Polonia. Día 3: Auschwitz, ¡los pelos de punta!

Publicado por flag-es Maitane Perez — hace 4 años

Blog: Viaja, y ensancha el alma
Etiquetas: flag-pl Blog Erasmus Cracovia, Cracovia, Polonia

¡Hola, otra vez!

Hoy os vengo a contar una de las visitas más impresionantes que he tenido la oportunidad de hacer. De verdad, si tenéis la oportunidad alguna vez en vuestra vida, no dudéis en gastar dinero y emplear tiempo en visitar uno de los campos de concentración y exterminio más conocidos: Auschwitz.

Polonia. Día 3: Auschwitz, ¡los pelos de punta!

Es un choque de realidad brutal y una invitación a la reflexión. Sin duda, una de las mejores opciones para conocer lo que fue la cara B de la Alemania nazi, reflexionar sobre lo que fue uno de los mayores genocidios de la historia de la humanidad y hacer un intento por entender el sufrimiento de las víctimas directas de la Segunda Guerra Mundial.

Eso sí, antes de hablaros de la visita a Auschwitz, os quiero recomendar el lugar donde hemos desayunado. En esta ocasión, hemos escogido un local que se llama Charlotte. Se trata de un bistrot que se encuentra en Cracovia, en la plaza Szczepánski. Por tan solo dieciséis eslotis (es decir, cuatro euros), hemos podido escoger lo que hemos querido de una cesta con panes de diferentes tipos y bollería variada. Además, el precio también incluía un zumo de naranja natural y un café. Y, por supuesto, al lado de la cesta que os he dicho había tarros de cristal con una amplia variedad de mermeladas y diferentes cremas de chocolate. Yo os recomiendo especialmente la de chocolate blanco, ¡para chuparse los dedos!

Polonia. Día 3: Auschwitz, ¡los pelos de punta!

¿Cómo llegamos hasta Auschwitz?

Se puede llegar al campo de concentración y exterminio en coche. Sin embargo, nosotros optamos por coger un tour guiado que incluía el transporte desde Cracovia.

Este tour lo reservamos a través de Civitatis (os adjunto el link aquí: https://www.civitatis.com/es/cracovia/excursion-auschwitz-birkenau/). La verdad es que aunque tiene un precio de son 36,2€ por persona, merece mucho la pena. Desde luego que es un poco caro, pero Auschwitz es una visita imprescindible y es imprescindible hacerla bien. Además del interesantísimo tour en español en el propio campo, el autobús es cómodo y, además, nos pusieron un documental en inglés para que nos fuésemos haciendo a la idea de lo que encontraríamos en Auschwitz.

¿Cómo es Auschwitz?

Antes de visitar el campo, tenéis que saber que Auschwitz se divide en tres campos principales y treinta y nueve más pequeños. Los más importantes son:

  • Auschwitz I: es el campo de concentración que abrió primero sus puertas. De hecho, originalmente, era un cuartel de caballería polaco. Desde este campo, se llevaban a cabo las operaciones administrativas de todo el complejo.

  • Auschwitz II o Birkenau: es el principal campo de exterminio, donde murieron gran parte de los judíos en sus respectivas cámaras de gas. Este campo se construyó con el único objetivo de servir para la exterminación. Gracias a la construcción de Birkenau, llevada a cabo por soldados soviéticos justo después de la Invasión rusa, Auschwitz se convirtió en un punto clave, pues además de campo de concentración, también era un campo de exterminio.

  • Auschwitz III o Buna (el guía no dio muchos detalles sobre este campo).

En el tour que contratamos nosotros, que tiene una duración aproximada de seis horas, la visita empieza por el primer campo de concentración y posteriormente se visita Birkenau.

Primera parte del tour: Auschwitz I

El tour comienza cuando cruzamos una puerta en la que en un arco de hierro se puede leer “Arbeit macht frei” en alemán, que en castellano significa “Trabajar os hará libres”. ¡Qué ironía! Obviamente, todas las personas que llegaban al campo creían que venían a trabajar y que, después de trabajar, serían libres. De hecho, trabajaban bajo la falsa creencia de que cuanto más trabajasen, antes podrían abandonar aquel lugar y ser libres.

Polonia. Día 3: Auschwitz, ¡los pelos de punta!

Antes de seguir explicándoos la visita, he de aclarar que las personas que eran enviadas al campo no eran únicamente judíos, aunque sí mayoritariamente. También había gitanos, personas con orientación homosexual, presos políticos, testigos de Jehová, etc. Es decir, los nazis querían terminar con todo aquel que no perteneciera a lo que ellos consideraban la raza “aria”.

