5 cosas que disfrutar en Colonia, Alemania.
Este fin de semana me he reencontrado con uno de mis mejores amigos del semestre pasado en Colonia, Alemania. Decidimos encontrarnos ahí puesto que yo nunca la había visitado, y él estuvo hace mucho tiempo, además de que le venía bastante bien al estar a dos horas en tren de Bélgica, de donde él es.
La verdad, es que este viaje ha sido la clara ejemplificación de que más que "el dónde", lo que marca la diferencia es el "con quién", ya que pese a que la ciudad no es de las más bonitas que he visitado, la buena compañía ha equilibrado la balanza, haciendo de éste un viaje digno de recordar. No hemos parado de reír, hemos conocido gente de todo tipo, y lo más importante, nos hemos reencontrado y divertido como hace unos meses, como si nunca nos hubiéramos separado, y yo me quedo con eso.
De todas formas, está claro que hay cosas que disfrutar en Colonia, y hay algunos detalles especiales que hacen de esta pequeña ciudad un lugar diferente. Por eso, a continuación os presento las 5 cosas que disfrutar en Colonia:
1. Su Catedral.
La gótica Catedral de 157 metros de altura, se erige de forma majestuosa en el corazón de la ciudad. Frente a ella, uno se siente diminuto, y se pregunta, cómo es posible que el ser humano fuera capaz de construir algo así, tan al detalle, en su innegable inmensidad. En cada parte de esta construcción se esconde un detalle que apreciar, haciendo que, cada día que la visitábamos, descubriésemos nuevas cosas de ella.
La Catedral de Colonia por fuera, junio de 2018. Como podemos apreciar en la imagen, está sometida a un proceso continuo de reparación.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1996, la Catedral de Colonia, marca sin duda la silueta de la ciudad desde cualquier mirador. Uno de los puntos más bonitos desde los que disfrutarla, es desde el otro lado del puente de Hohenzollern, que, plagado de candados que prometen amor eterno, cruza el río Rin, y nos regala una bonita panorámica desde la que disfrutar de la ciudad.
Vistas de la Catedral y el puente, desde la orilla del río Rín. Junio de 2018.
Pero esta catedral no es tan sólo espectacular por fuera, sino que también lo es por dentro. Plagada de vitrales, majestuosas columnas que se unen por medio de arcos, y un número infinito de espacios diferentes, uno de los detalles que más me llamó la atención de la Catedral fue un armonioso vitral compuesto por miles de cuadrados teñidos de 80 colores diferentes, que están también presentes en otros de los mosaicos de esta maravillosa construcción.
Vitrales, columnas y arcos en la Catedral de Colonia. Junio de 2018.
Este singular vitral es obra del colono pintor Richter, y sustituye uno instalado en el lugar tras la Segunda Guerra Mundial, donde se destruyó el original, que emanaba demasiada luz. Se inauguró en 2007.
Vitral de Richter en la Catedral de Colonia. Junio de 2018.
2. Sus espacios verdes.
Y con esto me refiero, en especial, al Rheinpark, y al jardín botánico, que son los que yo visité.
La verdad, que, en contraste con Múnich, donde estoy estudiando, y que se caracteriza por sus amplios y numerosos espacios verdes, los de Colonia tampoco me sorprendieron, aunque sí es verdad que son lugares agradables y perfectos para refrescarse en el calor del verano.
El parque Rhein, se ubica a las orillas del río Rin, (Rheine en alemán) al que le debe su nombre. Este parque, debido a sus grandes dimensiones (40 hectáreas), alberga espacios como una zona balneario, un teatro al aire libre y unos baños públicos al estilo de termas romanas. Es por tanto, que es un lugar agradable para realizar actividades culturales, bañarse en el río, pasearlo por los diversos caminos que lo decoran, o, simplemente, recorrerlo en el pequeño trenecito que lo cruza.
