Cracovia en un día

Cracovia en un día

¡Hola! Vengo a hablaros de una de mis ciudades favoritas en Europa, Cracovia (Polonia), y más concretamente sobre cómo visitarla en caso de disponer solamente de un día. Aunque en defensa de esta ciudad diré que, si realmente deseas conocerla mucho mejor, y no solo el centro histórico, recomendaría al menos 3 días, pues en los alrededores de la ciudad encontramos las minas de sal de Wieliczka o el campo de exterminio nazi, Auschwitz-Birkenau.

 ¿Qué debemos saber antes de ir?

Cracovia se encuentra al sureste de Polonia, cerca de la frontera con Eslovaquia y República Checa. Es la segunda ciudad más grande e importante de Polonia y durante muchos años, fue la capital del país hasta 1596, cuando el rey Segismundo III Vasa, se mudó con toda la corte a Varsovia y la convirtió en capital, hasta la fecha. Además, no fue muy dañada durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que se encuentra en estado casi original.

La moneda polca es el zloty. La equivalencia suele ser de 4 zlotys, 1 euro. En el centro de la ciudad hay muchas casas de cambio. Yo he ido a Cracovia 4 veces y todas ellas he cambiado mi dinero en casas diferentes, pero siempre comparando unas con otras y no en las calles más céntricas del casco histórico. No obstante, en la mayoría de los sitios se puede pagar con tarjeta, aunque nunca viene mal tener unos zlotys a mano.

La mejor época para visitar la ciudad es a partir de abril o mayo, hasta octubre. Los inviernos polacos son muy duros y fríos, con mínimas de -20 grados, y aunque la ciudad rodeada de nieve tiene una magia especial, no puedes disfrutarla lo suficiente al visitarla si tienes que enfrentar semejantes temperaturas mientras haces turismo. Además, los días son muy cortos en invierno, llegando a tener unas 6-7 horas de luz como máximo (anochece sobre las 16:00h).

¡Comenzamos nuestro recorrido!

Lo dividiremos en dos partes:

Mañana:

Recomiendo empezar nuestro tour de un día en Cracovia sobre las 9:00 de la mañana, en la que fue la puerta de entrada principal a la ciudad amurallada durante la época medieval, la puerta de San Florian. Justo antes de atravesar la puerta, nos encontramos un imponente sistema defensivo que se llama la Barbacana, y no es más que un fuerte, que quedaba a extramuros de la ciudad, y protegía la puerta de San Florian de los numerosos enemigos que querían hacerse con la ciudad de Cracovia. A los lados de la puerta se encuentran algunos restos de la muralla antigua.

Florianska

Una vez que hemos atravesado la puerta y estamos dentro de la ciudad, nos encontramos en una calle amplía y recta desde donde ya se puede divisar la Plaza del Mercado. Esta calle se llama Florianska, aunque en tiempos medievales fue conocida como “el camino del rey”, pues es donde comenzaba el recorrido que hacían los reyes desde la puerta de entrada hasta el castillo de Wavel. Esta calle es la más importante del casco histórico, y también la más turística. Está llena de bares, franquicias, tiendas de souvenirs…pero aún se conservan algunos edificios de la época, por lo que os invito a recorrerla despacio y reparando en estos edificios que algunos son de gran belleza.

Plaza del mercado

Al final de la calle nos topamos de frente con la Plaza del Mercado, la plaza medieval más grande de Europa y el lugar más importante de la ciudad, dónde destacan varios edificios: Basílica de Santa María: destacan sus dos altas torres asimétricas, el interior es increíblemente bonito, pero hay que pagar por entrar. No recuerdo el precio. La Lonja de Paños: un edificio donde destacan sus arcos, justo en el centro de la plaza. La iglesia de San Adalberto: la construcción más simple y antigua de toda la plaza (siglo X). Por último, al lado de la Lonja de Paños nos encontramos con una torre aislada, es la antigua torre del ayuntamiento y es lo único que se conserva de este.