¡Y vaya si lo intentaron! Según nuestro guía, en este campo de concentración murieron cerca de un millón y medio de judíos. “Nos encontramos ante uno de los cementerios más grandes del mundo” añade, y un escalofrío recorre nuestros cuerpos inevitablemente. Según nos cuenta, un millón de judíos y casi cien mil presos políticos, homosexuales, gitanos y testigos de Jehová murieron durante el exterminio en Auschwitz. En este sentido, nos cuenta que el mayor genocidio en menor tiempo fue cometido en 1944, cuando tras la invasión nazi en Hungría, casi cuatrocientos mil judíos húngaros fueron asesinados en unas pocas semanas.

Caminamos de barracón en barracón, mientras el guía nos explica cómo llegaban los judíos hasta el campo de Auschwitz. Parece ser que eran trasladados hasta aquí en trenes. Como el objetivo de los nazis era exterminar a la raza judía (y al resto de personas no pertenecientes a la raza “aria”) las condiciones en las que viajaban eran pésimas. Según nos cuenta el chico del tour, en cada vagón unas cien o doscientas personas convivían durante once días, sin agua y sin comida. Si no morían de hambre o sed, morían aplastados.

Los que sobrevivían, una vez llegaban aquí, eran separados en tres grupos: hombres, mujeres y niños. Los pertenecientes al último grupo, generalmente, eran ejecutados directamente, salvo que se tratara de niños gemelos. En ese caso, y esto es realmente curioso, eran enviados al Doctor Mengele.

¿Quién era el Doctor Mengele?

El Doctor Mengele fue uno de los médicos más importantes de Auschwitz. Nació en Alemania, en Baviera, y durante la Segunda Guerra Mundial, ejerció únicamente en Auschwitz. Justo antes de la llegada del Ejército Rojo (encargado de la liberación de Auschwitz) huyó a Sudamérica donde evito ser capturado hasta su muerte.

El Doctor realizaba experimentos diversos en Auschwitz. Uno de los más conocidos eran los experimentos con gemelos. De hecho, el Doctor Mengele estaba obsesionado con estos niños. Cuando, durante la selección que os he contado, encontraban gemelos, estos eran enviados a barracas diferentes, separadas del resto, donde recibían mejor alimentación y mayores cuidados.

El doctor experimentaba con los gemelos incondicionalmente. Les amputaba extremidades, les inyectaba diferentes químicos e incluso realizaba operaciones innecesarias, ¡sin anestesia! También hacía trasfusiones de sangre o los enfermaba a posta para experimentar y hacer comparaciones.

El Doctor estaba convencido de que conocía la causa detrás de los embarazos múltiples, y, por lo tanto, pronto daría con la fórmula de multiplicar la raza “aria”.

***

En cuanto a los grupos de hombres y mujeres, el resto de médicos de Auschwitz valoraban las condiciones de estas personas. Si estaban enfermos o consideraban que no servían como mano de obra (ancianos, mujeres embarazadas, ciegos, cojos, mancos, etc.) eran enviados a ejecutar directamente. Los que los médicos consideraban que sí podían trabajar eran enviados a los barracones y puestos inmediatamente a trabajar.

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¿Cómo eran las condiciones de vida en Auschwitz?

El guía de nuestro tour hace hincapié en que las condiciones vitales y laborales en el campo eran “pésimas”. Los prisioneros eran auténticos esclavos, carecían de identidad y eran reducidos a un número que llevaban tatuado en el antebrazo izquierdo.

Al inicio de todo, los judíos y demás prisioneros tenían que dormir encima de la pajaque pudiera haber por el suelo. Más adelante, los nazis instalaron literas. Sin embargo, disponían de una sola cama para cada grupo de tres personas.

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En cuanto a la comida, por la mañana tenían leche y al mediodía les daban una “sopa”, que más que sopa, se trataba de agua con algún que otro resto de la comida de los nazis, por supuesto, sin ningún aporte alimenticio. Lo más impactante es cuando el guía nos habla sobre la cena. Y es que para cenar tenían trescientos gramos de pan, ¡hecho con harina y serrín! Sí, la mitad del pan estaba hecho con serrín… ¡increíble!

Lo que viene siendo la higiene, esta brillaba por su ausencia. Allí no existía ninguna medida de higiene, sobre todo, al inicio de la ocupación, en torno a mil novecientos cuarenta. No había duchas y, si tenían que ducharse, eran los nazis quienes les lavaban con una manguera que disparaba agua fría. Esto lo hacían en la calle, desnudos, y, por ende, muchos judíos morían congelados, especialmente en invierno. En lo que se refiere a las necesidades que pudieran tener, las letrinas eran de acceso limitado: podían utilizarlas cuando los nazis querían y el tiempo que estos mismos determinaban. Por lo tanto, como nos comenta el guía, en muchas ocasiones, se veían obligados a hacer de vientre o mear en cualquier esquina.

Posiblemente, es por todas estas razones por lo que el promedio de vida de un judío en el campo de trabajo era de tres meses, ¡algunos incluso morían en apenas un par de semanas!

¿Cómo era el trabajo?

El horario laboralvariaba dependiendo de la época del año. En verano, los prisioneros de Auschwitz tenían que trabajar quince horas diarias y, sin embargo, durante el invierno trabajaban catorce horas diarias.