Por otro lado, el jardín botánico, al que nos llevó una amiga de Colonia, que dice soler ir a pasear por ahí en sus ratos libres, es un colorido jardín que, la verdad, merece la pena visitar. Esta extensión de 5.5 hectáreas cultiva casi 10.000 tipos de plantas, haciendo de él un museo de olores y colores por el que caminar acompañados del canto de los pájaros, y sin dejar de sorprendernos de las maravillosas combinaciones de colores que la naturaleza diseña en, desde los pétalos de las flores, hasta los propios troncos de los árboles.
Jardín de flores en el jardín botánico de Colonia. Junio de 2018.
3. Sus diversidad cultural.
Una de las cosas que más me llamó la atención de Colonia fue su gente, y su diversidad cultural. Los más de dos mil años de historia, y las inmigraciones a la ciudad tras la Segunda Guerra Mundial, hacen que esta ciudad al noroeste de Alemania, se caracterice por una gran diversidad de culturas, que conviven de forma integrada, y en base a la tolerancia. Además, la ciudad renana es la capital LGTB de Alemania, celebrándose en ella una vez al año el ColognePride, que dura dos semanas, y es el más grande de Europa.
Los coloneses, tienen una gran fama de ser los más alegres de Alemania, y están abiertos a conocer personas de todos lados del mundo. Es fácil iniciar una conversación con ellos, ya que son abiertos y agradables, y por lo general, aceptan gustosos a los turistas. Todo esto les hace ser conocidos como los ciudadanos más mediterráneosde Alemania.
Los amantes del arte tienen también su huequito en Colonia, con multitud de galerías y casas de exposiciones, que son fácilmente identificables con el grafiti de un plátano dibujado en su entrada.
El símbolo del plátano, se convirtió en un icono del arte en la ciudad, generando todo un movimiento. En la fotografía, un grafiti que representa una metáfora de cómo el arte rescatará la ciudad de la industria y la construcción masiva. Colonia, junio de 2018.
4. Su vida nocturna.
Con respecto a la vida nocturna de Colonia, podemos encontrar diversos bares alternativos y underground, con música de todo tipo, y con un agradable ambiente de gente joven. Concretamente, en el barrio Kwartier Latäng, se concentran un gran número de bares y discotecas muy recomendables.
Nosotros el sábado fuimos a una discoteca llamada "Heinz-Gaul", decorada como un almacén abandonado, donde ponían música de los noventa, y lo pasamos muy bien. Otras discotecas recomendadas son Odonien o Flamingo Royal.
Además, en los bares, es de obligado cumplimiento disfrutar de una parte de la forma de vida de los colonienses: la cerveza Kölsch. Producida exclusivamente en Colonia y sus inmediaciones, se sirve en un fino vaso de tubo de 0,2 litros (lo que no negaré, sabe a poco viniendo de Múnich, jeje).
Si después de la fiesta os quedáis con hambre, será fácil encontrar un buen kebab o falafel a la vuelta de la esquina, ya que la ciudad está plagada de comida turca y libanesa donde, por tan sólo un euro y medio podemos llenarnos con un delicioso dürum.
5. Su carnaval.
Aunque este festival comienza en Colonia el 11 de noviembre a las 11:11, hasta febrero, y por lo tanto, yo no he podido disfrutarlo, no podía hablar de Colonia sin mencionarlo. Porque, si bien es verdad que no he estado, no ha habido colonés que no nos hablara de él, y nos explicara la gran importancia que tiene para los habitantes de su ciudad y alrededores.
Sus habitantes conocen al festival como "la quinta estación del año", y este supone uno de los acontecimientos culturales más grandes de Alemania. Cuenta con múltiples desfiles, sus calles se paralizan, inundadas de gente disfrazada en todo tipo de atuendos, y el propósito es simplemente bailar, beber, coger caramelos y disfrutar. Desde luego, ¡digno de visitar!
Con este popular festival finalizo el post de hoy. Espero que os haya gustado, ¡y que si visitáis Colonia, tengáis la misma suerte que yo de pasar un tiempo genial!
Un saludo, y hasta el próximo post!
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