Recomiendo estar en la plaza cuando den las en punto, pues ocurre algo muy especial. Cada hora un trompetista toca una melodía desde una ventana en la torre más alta de la Basílica de Santa María. Y sí, es cada hora, sin ninguna excepción, también de madrugada. ¿A qué se debe esta curiosa tradición? La leyenda dice que en tiempos de guerra siempre había un trompetista dispuesto a dar la alarma en caso de invasión enemiga, y este se ubicaba en la torre más alta de la ciudad, la torre de la basílica.

Universidad de Cracovia

Después de pasar un rato admirando la plaza, propongo girar hacia la derecha, por una calle llamada Swietej Anny hasta encontrarnos con un edificio de ladrillo rojo. Es la Universidad de Cracoviay presume de ser una de las más antiguas de Europa. Algunos personajes muy importantes estudiaron aquí como Nicolás Copérnico o el Papa Juan Pablo II. Marie Curie quiso estudiar, pero le rechazaron por ser mujer y en aquel tiempo no estaba permitido que las mujeres se formaran. Se puede visitar el patio interior de forma gratuita, rodeado de arcos y todo en ladrillo rojo.

Una vez que salimos de la Universidad, continuamos esa calle hacia delante hasta toparnos con unos jardines. Estos jardines rodean casi todo el casco histórico por donde pasaba la muralla. Si continuamos todo recto por ellos, nos encontraremos con el castillo de Wawel.

Castillo de Wawel

Este castillo se encuentra en la colina de Wawel y en él vivieron no solo reyes a lo largo de la historia, sino también altos mandos nazis durante la ocupación. Dentro encontramos la catedral que destaca por la cantidad de estilos diferentes que podemos encontrar en un solo edificio. Para entrar en algunas zonas del castillo hay que pagar, pero la catedral, los jardines y el patio interior se puede visitar de forma gratuita. Las veces que he ido, el patio interior estaba en reconstrucción (lleva años), pero es realmente bonito, lo poco que se puede ver. Además, desde el castillo podemos ver el río Vístula y desde esa parte, si miramos hacia abajo, encontraremos una estatua de un dragón que escupe fuego de verdad cada X minutos. Esta peculiar escultura se debe a una leyenda relacionada con el castillo.

¿Y para comer?

Llegados a este punto, posiblemente sea el medio día y la hora perfecta para comer. Recordad que Polonia sigue horario europeo y que si vamos más tarde que las 14:00h, nos vamos a encontrar más de un restaurante con la cocina cerrada.

Este restaurante que os recomiendo está de paso por nuestro recorrido y es al que siempre voy pues la comida es tradicional polaca y muy barato. Se llama “Kuchnia u Doroty”. Tienen una grandísima variedad de pirohy (plato nacional polaco). ¡Pero es que las sopas también están deliciosas! Y ambas cosas pueden salir por unos 9 o 10 euros, bebida incluida.

Tarde:

En la tarde nos centraremos en el barrio judío de Cracovia (Kazimierz) y en lo que fue el gueto de Cracovia (Podgórze) durante el nazismo, al otro lado del río. Kazimierz fue uno de los barrios judíos más grandes y prósperos en toda Europa, por ello, fue un epicentro de masacre durante la ocupación nazi. Hoy es un día vive una pequeña y discreta comunidad judía que dista de la que vivía a inicios del siglo XX.

 Kazimierz (barrio judío)

La Antigua Sinagogaestá a unos 10-15 minutos a pie desde el restaurante, y será nuestra primera parada. Esta sinagoga fue destruida durante la II guerra mundial y reconstruida posteriormente para convertirla en museo sobre la comunidad judía. Nunca he llegado a entrar, por lo que no sé el precio.

Mi consejo para visitar esta zona de Cracovia es perderse por sus calles y recorrer la plaza dónde se encuentra la Antigua Sinagoga. 

