Si es -wurst, es una salchicha!

Cómo pensar en Alemania sin sus famosas salchichas, y no es para menos, ya que cada civilización nos transporta a unos nuevos sabores, texturas, olores...lo que se materializa en sus platos típicos, desde aquellas elaboraciones más básicas hasta exquisitos manjares.  Dicen que para entender la historia de un país, hay que empezar por su gastronomía, y es que en Alemania, al igual que ocurre en España con la Tortilla de patatas, en Escandinavia con el Salmón o en México con el taco, la salchicha se ha convertido su signo de identidad.

Para hablar de salchichas, tenemos que remontar allá por el año 3500 A.C, cuando los cocineros babilónicos comenzaron a rellenar intestinos de animales con carne machacada y especias. Desde Babilonia, antigua ciudad de Mesopotamia, pasó, mediante conquistas a otras civilizaciones, las cuales la acogieron y fueron modificándolas desde su preparación hasta su contenido. Fueron los romanos los que le pusieron el nombre de "salsus", dando origen posteriormente a la palabra "salchicha", como la conocemos hoy en día.

Tras años de guerras y conflictos, hacia el año 200 después de Cristo, se comenzó a considerar la salchicha como un alimento impuro. La salchicha, cuyo consumo se asociaba especialmente a fiestas paganas y celebraciones que incluían ritos de iniciación sexual, fue prohibida por el Cristianismo durante años.

Sin embargo, el pueblo romano incapaz de renunciar a este plato tan sabroso, siguió consumiéndola en la ilegalidad, incumpliendo así las normas u órdenes religiosas. Lo que dio lugar a que dicha prohibición fuera derogada y rápidamente su fama se extendió como la pólvora a diferentes países europeos.  

No fue hasta la Edad Media, cuando comenzaron a verse verdaderas adaptaciones de las primeras salchichas que han perdurado hasta nuestra época. Por ejemplo, en países mediterráneos, se inclinaron por hacerlas más secas para que aguantase el calor, y en países del norte, como Escocia, la harina de avena se convirtió en el principal relleno de esta preparación. En Alemania, las salchichas eran gruesas, blandas y grasas, y fue en este país donde nació, mediado el siglo XIX, la famosa especialidad de Frankfurt.

En el año 1852, el gremio de carniceros de esta ciudad presentó una salchicha especiada, ahumada y envuelta en una delgada tripa, casi transparente. Siguiendo la tradición, los carniceros llamaron a su creación "Frankfurter" en honor de su ciudad, y dieron a su nueva y aerodinámica salchicha una forma ligeramente curva.

Fue a partir de esta época, cuando los alemanes se convirtieron en unos auténticos especialistas de las salchichas. Su base, sigue siendo la misma, la carne picada en general de cerdo y algunas veces de vacuno, de forma alargada y envasada en tripas naturales. A partir de ahí se disparan las posibilidades y las variaciones regionales. Y es precisamente en este punto donde comienza la gran odisea que sufre los turistas cuando deciden comprar una salchicha en uno de los miles de mercadillos alemanes. Para empezar hay que comprender que todo vocablo alemán terminado en Wurst, es para nosotros una salchicha!

Se distinguen diferentes tipos de salchichas, destacando especialmente dos tipos fundamentales Brühwurst (salchicha escaldada) y Bratwurst (salchicha de asar o freír).  Esta última, probablemente una de las más conocidas, tiene forma alargada, está hecha de carne picada de cerdo, grueso o fino dentro de una tripa muy fina y natural. Por su parte, Brühwurst es elaborada mediante cocción en agua escaldada o en horno. Su elaboración es opuesta a la del Bratwurst, ya que en la Brühwurst la carne está cocinada y no se asa. En esta categoría se puede incluir a las Wiener Würstchen (salchichas de Viena) o las Frankfurter Würstchen (salchichas de Frankfurt).

Otra de las más conocidas es Weisswurst.  Es muy típica en Munich y se sirve en el Oktoberfest, la fiesta de la cerveza. Se trata de una salchicha blanca preparada con carne de ternera y tocino, se hierve y se come con mostaza y roscas de pan (Brezel) como entremés.

Pero entre todos los tipos de salchicha, la Currywurst es indiscutible la abeja reina, se come asada o frita. Su historia se remonta a 1949, cuando Herta Heuwer, dueña de un imbiss (chiringuito callejero) en el barrio Charlottenburg (Berlín), presentó este plato por primera vez. El cual consistía en una salchicha con una salsa a base de tomate y especias indias como el curry que ella misma preparaba.

Sin duda, es esta última la que encontrarás en diversos puestos callejeros repartidos por toda la ciudad de Dresden, desde la ciudad vieja hasta la Neustadt, pudiendo tomar un currywurst solo o acompañado de patatas fritas. Durante mi primer fin de semana en Dresden, tuve la suerte de cruzarme con un mercadillo de fin de semana en Altmarkt (casco histórico) con varios puestos de comida típica alemana. No sólo tenían una gran variedad de salchichas, también podías encontrar codillo y el típico chucrut junto con infinitas clases de cerveza, todas ellas en su tamaño medio de 0,5L! Para mi sorpresa instalaron un maravilloso puesto de waffles, los conocidos como gofres alemanas, particulares por ser mucho más finitos que los gofres belgas.  Toda una delicia servida con crema de nata o de cacao con avellanas!

Si es -wurst, es una salchicha!

Puesto de Salchicas en Altmarkt, Dresden

Si es -wurst, es una salchicha!

Precioso puesto de Waffles caseros

Si es -wurst, es una salchicha!

Detalle de los Waffles, gofres alemanes

En Dresden, es fácil encontrar pequeños chiringuitos donde asan salchichas repartidos por los parques o en la inmediaciones de los ríos/parques. Incluso podemos encontrar varios restaurantes alemanes que dicen preparar auténticas delicias, yo aún no he podido disfrutar de ellos.

Si es -wurst, es una salchicha!

Una Bratwurst con curry-ketchup

Una vez hablado un poquito del plato más famoso de la gastronomía alemana, tendré que decidirme a disfrutar de un buen plato de codillo! Espero que este post os haya dejado con buen sabor de boca y os anime a probar estos sabrosos platos cuando viajéis a alguna ciudad alemana. Tras mi breve acercamiento a la gastronomía alemana, puedo afirmar con rotundidad que conformarse con las salchichas del LIDL y su curry kétchup, es como probar una tortilla de patatas de la nevera del Mercadona!


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