Enamorada de Dresden
¡Hola a todos, viajeros! En el post que estáis a punto de leer, vengo a hablaros de mi visita a Dresde, una ciudad relativamente cercana a Berlín.
Igual que hay ciudades por las que tengo altas expectativas, lo cierto es que no esperaba mucho de Dresde. Me habían dicho que era bonita, pero por alguna razón tampoco la pintaba como una ciudad de esas que te deja ensimismada. Sin embargo, sabiendo que íbamos a pasar tres días en Praga, ciudad que yo había visitado ya tan sólo el año anterior, decidí que sería una muy buena idea acercarme a Dresde a pasar el día. Y menos mal que lo hice, porque de verdad que salí completamente enamorada de esta ciudad alemana.
Moverte por Dresde
Para llegar hasta Dresde fuimos en tren desde Praga y tardamos sólo unas tres horas. Sin pase Interrail, el trayecto te saldrá por unos 20 euros si compras los billetes con suficiente anterioridad.
Algo muy positivo de Dresde es que todos los monumentos y atracciones turísticas más importantes se encuentran en el casco antiguo, que recibe el nombre de Altstadt (Ciudad Vieja) y por tanto podrás moverte caminando de un lado a otro. Si quieres visitar el resto de la ciudad, la parte conocida como Neustadt (Ciudad Nueva) que está al otro lado del río Elba, es mejor que vayas hasta allí en autobús, porque mis amigos y yo fuimos caminando y la verdad es que fue un buen trecho. Eso sí, esta zona es más residencial y comercial que otra cosa, así que si no tienes tiempo tampoco te molestes mucho en ir.
Qué ver en Dresde
Dresde es una ciudad que, mires donde mires, tiene algo que ofrecer. Todos los monumentos son impresionantes, y en general el callejear por la capital de Sajonia es como estar en un museo: es realmente increíble. De hecho, es también conocida como la capital del Barroco debido a que todos los monumentos están construidos siguiendo las características de este estilo. A continuación he hecho una lista de todos los monumentos que visitamos durante el día que pasamos en Dresde, y no hay ninguno que no me pareciese impresionante así que te recomiendo que vayas a ver todos y cada uno de ellos.
- Frauenkirche
Para empezar con fuerza, el primer monumento del que voy a hablaros es la Iglesia de Nuestra Señora, cuyo nombre original es el de Frauenkirche. Se trata de una auténtica maravilla barroca, y de verdad que su arquitectura os dejará sin aliento. Su construcción terminó a mediados del siglo XVIII, pero desgraciadamente quedó completamente destrozada al terminar la Segunda Guerra Mundial. Pese a las críticas de algunos historiadores, la iglesia fue completamente reconstruida hace relativamente poco, pero manteniendo el estilo fiel a la construcción original. Y menos mal, porque es realmente bonita...
El interior de la iglesia está abierto al público sin necesidad de pagar, y aunque no es tan impresionante como el exterior, no pierdes nada por entrar. Para lo que sí necesitarás pagar será para subir hasta la bóveda. Las vistas seguro que son bonitas, pero nosotros no subimos porque eran 8 euros, y hay otro lugar en Dresde desde donde las vistas prometían más, así que decidimos subir a ese (del que ahora os hablaré).
- Estación Central de Dresde
Como seguramente llegarás a Dresde en tren, la estación ferroviaria de la ciudad será el primer monumento que veas. Su fachada impresiona mucho, y data de finales del siglo XIX. La cúpula del techo está totalmente acristalada, así que desde el interior de la estación podrás ver el cielo. Durante el bombardeo a la ciudad durante la Segunda Guerra Mundial, la estación quedó destrozada, pero fue restaurada décadas más tarde, ya en nuestro siglo.
- El Palacio de Dresde
El Palacio de Dresde es un monumento que llama especial atención porque se pueden divisar características de diferentes estilos arquitectónicos y artísticos, desde el Renacimiento hasta el Barroco, ya que la construcción fue ampliándose a lo largo de los siglos. De nuevo encontramos que el palacio sufrió enormes destrozos durante el bombardeo, y estuvo en ruinas durante casi 20 años antes de ser remodelado. Te recomiendo encarecidamente que lo visites porque el interior del palacio es muy bonito, y sobretodo merecen la pena las vistas desde la parte de arriba, desde la torre de Hausmannsturm. Si ya has subido a la Iglesia de Nuestra Señora, no tienes necesidad de subir aquí, pero como os he dicho antes yo creo que las vistas son mejores desde esta torre porque está mucho más céntrica. La entrada reducida para visitar el palacio son 9 euros, pero puedes elegir diferentes combinaciones dependiendo de lo que te apetezca visitar. Abre diariamente de 10 de la mañana a 6 de la tarde. La visita no te llevará más de una hora así que no tienes excusa para entrar.
