La cúpula de la catedral de Florencia

La catedral es preciosa, de mármol blanco y con pinturas en el exterior. A mi me encantó. Si le tengo que poner alguna pega, es que está demasiado rodeada de casas, no se puede admirar desde lejos, pero por lo demás es preciosa.

Mis amigos erasmus, que ya habían estado alli, nos aconsejaron subir a la cúpula y realmente aunque la cola es larga y la subida mucho mas, valió la pena. No recuerdo exactamente, pero creo que eran setecientas y pico de escaleras de caracol, bastante oscuras y muy agobiante.

Una vez que llegas arriba, te hacen pasar por un balconcito interior desde el que puedes tocar los frescos del techo ( están protegidos por cristal), y ver la basílica desde dentro.

Es una pasada. Yo me negué a pasar, porque me daba muchísimo vértigo, pero una vez que subes es obligatorio pasar porque la bajada es por el lado opuesto. Es realmente impresionante. Las vistas desde el exterior son alucinantes, pero a mi lo que verdaderamente me impactó fue el balconcito interior.