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En general, llevaban a cabo labores muy dispares, todas realmente duras. Según nos explica el chico del tour, algunos de los judíos y demás prisioneros tenían cargos más altos, y, por lo tanto, también tenían privilegios. Podían obtener vodka, cigarrillos e incluso la misma comida que los nazis (y no el pan con serrín del resto). Además, también tenían una habitación privada.

Uno de estos pocos privilegiados eran los denominados “sonder commander”, que se encargaban de retirar los cuerpos muertos de la cámara de gas y llevarlos a incinerar. Estos prisioneros, mayoritariamente judíos, vivían apartados del resto porque eran los únicos que sabían realmente lo que ocurría en las cámaras de gas. El resto de prisioneros se pensaban que iban a esas cámaras de gas a ducharse, cuando la realidad era completamente distinta…

Los sonder commander fueron los únicos prisioneros que intentaron huir. De hecho, formaron una rebelión en el campo de concentración en la que más de cuatrocientos intentaron huir de Auschwitz. Obviamente, no consiguieron su objetivo y terminaron siendo exterminados.

Las famosas cámaras de gas

Las formas de muerte en el campo eran diversas. Además de que muchos morían por las pésimas condiciones de vida, también morían muchos por culpa de las palizas por parte de los nazis. Sin embargo, como bien nos cuenta el chico del tour, la forma de morir (o más bien, de asesinar) más frecuente era la cámara de gas.

Como ya os he comentado un poco más arriba, los prisioneros entraban en las cámaras bajo la más absoluta ignorancia. Muchos creían que entraban ahí a ducharse. De hecho, las cámaras de gas en sí eran en grandes baños de puertas herméticas con duchas y decorados con carteles que les recordaban que no olvidasen dónde dejaban su ropa. Sin embargo, una vez entraban dentro, de las duchas no salía el agua que podían esperar, sino el tan letal gas cianuro.

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Se trataba de una muerte lenta, y, por lo tanto, los cuerpos muertos se iban colocando de forma piramidal: primero caían los más débiles, que formaban la base de la pirámide en la parte de abajo, mientras que los más fuertes morían más tarde, formando la cúspide.

Posteriormente, los cadáveres eran trasladados a hornos de incineración. Aquellos hornos, cuando funcionaban a pleno rendimiento, tenían la capacidad de quemar alrededor de trescientos cuarenta cuerpos diarios.

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Segunda parte del tour: Auschwitz II o Birkenau

Sin tiempo para recuperar el aliento y salir del asombro, nos montamos en un bus que nos traslada a Birkenau. Esta parte del campo de Auschwitz, se encuentra a cinco kilómetrosde Auschwitz I.

Polonia. Día 3: Auschwitz, ¡los pelos de punta!

Es a este campo de concentración donde llegaban los trenes que os he mencionado con anterioridad, los que transportaban a los judíos al campo.

La dinámica que se empleaba en este campo es exactamente la misma. De hecho, la mayor diferencia entre Birkenau y Auschwitz I es el tamaño. ¡Birkenau era muchísimo más grande! La verdad es que los barracones de este campo impresionan aún más, aunque parecía imposible.

En este campo las camas eran de piedra y la higiene era mínima. El resto era exactamente igual a lo que ya os he explicado.

Curiosidades sobre Auschwitz

El guía nos cuenta alguna que otra cosita curiosa sobre el campo de concentración y exterminio más conocido. Como creo que os pueden interesar, os he dejado aquí abajo las que más me han llamado la atención.

Por un lado, nos cuenta que, cuando las mujeres morían, los nazis cortaban el pelo de estas para hacer telas. De hecho, ¡se han encontrado en torno a siete mil kilos de pelo humano femenino allí!

Por otro lado, el guía nos comenta que Hitler tenía en mente construir el “Museo de una Raza Extinta”. En este museo recogería todos los objetos pertenecientes a los judíos exterminados. Obviamente, nunca se llevó a cabo.

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Por último, el chico del tour hace hincapié en que la ideología nazi de los campos de concentración se fundamentaba mucho en el darwinismo y en la teoría de “sobrevive el más fuerte”. De hecho, esto se cumplía desde que los judíos ponían el pie en el tren que los llevaría al campo de concentración. Todo estaba preparado para que sobrevivieran solo los más fuertes. Por ejemplo, en los barracones solo había sitio para setecientas personas, y, sin embargo, metían a mil personas en cada uno. Así, mientras los más fuertes conseguían dormir en sus literas, los más débiles se quedaban sin cama, y, generalmente, morían congelado. Al fin y al cabo, lo que a los nazis les interesaba era usar a los judíos como mano de obra. Esta era básicamente la dinámica de los campos de concentración.

*Todas las fotos incluídas en el post las he hecho yo con el iPhone 7. Muchas de ellas las he editado a posteriori con el filtro de blanco y negro del propio iPhone.


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