- Fürstenzug
El Mosaico del Desfile de los Príncipes, conocido en alemán como Fürstenzug, es un enorme mural situado en la pared del Palacio de Dresde, del que os acabo de hablar. La pintura del mosaico se trata de un desfile de jinetes, pero ya no es realmente una pintura, ya que ésta se sustituyó por azulejos de porcelana, con el objetivo de poder conservar mejor la obra, y esto lo convierte en el mural de porcelana más grande del mundo. Resulta gratificante saber que durante el bombardeo a la ciudad de febrero de 1945, el mosaico quedó casi intacto.
- La Ópera de Semper
A pesar de que durante mi visita no entré a la ópera de Semper, me ha parecido imprescindible mencionarla en esta entrada, ya que es la ópera más famosa de todo el país, en especial porque a ella pertenece una de las orquestas más antiguas del mundo.
Durante los bombardeos quedó totalmente destruida y, como el resto de monumentos de la ciudad, fue reconstruida posteriormente. Aún así, conserva toda su esencia original, así que merece la pena que vayas a verla, aunque sea sólo para admirar su fachada exterior. Como no es de extrañar, se encuentra en la Theaterplatz, que como su nombre indica es la plaza de Dresde donde están situados todos los teatros de la ciudad.
- El Palacio de Zwinger
El Palacio de Zwinger está situado justo al lado de la Theaterplatz. Se trata de un enorme palacio (bueno, en realidad un conjunto de ellos) que data de comienzos del siglo XVIII. Lo mejor para verlos sin perderte detalle es adentrarte en su jardín interior, que es precioso y desde el que podrás admirar todas las diferentes fachadas. También hay varios museos, pero como no teníamos tiempo suficiente, no puedo hablaros de ninguno de ellos porque no los visité.
Entrando desde la Theaterplatz, si cruzas todo el patio ajardinado hasta salir del recinto de palacios, acabarás en la terraza Brühl, que es una especie de paseo sobre la muralla de la ciudad, que sigue el curso del río Elba y que ofrece una muy buena perspectiva de Dresde.
- Plaza de Neumarkt
La Plaza de Neumarkt es también una de las plazas más conocidas de Dresde. Yo pasé por ella casi por casualidad, cuando ya íbamos de vuelta a la estación, pero aún así es una plaza bonita por la que merece la pena cruzarse. Todavía no se ha remodelado del todo, pero a pesar de esto, podrás identificar un estilo predominantemente barroco alrededor de los edificios de la plaza. Aquí hay numerosas cafeterías y restaurates para tomar algo, así que puedes aprovechar para descansar un poco de tu turismo.
Como has podido comprobar al leer esta entrada, Dresde es una ciudad que tiene muchísimo ofrecer. Los monumentos a visitar no son sólo bastante numerosos, sino que además todos y cada uno de ellos son increíblemente bonitos. No es de extrañar que la capital de Sajonia sea considerada por la UNESCO como una ciudad Patrimonio de la Humanidad.
Si hay algo que realmente me encanta de Dresde es que, a pesar de los horribles bombardeos que tuvieron lugar en febrero de 1945, y que como os he estado contanto destrozaron prácticamente todos los monumentos en su totalidad, la ciudad todavía conserva su esencia. Yo había estudiado este hecho histórico durante mis años en el instituto, pero poder visitar la ciudad de Dresde me hizo comprender y empatizar con la historia mucho más de lo que lo había hecho entre mis libros de texto.
Además, me parece una genial iniciativa que, al reconstruir todos los edificios y monumentos décadas más tarde de la Segunda Guerra Mundial, hayan hecho un gran esfuerzo en mantener los detalles y características de las construcciones. Dresde demuestra así ser una ciudad con muchísima historia, y de verdad espero que vayas a visitarla porque es una auténtica pasada.
Recomendación para comer: Curry&Co.
Antes de despedir este post, quería hablaros de un establecimiento que se llama Curry&Co. , y que se encuentra situado en la parte de la Ciudad Nueva de Dresde, justo al otro lado del río Elba. Es un pequeño sitio especializado en currywurst, que como imagino que sabes, es la comida más típica de Alemania. Hacen salchichas de todo tipo, pero lo mejor de todo es que es el único sitio de la ciudad con opción para tomar currywurst vegana. Además, tienen un montón de salsas para elegir (te recomiendo la de curry, porque obviamente es la más auténtica, pero también tienen de chilli, cebolla, y las más básicas). El precio es muy asequible, cada salchicha cuesta entre 2.60 y 3.60 euros, y aunque la vegana es la más cara (creo recordar que me costó alrededor de 4 euros), merece la pena que vayas. Abre todos los días de 11 de la mañana a 10 de la noche, pero se mantiene abierto hasta las 2 de la mañana los viernes y sábados. Está situado en la calle Louisenstrasse 62.
Para llegar hasta aquí te recomiendo que vayas en transporte público (tranvía es la mejor opción), ya que la Ciudad Nueva está relativamente alejada del casco urbano donde se encuentran todos los monumentos de Dresde. Aún así, si vas paseando tampoco será tan mala idea porque toda la zona al otro lado del río Elba se trata de un barrio muy bohemio y tiene un montón de encanto, así que si tienes tiempo acercate a visitarlo, aunque sea durante poco tiempo.
Galería de fotos
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