Ver Cracovia en Dos Días

Al salir del aeropuerto de Katowice cogimos el minibús a Cracovia, directamente. Que nos salió por 90zl.

Es una buena jugada si alguien hace la conexión Alicante-Katowice en avión, que es muy barata, para visitaros estéis donde estéis. En este caso la opción fue esta:

Katowice Airport – Cracovia. 90, 50 zl 18:55 a 20:55. Precio para dos personas, claro. En dos horitas directos del aeropuerto de Katowice a Cracovia. Importante porque os ahorráis mucho más que si cogéis un vuelo directo a Cracovia. A veces también los hay baratos.

También está la opción de coger el tren, pero éste es más caro y además tarda más, por lo tanto os recomiendo el minibús que cuesta menos y os sale más rentable.

En Cracovia nos hospedamos en el Good Bye Lenin Let’s Rock, es uno de los mejores hostales que he conocido en Cracovia, teníamos que compartir habitación con 10 personas más, algo que a mi hermana al ser novata en estas cosas le hacía bastante ilusión, aunque se le fue pasando a lo largo de los días, con algunos compañeros que encontramos en los hostales y algunos que otros colchones.

Pero como decía precisamente este fue uno de los mejores, pasar la noche con desayuno cuesta unos 4€, y las instalaciones del hostal eran muy buenas, cumplía todo lo básico que buscan los jóvenes, sala común con televisor, acceso a internet a través de ordenadores y red wifi.

El primer día en Cracovia hicimos un “free tour”, facilitado por la cercanía de los monumentos más importantes de esta ciudad, como son la plaza central, que es la plaza más grande de Polonia, donde está también la Basílica de Santa María, o el Castillo de Wawel, famoso también por la leyenda del dragón que tenía atemorizados a los habitantes de Cracovia comiéndose ovejas, jóvenes vírgenes, etc.

La leyenda cuenta que Krak, líder del pueblo, prometió entregar a su bella hija Wanda al caballero que consiguiera matar al dragón. Después de que muchos lo intentaran y fracasaran, un joven zapatero preparó unas ovejas con productos inflamables y las dejó cerca de la cueva del dragón, éste, no tardó en devorar los animales que amenazaban con hacer estallar su estómago, hasta tal punto que se echó al río Vistula y se bebió todo el agua... o más o menos eso le conté a mi hermana que era lo que recordaba yo.

Al salir del castillo, se encuentra el dragón de hierro que hace referencia a esta leyenda y que echa fuego por la boca en escasas ocasiones.

Otro día en Cracovia lo dedicamos a Auschwitz, cogimos el tren que tarda unas… no me acuerdo 1h y media? y nos dirigimos al famoso campo de concentración de Auschwitz. No hay mucho que decir del campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Que es una visita obligadísima si se viaja a Polonia. Y que es tan espectacular como terrible. Si sabéis algo de historia ya os impresionará suficiente. Si además os gusta indagar en las curiosidades históricas, las películas y documentales al respecto... podréis aperciarlo mucho más.

Y por último, el tercer día que pasamos en Cracovia tuvimos la oportunidad de ir al museo de la fábrica de Oskar Schindler, que como bien sabéis, fue el dueño de la fábrica que la utilizaba para proteger a sus trabajadores de no acabar en los campos de concentración, salvando así a unas 1. 200 personas. La exposición es permanente y trata la historia de la ciudad durante la Ocupación Nazi a través de reconstrucciones de celdas, armas, y trajes (entre otros) y a través de imágenes y sonidos.

El precio de la entrada es de 19, 00 zl, aproximadamentee. Ronda los 5€. Bien para lo que ofrece. Más sería caro.

Y muy importante también si vais a Cracovia es comer en el gran Pod Wawelem. El famoso restaurante de las espadas y las cervezas a un litro. Pero de ese os hablaré en Lugares. Además para los que queráis estar seguros de que la comida ha sido de provecho, el restaurante tiene una báscula bastante peculiar para pesarte al entrar y al salir.

Por la noche, cogimos el “Polski bus” a Varsovia. Polski bus, siempre la opción más barata. 36zl x 2 personas de Cracovia a Varsovia. Aunque la espera se nos hizo algo difícil ya que salía a la 1:35 de la madrugada y estábamos en la estación 2 horas antes, la única zona que habían habilitado era la de los baños donde estaba la mesa del vigilante de seguridad y cuatro sillas que por supuesto, estaban ocupadas, así que mi hermana y yo nos sentamos en el suelo y eso parece que animó a la gente a seguir nuestro ejemplo, al rato ya éramos unas diez personas las que estábamos en el suelo, algunos durmiendo, otros leyendo y otros, estos últimos más molestos, hablando por no decir gritando...

Pero faltaban muchas horas todavía para llegar a Varsovia... por desgracia...

Continuará...

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