Conociendo el centro de Colonia.

Segundo día en Colonia

Mi segundo día en Alemania lo pasamos la mayoría del tiempo en Bonn. La noche no había sido de las mejores de mi vida. Dormir en un colchón de aire no es lo más cómodo que hay, pero al menos no era el suelo, (no sabía lo que me esperaba aun en las noches venideras). Por la mañana nos acercamos al centro, para dar una vuelta por la zona más comercial de Colonia. Además teníamos que comprar comida para esos días, que de algo más que de bocadillos había que alimentarse.

Las calles que rodean la Catedral están llenas de tiendas de moda, algo así como la Calle Santiago para los de Valladolid y alrededores. Me llamó la atención de entre todo lo que vimos, una calle donde cada diez metros veíamos a un grupo de activistas diferentes, cada uno reclamando cosas totalmente opuestas… contra el maltrato animal, apoyando la guerra contra oriente, un grupo antieuropeo, Greenpeace, diferentes partidos políticos… Y digo que me impactó, porque si eso pasa en España, acaban a palos entre todos.

Otra de las cosas que me llamó la atención fue un grupo de hombres, de unos veinticinco o treinta años, que no paraban de cantar y dar voces justo al lado de la plaza que hay frente a la Catedral. Al parecer eran turcos celebrando una despedida de soltero, lo que me hizo pensar, que quizás los españoles no fuéramos los únicos que hablamos dando voces. En Alemania hay que saber que hay un gran número de inmigrantes y de hijos de inmigrantes turcos, incluso ya de nietos (tercera generación).

Pasamos también por una calle donde al igual que en París, había un gran número de artistas callejeros. Y después de ver todo el centro, volvimos en el tranvía hasta la residencia para dejar todo lo que habíamos comprado, comer y prepararnos para ir a Bonn, a una especie de feria-festival de música que al parecer se celebraba todos los años en un parque cerca de la ciudad. A todo esto, yo ya compré un billete para coger el transporte público durante todo el día por unos 4 euros y por lo que me pude enterar más tarde, si que hay un grupo de revisores que pasa aleatoriamente por las paradas de toda la ciudad y la multa no bajaba de los 50 euros a pagar en el momento.

Preparándonos para ir a Bonn

Después de comer unos espaguetis con pesto, cogimos la mochila, “provisiones” para más tarde y fuimos hasta una de las estaciones de tren de la ciudad “Hansaring”. Allí habíamos quedado con otro grupo de estudiantes erasmus, movidos por la ESN de Colonia con lo que iríamos hasta más allá de Bonn. Estábamos esperando en la estación cuando llegaron algunos estudiantes a los que ya conocía Jose y algo así como un minuto antes de que llegara el tren de cercanías que nos iba a llevar a Bonn, uno de ellos mencionó los billetes de tren. Nosotros pensábamos que con el billete del tranvía que había comprado ese mismo día y con el bono anual que tenía Jose, podríamos ir hasta Bonn sin ningún problema. Pues lo cierto es que había que comprar en la taquilla de la estación un billete que valía algo así como 10 euros y por supuesto, nosotros no lo teníamos. Creo que el viaje duraba 10 minutos, (las ciudades están a solo 25 kilómetros de distancia), pues fueron los 10 minutos más largos de mi vida, rezando por que no se presenciara el revisor de turno y nos clavara la multa que habría arruinado mi famoso “low cost”. Sobra decir que tampoco había forma alguna de comprar el billete dentro, ya que para evitar sustos lo habríamos comprado.

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