Dos días por la capital irlandesa

Dublín se fundó en torno al siglo X por los vikingos y, a pesar de los numerosos ataques llevados a cabo por los irlandeses, siguió bajo el control de los vikingos durante un tiempo. Más tarde, los vikingos, las tribus irlandesas y los ingleses lucharon por el control de la ciudad. El desenlace fue el dominio de las tribus irlandesas.

Hoy en día Dublín es la capital de Irlanda y es más verde que nunca. Si soy sincera, es una de las ciudades más verdes que he visto. Es enorme, al igual que sus edificios, aunque eso no significa que te vayas a perder. De hecho, es justo lo contrario, ya que Dublín es una ciudad muy bien construida y con mucho esmero, y es bastante fácil orientarse en ella.

Fui a Dublín durante mi viaje a Europa principalmente porque quería visitar los acantilados de Moher, pero decidí que no me podía perder la ciudad. Nos quedamos allí durante unos días que compartiré con vosotros, así como información importante y sitios que visitar.

Comida en Dublín

La comida en Dublín es bastante diversa y puedes encontrar de todo. Sin embargo, he de decir que también puede ser bastante cara, sobre todo en el centro de la ciudad.

De todas formas, te recomendaría sin dudarlo probar el estofado irlandés con carne de cordero y verduras, entre ellas, unas patatas riquísimas. Para acompañarlo puedes pedir pan de soda irlandés, que es también muy típico. También puedes probar sus pescados y mariscos, sobre todo las ostras o el salmón ahumado, ¡está buenísimo!

Sin embargo, si viajas con un presupuesto ajustado te recomendaría probar los diferentes bufés de Dublín. Tienen opciones de comida muy buenas y pagarás casi la mitad del precio de un restaurante normal. Mis amigos y yo probamos el bufé Ten Thousand World que está en la calle O'Connell, la calle principal de Dublín, y pagamos 12 euros, un precio muy barato en comparación con los restaurantes habituales de la ciudad.

Transporte en Dublin

Cuando llegamos al aeropuerto de Dublín no sabíamos cómo llegar al centro de la ciudad, pero habíamos leído que había una tarjeta llamada Leap Visitor Card y fuimos al mostrador que tenían en el aeropuerto. Compramos la tarjeta de 72 horas o 3 días por 19,50 euros, que incluía los autobuses 747 y 757 del aeropuerto, todos los autobuses de la ciudad, tranvías y trenes que operaban en la Short Hope Zone (toda la ciudad y el condado de Dublín). Esto significa que podíamos viajar sin límites durante 72 horas, lo cual era una oferta bastante buena, ya que a veces hay que coger unos cuantos autobuses para llegar a un lugar en concreto. De lo contrario tendríamos haber pagado 6 euros por un billete de sólo ida en el autobús del aeropuerto y 2,25 por cada viaje en el autobús, lo que nos hubiera costado mucho dinero.

Sin embargo, al utilizar la tarjeta tienes que acordarte de validarla cuando te subas y cuando te bajes del transporte público. Esta norma es muy importante.

Si no puedes comprar la tarjeta en el aeropuerto, siempre puedes hacerlo online en la página web (leapcard.ie) o en la oficina de turismo Visit Dublin, que se encuentra en la calle Suffolk, número 25.

Además, si necesitas coger un taxi en Dublín prepárate para pagar uno de los precios más altos de Europa. Nosotros pedimos un taxi por la aplicación de TaxiMe en nuestro último día en Dublín para poder llegar a nuestro vuelo de primera hora de la mañana. Nos costó más de 30 euros y estábamos a 10 kilómetros del aeropuerto. Afortunadamente, nos habíamos registrado en TaxiMe, así que cuando el conductor nos pidió que pagáramos con tarjeta pudimos obtener 10 euros gratis. Así que pagamos un total de 20 euros, lo cuál no estaba nada mal del todo. Mi consejo es que utilices los servicios de taxi en Dublín sólo si es necesario.

Precios en Dublín

Seré sincera contigo. Dublín no es un destino barato, de hecho, es bastante caro. No esperábamos que fuera tan caro pero, por ejemplo, si quieres comer fuera te costará más de 20 euros. Incluso si decides comprar algo que necesites del supermercado será bastante más caro de lo normal. Así que mi consejo es que te prepares para los precios en Dublín, ya que a mi me sorprendieron bastante.

¿Cuál es la manera más fácil de llegar a Dublín?

Nosotros llegamos a Dublín en avión desde Liverpool y el trayecto duró menos de una hora. Sin embargo, llegar a Dublín es ahora más fácil que nunca, ya que hay muchas opciones para ir, ya sea en avión o en ferri. Las opciones más baratas para encontrar vuelos son, como de costumbre, las compañías aéreas de bajo coste Ryanair y Easyjet en las que, en algunas ocasiones, el billete puede costar unos 10 o 15 euros. También hay la opción de coger el ferri desde Reino Unido a Irlanda y tampoco es excesivamente caro, así que es una buena opción pero lleva mucho tiempo.

¿En Irlanda se hablan dos lenguas?

