Cervezas alemanas, kiosks, erasmus...
¡Hasta sopa de 'Kartoffel'!
Después de haber aprovechado al máximo la mañana fuimos a comer al comedor universitario. El noventa por ciento de los que allí estaban comiendo eran rubios, blancos como la leche y de ojos azules y no es una exageración... me sentía observado.
Era el típico comedor lleno de gente, con bandejas de hierro, cocineras de bata blanca y patatas en todos y cada uno de los platos. Después de comer nos encerramos en la habitación a echar la siesta, pues después del madrugón que me había pegado ese mismo día para hacer el viaje, estaba muerto de cansancio y solo quería dormir. Después de dormir una larga y profunda siesta en mi colchoneta bajamos a ver a otro compañero de la universidad que también estaba haciendo su Erasmus en Colonia y que también vivía en la residencia. Ya por la noche, sobre las 9 y después de cenar, nos arreglamos un poco y salimos a tomar algo por Colonia. Lo que yo no sabía es que en Alemania se puede beber tranquilamente en la calle y nadie te dice nada, eso si, hay un refrán que dice 'no se puede considerar que seas un borracho hasta que no bebes antes de las 11 de la mañana'. Las calles del centro estaban llenas de 'kiosks', que son como kioskos españoles pero en los que principalmente se vende alcohol, sobre todo tercios de cerveza y botellas de medio litro. En estos pequeños locales también venden prensa, aperitivos, galletitas y gominolas, y todos en los que entramos, estaban controlados por asiáticos. Hacía bueno en la calle, pero después de comprar algunas cervezas alemanas fuimos a casa de otro estudiante Erasmus, que era compañero en Alemania de Jose.
Cervezas alemanas
Mención especial se merecen las cervezas alemanas. Al parecer y por lo que me explicaron aquella noche, cada ciudad alemana tiene sus propias cervezas, o al menos se consumen unas determinadas cervezas en cada zona del país. La que a mi realmente me gustó y que os animo a que probéis si vais a Colonia fue la cerveza Reissdorf Kölsch, que era una de las que se produce en Colonia y tampoco estaba nada mal la Früh Kölsch.
El piso al que me llevaron era el típico piso que todos entendemos como 'Erasmus': viejo, con muebles básicos, un salón muy amplio y lo más importante, estaba lleno de gente. Allí nos encontramos con un buen grupo de españoles, un italiano, un portugués... yo como no conocía a nadie hablaba un poco con todos. Nada más salir de aquella fiesta multipaís cogimos el tren de cercanías (S-Bahn) y nos fuimos a la residencia, para estar frescos al día siguiente e ir a un festival que al parecer se iba a celebrar al aire libre en un parque al lado de Bonn, otra de las ciudades que visitaríamos.
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