SEPUTOLÍA En Rumanía [Parte 1]

Una tarde a final de septiembre o a principio de octubre, no recuerdo bien, organizamos una pequeña cena en mi piso. Nos reunimos porque Gaetano, un italiano que pertenece a la ESN nos iba a preparar un risotto 100% italiano.

Una vez terminamos de cocinar (aquí la receta) y después de terminarnos hasta el último grano de arroz empezamos a hablar de viajes sin saber muy bien por qué. Fue entonces cuando Gaetano, Gae a partir de ahora, mencionó la compañía húngara de bajo coste WizzAir. Yo no había oído este nombre en mi vida.

Nos dijo que es una compañía que hace rutas sobretodo por Europa del Este a unos precios muy asequibles. Cinco minutos después estabamos en la web de la compañia viendo los vuelos que salían desde Bari a finales de noviembre. Cuál fue nuestra sorpresa al encontrar una oferta que poca gente se hubiera resistido a coger: Vuelo de Bari a Cluj-Napoca y vuelta por solo 20€. Sí, sí, 20€. Pero la pregunta era, ¿dónde está Cluj-Napoca?

La verdad es que no nos hicimos esa pregunta hasta que no teníamos reservados los vuelos, pero bastaron un par de búsquedas en Google para aprendernos hasta el himno nacional.

Nos pareció una oferta tan buena que la compartimos con otros 3 amigos y así, por el inocente hecho de haber quedado para cenar, acabamos organizando un viaje a Rumanía.

El 23 de noviembre llegó el día de partir hacia nuestro destino esperado: Cluj-Napoca. Llevábamos varias semanas preparando un poco el viaje: qué ver, dónde comer, dónde dormir... Era un viaje preparado e improvisado a partes iguales.

Llegamos al aeropuerto y descubrimos que habían retrasado nuestro vuelo 40 minutos. "Bueno", pensamos, "no es demasiado tiempo". Pero a 5 minutos de embarcar informan que vuelven a retrasar el vuelo, esta vez una hora y media. Puedes imaginar la frustración que teníamos encima, pues en un aeropuerto como el de Bari no suele haber muchas cosas para hacer.

Pasado el interminable tiempo en el aeropuerto nos montamos en el avión, un Airbus A330, que nos iba a llevar a Rumanía.

Llegamos a Cluj y al entrar en la terminal nos damos cuenta de que somos los únicos pasajeros del aeropuerto, algo extraño. Sobre la marcha decidimos alquilar una furgoneta para los 8 durante los 5 días de nuestra estancia. Fue ahí, en la oficina un concesionario del aeropuerto, donde nos enteramos que el mismo llevaba cerrado 2 días por una niebla muy densa que impedía a los aviones aterrizar así que mirándolo por ese lado 2 horas de retraso no estuvieron mal. Al final no alquilamos la furgoneta el primer día por temas de tiempo pero guardamos el número de la agencia para una posible llamada de última hora.

Nos pusimos en contacto con la propietaria de los apartamentos donde nos íbamos a alojar para avisarla de que estábamos de camino para que al llegar nos los enseñara, y así fue. Llegamos a la calle Minerilor casi a la vez que nuestra afintriona. Los apartamentos estaban genial: Eran bastante grandes para 4 personas (dormíamos 4 y 4), estaban muy bien equipados y no se encontraban lejos del centro de la ciudad. (Dejo aquí el enlace para ver/reservar estos apartamentos con Booking.com)

Cómo ibamos 2 horas tarde decidimos darnos prisa en ir a comprar algo, asearnos y prepararnos para irnos a una fiesta a la que nos invitaron unas amigas de Albén, uno de los chicos que se vino al viaje. Fuimos al Carrefour Market más cercano (10 minutos andando) usando Google Maps y arrasamos con la secciones de embutidos y pan.

Cenamos, nos arreglamos y pusimos rumbo a Euphoria Music Hall, una pequeña fábrica de cerveza rehabilitada como una discoteca. El precio de la entrada apenas llegaba a los 3€ al cambio, pero entramos de manera gratuita gracias a las invitaciones de las amigas de Albén.

Disfrutamos de una noche increible con música genial, recomendable al 100%, pero teníamos que volver a descansar para aprovechar el segundo día de nuestro viaje.

(Puedes ver un vídeo de esta entrada aquí)

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