Llegada a Colonia, la Catedral...

Ya estamos en Colonia

Colonia es una de las ciudades más grandes de Alemania, la cuarta más concretamente, después de Berlin, Hamburgo y Munich y está situada en una de las zonas más pobladas de Europa, la cuenca del Rhin. Pertenece al Estado federal de Renania Norte-Westfalia y está rodeada de otras muchas ciudades conocidas de Alemania como Düsseldorf, Bonn, Dortmund, Leverkusen… Por lo que es una ciudad fantástica para hacer turismo sin moverte a grandes distancias.

Pero centrándonos en la ciudad de Colonia, Köln en Alemán, lo primero que te encuentras al salir de la estación de trenes, es su impresionante Catedral. A muchos os sonará y es que es uno de los principales iconos del gótico en Europa. Como yo iba con mi bolsa de viaje, lo que decidimos fue ir a la residencia donde vivía Jose a dejar el equipaje y después volver al centro y dar una vuelta por allí. En Colonia no hay metro, pero hay una muy buena red de tranvía y cercanías. Jose vivía a la otra punta de la ciudad, justo al lado del estadio de fútbol de Colonia, en las afueras. Me contó que en la red de transporte urbano, los fines de semana con el bono de una persona, podía entrar otra persona gratis (cosa que todavía hoy no puedo confirmar al 100%). Pero el caso es que no pagué billete y como no pasó revisor alguno pues no hubo problema, pero creo que si hubiera pasado lo habríamos tenido. Hasta su residencia había unos 20 minutos desde el centro, desde “Dom” hasta “Rheinenergie-Stadion” y como pasaba de una punta a la otra de la ciudad, fui viendo como sería Colonia.

Visita a la Catedral de Colonia

Una vez llegamos a aquel séptimo piso, conocí la colchoneta que sería mi cama durante los próximos tres días, dejé mi equipaje y nos tiramos a las calles de Colonia. Volvimos al centro e hicimos parada obligatoria en la Catedral. Por fuera un edificio impresionante, pero por dentro era como una pequeña ciudad, llena de gente que iba y venía (se notaba que era fin de semana). Por dentro, en las paredes, había placas donde contaban la historia de la Catedral, que había sido el edificio más alto de Europa y que se libró de las bombas de la Segunda Guerra mundial de milagro. No era tan bonita como Notre Dame de París, pero igualmente merece la pena entrar y es el símbolo número uno de Colonia. Por fuera, al igual que me pasó con el arco del triunfo, la estaban arreglando, así que por un lateral tenía andamios y mallas. La entrada nos costó tan solo 1, 5 euros al ser estudiantes y llevar nuestro carnet encima (muy importante llevarle siempre encima). Pero no incluía el subir a lo alto de las torres de la Catedral, lo que costaba otros 6 euros además de poder visitar una cámara subterránea o algo así.

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Otro puente del amor

Hacía muy bueno por las calles y es que por lo que me contó Jose, eran pocos los días de mal tiempo. Había muchos días nublados, pero no llovía tanto como yo imaginaba y al parecer las temperaturas no bajaban excesivamente en la cuenca del Rhin. Y por un puente que cruzaba el río Rhin era por donde íbamos seguidamente a cruzar. Este es el puente del que ya comenté en las entradas de París, hay una cantidad infinita de “candados del amor”. Y este era de largo como poco, dos veces el Puente de las Artes de París. “Hohenzollernbrücker” y no tengo ni idea de alemán, pero es así como se llama el dichoso puente. Cruzando este puente se llega a una zona más residencial de Colonia, menos turística, pero donde también hay cosas que ver. En este otro lado de la orilla del Rhin, hay un mirador pegando al puente, desde donde se ve Colonia y por supuesto las torres de la Catedral. Este punto es parada obligatoria y ahí os haréis otra de esas fotos de portada de Facebook con la que dejaréis “to´ locos” a vuestros amigos en las redes sociales.

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El triángulo de Colonia

A esta orilla el río, hay otro punto de parada obligatoria en la ciudad, el “Köln Triangle”, que es una de las torres más altas de la ciudad y desde cuya azotea se puede ver toda Colonia y algunas ciudades cercanas. La entrada cuesta 3 euros y si queréis aprovecharlo bien, procurad ir un día soleado o al menos que no este demasiado nublado. No se cuantos pisos tenía la torre, pero se sube en ascensor, porque no creo que haya mucha gente que aguantase tantas escaleras. La azotea tiene forma circular, al igual que el edificio y hay unas cristaleras para que nadie cometa una locura o no hagas lo que todo el mundo piensa cuando sube a un lugar alto (mandar un regalito a los de abajo). El los cristaleras, que naturalmente son transparentes, hay dibujados los escudos y nombres de las ciudades que rodean Colonia, de forma que puedes conocer cual es cada una de las aglomeraciones de casas que se ven a lo lejos.

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Una vez bajamos y salimos del edificio, volvimos a la residencia de Jose para comer, más concretamente al comedor universitario, donde me sentía hasta observado entre tanto rubio de ojos azules.


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