Al principio, cuando llegué a Irlanda me quedé un poco desconcertada, ya que todas las señales estaban escritas en un idioma además del inglés, su idioma principal. Más tarde me enteré de que ese idioma era el gaélico irlandés, que es también una lengua oficial en Irlanda. Sin embargo, hoy en día no se habla tanto como antes, ya que en torno al 20 % de la población lo habla con fluidez a pesar de que lo aprenden en el colegio.

Primer día en Dublín

Pasamos nuestro primer día en Dublín dimos una vuelta por las cervecerías de la ciudad que son famosas en todo el mundo. En ellas aprendimos mucho sobre la manera en la que elaboran el alcohol y también tuvimos la oportunidad de probarlo.

Fábrica Guinness

La fábrica Guinness está en el sur de Dublín, cerca de la destilería Teeling Whiskey Distillery. Se fundó en el año 2000 y este año celebran el 20 aniversario de su creación. Así que fuimos a ver qué era tan interesante de esa atracción turística.

spending-days-irish-capital-672e4d1e07ab

La fábrica tenía 7 plantas que rodeaban un patio interior construido para que pareciera una pinta de Guiness. Era increíble y gigante. En las primeras plantas había muchos paneles que explicaban de una manera divertida e interesante la historia de la empresa y la forma en la que elaboran la cerveza Guinness. Disfruté y me divertí mucho mucho el rato que estuvimos ahí.

Después, cuando llegamos a la última planta, nos sorprendieron las bonitas vistas que había desde el Gravity Bar, que se encontraba en la propia fábrica. Podíamos ver Dublín por completo. Era simplemente hipnotizante.

Por cierto, puedes comprar una entrada de estudiante si enseñas pruebas de que lo eres. Te costará 19,50 euros y te llevarás una pinta gratis, así que es una buena oferta. No miento al decir que la pinta de Guinness tenía un sabor diferente y más auténtico que en el resto del mundo.

Destilería Jameson

Para llegar a la Destilería Jameson cruzamos el puente de Liam Mellows, que pasaba por encima del río Liffey, para llegar al otro lado de Dublín. Nos llevó unos 20 minutos a pie llegar hasta ella, no fue demasiado y tuvimos la oportunidad de pasear por la ciudad y ver más puentes asombrosos.

La Destilería Jameson es más antigua de la Fábrica Guinness, ya que se construyó en 1780 y era el sitio en el que hacían el whyski durante mucho tiempo hasta que decidieron cambiarlo.

spending-days-irish-capital-4a9b917b1b24

El tour de Bow Street en la Destilería Jameson es una de las mejores opciones si decides visitarla. Te darán mucha información sobre la elaboración del whisky e incluye una degustación comparativa de whisky, así como una bebida gratis en el bar de la Destilería Jameson. La entrada cuesta 19 euros para estudiantes, lo que está muy bien en comparación al resto de tours.

spending-days-irish-capital-aa196a36f9cc

Destilería de whisky Pearse Lyons

La Destilería de whisky Pearse Lyons es un sitio de la ciudad muy interesante, ya que está construida en una antigua iglesia y es bastante interesante visitarla. Al pasar a su lado seguramente pienses que es una iglesia normal, ya que no cambiaron gran cosa, pero es un lugar en el que llevan produciendo alcohol desde hace bastante tiempo.

spending-days-irish-capital-67a56c04ab7e

Por desgracia, no entramos a verla pero era bastante impresionante desde fuera, así que fue suficiente con eso.

Temple Bar

Tras nuestro paseo por algunas de las destilerías más famosas decidimos investigar los bares de Dublín. Por eso nos dirigimos directamente al Temple Bar, un lugar famoso entre los turistas pero, para nuestra sorpresa, estaba lleno y no pudimos encontrar un hueco. El bar era muy bonito y acogedor, con música irlandesa en directo que hacía que el ambiente animado del lugar fuera aún mayor.

Segundo día en Dublín

Durante nuestro segundo día en Dublín decidimos relajarnos un poco y visitar el resto de sitios guais de la ciudad.

Parque Fénix y zoológico de Dublín

Empezamos nuestro día en el parque Fénix, uno de los parques más grandes de Irlanda y de Europa. También es famoso por tener un rebaño de ciervos deambulando con total libertad por el parque, lo cuál hizo que nos pareciera aún más interesante. Anduvimos por él con la esperanza de ver el rebaño de ciervos, pero no tuvimos suerte. Al final del parque llegamos al zoológico de Dublín, el cual también queríamos visitar. Las entradas normales costaban 19,50 euros pero antes de entrar me acordé de que podíamos obtener un descuento si las comprábamos online, así que lo comprobamos en nuestros teléfonos y las compramos online. Sin embargo, yo me compré la entrada de estudiante, que costaba 13,50 euros si la compraba online y 15 euros si la compraba en el mostrador. A continuación fuimos a donde estaba la cajera, le enseñamos nuestras entradas electrónicas y nos dejó pasar sin problema al interior del zoológico.