En esta zona de la ciudad podemos encontrar restaurantes de comida kóser, al igual que tiendas, librerías judías o muchas más sinagogas. Algunas se pueden entrar sin tener que pagar nada pues siguen funcionando para la comunidad judía. Otras no dejan pasar si no eres judío (por aquello de evitar el turismo). Y otras hay que pagar para visitarlas como la Sinagoga de Remu. Yo visité por dentro la sinagoga de Izaak, que no deja de ser un lugar de oración para los judíos.

Como datos curiosos, algunas escenas de la película “La lista de Schindler” fueron rodadas en las calles de Kazimierz y si la has visto recientemente, seguro que podrás reconocer algunos momentos de la película.

Algunas casas aún conservan la “mezuzá” o el hueco que las albergaba, que son unas cajitas que se colocan al lado derecho de la puerta y que dentro tienen escritos sagrados de la Torá.

En definitiva, es el lugar ideal para empaparse de la cultura judía.

Barrio de Podgórze

Una vez recorrido todo el barrio judío e investigado cada uno de sus rincones, pasaremos a la parte de la historia más negra y triste de Cracovia, el barrio de Podgórze, lo que fue el gueto. Os diré que esta zona es dura de visitar y después de conocer todas y cada una de las historias, sales con el cuerpo cortado, pero considero que es imprescindible para recordar algo que no se puede repetir.

Para ello, cruzaremos un puente peatonal muy curioso, pues tiene esculturas de equilibristas colgando de un hilo de acero, y os aseguro que no deja indiferente a nadie. Merece la pena verlo cuando hace un poco de viento, pues las esculturas se mueven y parecen que son reales. Este puente se llama “Ojca Bernatka”, padre Bernardo traducido, y conecta la ciudad vieja con la parte más nueva.

Durante la II Guerra Mundial se decidió construir el gueto en esta zona para mantener a los judíos (que fueron trasladados desde Kazimierz) aislados del resto de la ciudad por el río Vístula, y rodeados por unos muros con forma de lápidas para hacerles ver cual sería su destino. Aún se conserva algunas partes del muro original en las calles Limanowskiego y Lwowska. Al igual que en el barrio judío, os invito a pasear un poco por la zona, pues tristemente aún se conservan edificios que sobrevivieron hasta nuestros días.

No podemos dejar de visitar la plaza de los “Héroes del Guetto”,era la plaza principal del gueto, y el lugar donde se cometieron todo tipo de atrocidades. Es bastante peculiar pues la escultura en homenaje a estos días son unas sillas de hierro distribuidas por toda la plaza. Esto representa los largos tiempos de espera que soportaban los judíos en esta plaza durante las deportaciones a los campos de exterminio. Se dice que cada silla representa 100 judíos muertos durante la segunda guerra mundial.

Hay un edificio que se encuentra de esquina en la plaza y parece insignificante pero que jugó un papel importante durante estos trágicos años. Se trata de la farmacia “pod Orlem” cuyo dueño de origen polaco, Tadeusz Pankiewicz, se negó a irse cuando los nazis ocuparon el lugar para construir el guetto, y salvó cientos de vidas gracias a ello, pues se dedicó a esconder judíos en su almacén, proporcionar medicinas, e incluso tintes para el pelo para que los más ancianos no fueran deportados a campos de concentración. Es realmente una historia de esperanza en tiempos tan oscuros, y a los interesados hay un libro que habla sobre toda esta historia, escrita por el mismo Tadeusz, “The Krakow Ghetto Pharmacy”.

Nuestra última parada en esta visita, pero no menos importante, es la fábrica de Oscar Schindler. Otra historia de esperanza para muchos, pues este hombre era un alemán, dueño de una fábrica de platos dónde trabajaban miles de judíos que vivían en el gueto. Durante las deportaciones masivas, dejó que en sus listas de trabajadores se inscribieran muchos más judíos de los que realmente trabajaban en su fábrica, para intentar salvar tantas vidas como pudiera. Hoy en día, el lugar donde estaba la fábrica es un museo que se puede visitar. Se encuentra a unos 5 minutos andando desde la plaza de los héroes y estaba ubicada extramuros del gueto.

Y aquí terminaría nuestra visita express a Cracovia, ¡espero que os sirva de ayuda!

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