Carcassonne: de juego a realidad

¡Hola a todos, viajeros! En esta ocasión, vengo a hablaros de un pequeño pueblecito al sur de Francia, cerca de Tolouse: Carcassonne.

Después de muchas partidas al Carcassonne (la mayor parte de ellas, tengo que reconocer, perdidas), visitar el pueblo en el que se había basado el famoso juego de mesa me hacía mucha ilusión. Admito que cuando empecé a jugar, ni siquiera sabía que se había inspirado en una pequeña ciudad francesa, sino que pensaba que todo había sido imaginación del creador del juego. Sin embargo, en cuanto llegué al pueblo, casi podía verlo en el tablero. 

Carcassonne es una ciudad medieval que se ha conservado maravillosamente, de ahí que fuese declarada por la UNESCO como ciudad Patrimonio de la Humanidad (aunque más que ciudad parece un pueblecito, porque es muy pequeño). Al llegar a Carcassonne, te darás cuenta de que está dividido en dos. Por un lado encontrarás La Cité, que es la parte medieval amurallada (y la zona que realmente visitan los turistas), y luego el resto de la ciudad, conocida como La Bastide Saint-Louis, al otro lado del río, donde están los comercios, restaurantes, y a dónde llegarás primeramente (ya que a la ciudad medieval no se puede acceder en coche). En la zona nueva de Carcassonne es donde se encuentra la oficina de turismo, así que te recomiendo que te dirjas ahí en primer lugar si quieres conseguir un mapa e información turísitca de la ciudad. 

Las dos ciudades están unidas por el Puente Viejo, un puente de piedra que cruza el río Aude, pero os voy a hablar principalmente de la Ciudadela, que es la parte medieval y la que realmente tiene gracia de la visita a la ciudad (que por cierto, en español se llama Carcasona, pero no me gusta mucho el nombre así que me voy a referir a ella en francés). 

La Cité de Carcassonne

Lo que primero te llamará la atención, nada más cruzar el puente, es que la Cité está amurallada doblemente, y detrás de la fortaleza medieval se encuetra la ciudad medieval, y el enorme castillo que la caracteriza. Como buen casco urbano medieval que es, el trazado de las calles es un auténtico caos, pero como es bastante pequeño no tendrás mayor inconveniente en recorrértelo bien. Dos de los monumentos más importantes de la Ciudadela de Carcassonne son el castillo y la basílica de Saint-Nazaire (que fue sin duda la que más me gustó de los dos). 

• El castillo medieval

El castillo es impresionante de ver no sólo porque es bastante grande, sino porque además está perfectamente conservado. Desde la muralla que puedes recorrererte enteramente a pie, hasta los pórticos de las entradas, parece que acabas de aterrizar en pleno siglo XII. Además, si tienes la suerte de hacer la visita en los meses de julio y agosto, podrás disfrutar de las actuaciones de torneos de caballeros que organizan en el castillo. Desafortunadamente, como yo fui en diciembre, no pude verlos, así que tengo una excusa más para volver a visitar esta ciudad. La entrada al castillo son 12 euros, y a veces hay que esperar cola pero suele ser muy eficiente y rápida, así que te recomiendo que hagas la visita porque es preciosa. 

• Basílica de Saint-Nazaire

La razón por la que la basílica de Saint-Nazaire me gustó más que el castillo es simplemente porque me pareció mucho más majestuosa. Es de estilo románico, y enorme. La vidriera central de la basílica me encantó porque, aunque es de un estilo posterior, le da mucha luminosidad a la construcción, y desde el interior se ve preciosa cuando le entra la luz. La entrada a este monumento es totalmente gratuita, así que no dejes de visitarla. 

En general, me parece que Carcassonne es una idea genial de escapada de un día, porque es una ciudad con muchísima historia y mucho encanto, así que estoy segura de que te va a encantar. Espero que hayas tenido la oportunidad de echar al menos una partida al juego de mesa que recibe su mismo nombre, ya sea antes o después de visitar la ciudad, porque es muy divertido y seguro que te hace todavía más ilusión si ya has estado en la ciudad que le inspiró. 

Cómo llegar a Carcassonne

Para llegar a Carcassonne, la mejor opción es ir en coche, aunque depende de si lo tienes disponible, y de dónde estés alojado. Mi viaje principal era a Tolouse, así que hasta Carcassonne (que puedes visitar perfectamente en un sólo día), fuí en coche y tardé tan sólo una hora. Aún así, si no tienes coche, puedes llegar en SNCF (el equivalente francés del AVE español), y puedes incluso llegar desde Madrid o Barcelona (obviamente, haciendo transbordo en alguna ciudad). Carcassonne también tiene aeropuerto, por sorprendente que parezca, pero imagino que será bastante caro volar hasta allí, así que volar a Tolouse puede ser tu mejor opción.