Más sobre Colombia: Manizales y Cartagena.

MANIZALES:

Para llegar a Manizales desde Salento, primero se tiene que coger un bus a Pereira, desde donde te llevan a Manizales en un trayecto de 1 hora más o menos. Cuando llegamos, desde la estación de bus cogimos un bus que nos dejó en el Hostal “Kaleidoscopio” muy recomendable y sitio precioso y la dueña un amor. El desayuno además está incluído.

El primer día nos dedicamos a visitar la ciudad, pero después de venir de ver pueblos y sitios tan bonitos, Manizales no nos gustó tanto (y sin desmerecerle para nada). La calle principal estaba llena de calles y al menos hay dos centros comerciales de los cuales sólo visitamos uno.

En el segundo día, teníamos una excursión preparada: “El nevado del Ruiz”. A las 5 a.m. pasaron a por nosotras en el Hostal un Jeep que nos llevaba hasta la base de la montaña. Antes de llegar, un desayuno nos esperaba en una casita donde reunían a todas las personas que realizarían el viaje con la empresa “Ecosistemas”, la cual recomiendo mucho.

¿Qué es el NEVADO DEL RUIZ?

·”El nevado del Ruiz” es un volcán cubierto por glaciares y con la excursión de un pequeño grupo de personas y un guía llegábamos hasta el glaciar que recubría el volcán. Es una excursión de tipo alto de exigencia, porque aunque la distancia no es muchísima, la falta de oxígeno nos hacía cansarnos enseguida. Pero una vez llegados, el paisaje merece mucho la pena.  Ellos mismos recomiendo que no suban mujeres embarazadas, ni niños menores de 7 años o personas con problemas de corazón, pero incluso así la excursión es dura y debería tenerse una pequeña preparación. Recomendación: llevar calzado de deporte y cómodo, ropa de abrigo pero sin llevar mucha ropa una encima de otra porque luego al subir, a pesar de que hace más frio, la ropa sólo consigue quitarte respiración. Y agua, mucha agua.

Bajar es siempre mucho más fácil y al llegar te esperan con zumos y algo de comida para reponer un poco de fuerzas. Finalmente, una vez que todo el grupo está abajo, nos devuelven a la casita donde desayunamos para darnos una rica comida, incluida también en el precio.

Una vez terminado nos dejan en el hostal de cada uno y ya solo queda descansar del día tan duro.  

Al día siguiente, nos levantamos con el día super lluvioso y tormentoso, así que aunque decidimos terminar de ver lo que nos quedaba de la ciudad, la niebla no nos permitió disfrutar de las vistas. Por el percance del tiempo, nos avisaron de que nuestro vuelo a Cartagena podría ser cancelado, así que a media mañana nos fuimos ya para el aeropuerto.

Una vez en el aeropuerto, arreglaron todos nuestros papeles para que pudiéramos salir en un vuelo anterior, pero el día se estaba poniendo peor y a pesar de que nos llevaron a otro aeropuerto más seguro, nos hicieron esperar horas para poder despegar, con lo cual, la llegada a Cartagena era esperada a las 6 de la tarde y finalmente hasta la 1 a.m. no llegamos. Avianca era la aerolínea y aunque luchamos por todo el mareo que nos habían hecho, ellos tienen las de ganar. No recomiendo demasiado Avianca, pero sí es cierto que tiene casi todo el monopolio en Colombia.

 CARTAGENA:

Cuando llegamos a Cartagena y bajamos del avión, una ola de humedad y calor nos llegó de frente. Por tanto, solo cabía llegar al hostal para poder dejar las cosas e intentar dormir con aquel calor.  Nada más salir del aeropuerto hay una taquilla para pagar el taxi, de manera que se evita que los taxistas puedan timarte o verte la cara de extranjera y querer cobrarte más. Así, por un precio ya pagado antes de montar en el taxi haces el recorrido que indiques.

Llegamos al Hostal, “Genovés Hostal”. Recomendable 100%. El trato estupendo y las habitaciones no están nada mal, tiene todo lo que podría tener un buen hostal. Además de desayuno incluido y bien rico.  Está en la zona amurallada, la cual es la más bonita.

Los dos primeros días, nos encargamos de visitar y caminar. Nos fuimos a la zona nueva de la ciudad y disfrutamos un poco de la playa, comimos en “Crepes and Waffles” (super recomendable) y después de todo el día por la zona nueva, nos volvimos a media tarde para el hostal y nos fuimos por la zona vieja a cenar y tomar algo.

La ciudad está llena de vida, de color, de alegría. Colombia enamora, enserio.

En los días que estuvimos, realizamos un tour gratuito por toda la zona y además un tour en Chiva, que es típico transporte que había antiguamente y te lleva por todas las zonas de la ciudad recomendadas, subiendo a diferentes sitios de Cartagena y haciendo tour por catacumbas y demás sitios de interés.

Realizamos también una excursión en bus a Isla Barú, Playa Blanca durante todo un día, que nos parecieron completamente preciosas y en las cuales también con el precio del bus venía incluida la comida. Exquisito y precioso.

Y como últimas actividades nos fuimos al Parque Tayrona, que hay que contratar una agencia para que lleve hasta el parque. Aunque el parque es precioso, hay demasiado que caminar desde playa y playa e incluso desde la entrada hasta cada playa, por eso al final en nuestro opinión preferimos Isla Barú que parque Tayrona.

El viaje terminaba aquí por Colombia, y de verdad que es completamente recomendable visitar Colombia. A pesar de cómo la describen, en ningún momento sentimos miedo, peligro o malas sensaciones, aunque también es cierto que en Bogotá que es quizás donde más podríamos pasar peligros, estuvimos acompañados por propios colombianos y viajamos mucho en coche.

Hay que tener cuidado de donde moverse, pero en general la gente es estupenda, cálida, cariñosa y súper cercana. Dicen que “el riesgo es que te quieras quedar” y no es para menos.

Repito: "COLOMBIA ENAMORA"