spending-days-irish-capital-1ede988a313e

Nuestra primera parada fue la casa que pertenecía al fundador del zoo, que también era veterinario y dueño de uno de los primeros animales exóticos del zoo. Después, fuimos directos a la selva de los gorilas, donde pudimos ver gorilas deambulando libremente y su hábitat parecía estar bastante bien adaptado a sus necesidades. De hecho, la impresión que daba ese zoo era que habían conseguido recrear el hábitat natural de los animales a la perfección, lo cual me parece muy importante. Incluso había un bosque para los orangutanes que tenía muchas lianas colgadas de los árboles por las que se movían pasando por encima del camino. Fue muy interesante verlos porque no parecían molestos ni infelices, sino todo lo contrario.

spending-days-irish-capital-fc96062a053e

Después fuimos a ver los elefantes que, para nuestra sorpresa, tenían unos de los hábitats más bonitos. Para llegar hasta ellos tuvimos que pasar por un bosque de bambú que creaba, básicamente, una valla verde entre los visitantes y los elefantes y sólo había unos pocos huecos para observarlos.

Después seguimos adelante, dónde nos encontramos con los felinos, que eran cachorros de tigre que estaban con su madre. Estaban tan contentos y parecían tan tranquilos en su propia casa que no hacían caso a los visitantes que les miraban desde los cristales. A continuación nos dirigimos hacia la sabana africana, en la que la mayoría de los animales que había eran jirafas, avestruces, rinocerontes, cebras, antílopes y muchos más. Por supuesto, los rinocerontes estaban separados del resto de los animales con una pared de piedra, pero aún así parecían vivir en simbiosis.

spending-days-irish-capital-fc04a303ca97

Por último pero no menos importante, tuvimos la oportunidad de ver lobos en el hábitat que habían abierto recientemente. Nunca había visto un lobo así que, para mi, fue verdaderamente fascinante y me quedé más tiempo mirándolos con pura admiración.

Visitar zoos es una de mis partes preferidas de un viaje y no miento si digo que lo disfruto de verdad. Esto zoo consiguió que mi experiencia fuera memorable, no sólo porque los animales vivían mejor que en otros zoos, sino porque el zoo se esforzaba en cuidarles. También tenían un programa especial para las especies que están a punto de extinguirse y que intentan salvar, así que se podría decir que este zoo tiene otra finalidad aparte de simplemente tener animales.

El jardín botánico Nacional de Irlanda

Después, fuimos al Jardín Botánico Nacional de Irlanda en transporte público. La entrada era gratuita y, a pesar de que el ambiente era bastante melancólico, había mucha gente paseando por ahí. El jardín tenía unos cuantos invernaderos repletos de diferentes flores exóticas como orquídeas u otras especies tropicales. Había montones de árboles de todo el mundo por el parque, lo cuál contribuía a su singularidad. Sin embargo, mi parte preferida fue el invernadero lleno de florecientes orquídeas.

spending-days-irish-capital-366e70aa5b0d

Catedral de San Patricio

A continuación, volvimos al centro de la ciudad y nos dirigimos directamente a la famosa Catedral de San Patricio. La catedral se considera una de las más altas y grandes en Irlanda y su nombre viene de San Patricio, un activista y obispo de Irlanda durante un tiempo. Además, fue el primer sacerdote que llevó la religión cristiana a Irlanda hace muchos años. Por eso la gente celebra todos los años el día de San Patricio en marzo.

spending-days-irish-capital-61dafaf39d44

Cuando llegamos a la catedral descubrimos que no podíamos entrar porque era bastante tarde, pero al menos pudimos admirarla desde fuera. Tenía un agradable parque en el que nos sentamos durante un tiempo para verla mejor. Era extraordinaria y la admiramos durante un tiempo.

Castillo de Dublín

Después fuimos al Castillo de Dublín, que se encontraba a poca distancia de la Catedral de San Patricio, y dimos una vuelta a su alrededor, ya que tampoco podíamos entrar. Sin embargo, descubrí que el precio de las entradas es de 8 euros y merece totalmente la pena, así que me arrepiento de no haber tenido más tiempo para estar en Dublín.

spending-days-irish-capital-4b4321c625ae

El castillo era antes una fortaleza de los vikingos, hasta que los irlandeses pasaron a dominarlo, lo cuál lo hizo un poco más colorido. Dimos una vuelta y lo encontramos muy interesante, ya que había partes pintadas en diferentes colores y en otras estaba construido como si fuera una fortaleza. Afortunadamente, encontramos un parque al lado del castillo dónde hicimos un pequeño descanso del paseo.

En general, disfruté mucho de los dos días que pasé en Dublín y me quedé fascinada con lo alegre y despreocupada que era la gente allí. Sonreían, se reían y cantaban en todos los sitios a los que íbamos y eso hizo que me recargara de energía positiva durante muchos meses.


Galería de fotos



Contenido disponible en otros idiomas

Comentarios (0 comentarios)


¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?

Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!

¡Quiero crear mi blog Erasmus! →

¿No tienes cuenta? Regístrate.

Espera un momento, por favor

¡Girando la manivela!