es un estado de ánimo que viven todos los portugueses, ya sean nativos o no. "Saudade" es un ritmo alegre con palabras tristes. "Saudade" es el espíritu de la lengua portuguesa. Dejo dos canciones de compositores portugueses en las que hablan del término "saudade". Ana Moura con Desfado y João Gilberto con Chega de Saudade.

Llegada a Évora al fin

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Salimos de Lisboa y cruzamos el puente 25 de abril para coger la autopista que pasa por Alentejo. Évora es la capital de esta región y está a mitad de camino entre Lisboa y España. La carretera que va a Évora está en campo abierto, lo cual deduje porque no había ningún tipo de iluminación externa. Me parecía que no llegaba a nada con doña Fernanda, que seguía hablándome de cosas que a duras penas entendía. En otro viaje que hice de Lisboa a Évora, me enteré de que la campaña de Alentejo en realidad se compone de robles pequeños para producir corcho; olivos, viñas y pastos para vacas y caballos, entre los cuales se deja ver una granja completamente blanca con las cornisas de las ventanas y las puertas azules.

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Por fin llegamos. La estación era una simple instalación blanca en las afueras de la ciudad. Doña Fernanda se ofreció a pagarme un taxi para asegurarse de que llegara a casa. Habló con el taxista para cerciorarse de que entraba en casa y de que hubiera alguien para abrirme o, de lo contrario, que me llevara a su casa. Lo tenía todo escrito en mi bloc de notas: dirección, número de teléfono, etc. Antes de llegar a Évora, ya había encontrado un apartamento y había avisado a la casera el día y la hora a la que llegaría. En efecto, todo salió bien, el taxista me llevó a la casa, mis compañeras de piso me abrieron la puerta y me enseñaron mi habitación, que era como en las fotos. Así que dormí profundamente sabiendo que el día siguiente sería un día repleto de aventuras.

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Las cosas básicas

El día siguiente encendí el portátil para ver dónde estaba la sede de la universidad para que me firmaran el documento de llegada. Lo primero que me llamó la atención fue el enchufe. En Portugal los enchufes son como los alemanes, por lo que mi enchufe italiano de tres clavijas no funcionaba. Necesitaba un adaptador. Era una de las muchas cosas que me hacían falta, como: una manta gruesa (por la noche, las temperaturas descienden mucho en Évora), almohadas, comida, una tarjeta para el teléfono y ahora también un adaptador.

Utilicé el portátil todo lo que pude. Hice varias capturas de pantalla con el teléfono para localizar los supermercados y ver dónde vivía doña Fernanda para ir a buscarla, así me podría indicar dónde encontrar las cosas para la casa y una tienda de electrónica con adaptadores. Por suerte, el tema del teléfono se solucionó rápido en cuanto fui a la universidad. En secretaría me dieron una tarjeta sim, me dijeron dónde estaba la tienda para activarla y eso fue todo. Por fin tenía internet para comunicarme y explorar.

Si tu universidad no te ofrece las mismas ventajas que tuve yo, entonces tienes que saber que hay varias compañías telefónicas en Portugal, de las cuales dos son para jóvenes menores de 25 años: WTF (de la compañía Nos), solo tienes que acercarte a una tienda de Nos, presentar tu documento de identidad para demostrar que tienes menos de 25 años y pedir que te activen la promoción WTF; Moche (de la compañía Tnm), el procedimiento es el mismo que con WTF y, por último, tienes Vodafone.

Doña Fernanda me recomendó dos sitios a los que ir para que me miraran el enchufe del portátil. Toda la zona industrial de Évora está un poco apartada, hay transporte público que va allí, pero tienen horarios absurdos. Fui a pie, bajo el sol a 40 grados, cruzando un puente que no era peatonal. Todo eso para llegar a una tienda de electrónica que vendía cosas para la escuela llamada Staples. En Portugal, tienen otras tienda de electrónica como Worten o MediaMarkt (equivalente a nuestro MediaWorld). Cuando llegué a la tienda, simplemente me cambiaron el cable del enchufe que se conecta a la batería. Luego compré las almohadas y la manta en otra tienda que tenía solo cosas para la casa. Había caminado tanto bajo el sol de mediodía que el asfalto me había destrozado las zapatillas y me había quemado los hombros.

Unos días después, conocí a otros estudiantes Erasmus que me contaron que todos habían encontrado la solución al problema del enchufe comprando un adaptador de dos euros en un chino. Les conté mi percance y nos reímos a carcajadas, ya que me tomaron un poco por tonta. En cambio, si nos encontráramos ahora, nos reiríamos todos de lo tontos que fuimos por no pensar en lo más obvio. Antes el enchufe de 3 clavijas era un sistema de seguridad para descargar la electricidad del suelo. Actualmente la segunda clavija (la del medio) no sirve para nada porque los enchufes de pared son diferentes y ya cogen la electricidad del suelo. Por lo tanto, solo hay que romper la segunda clavija para hacerla entrar en el enchufe alemán y funciona igual.


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