Visita a los Pueblos Blancos. Parte III: Setenil de las Bodegas

Un poco más lejos de Cádiz (a dos horas y treinta minutos aproximadamente) y más cerca de Málaga (menos de una hora y media) se encuentra otro de los pueblitos de la ruta de los pueblos blancos de Andalucía: Setenil de las Bodegas, sin dudarlo es uno de los lugares con la arquitectura más curiosa que he conocido.

Su principal característica y atractivo son sus casas, incrustadas en la roca que fue erosionada por el río llamado Guadalporcún, que permitió que por su forma la roca funcionara como cobijo y paso a formar parte como techo y paredes de muchas viviendas.

Los primeros habitantes del poblado, usaron la roca como parte de la estructura de sus casas.

Setenil de las Bodegas fue declarado patrimonio histórico y artístico, sus casas y calles dan la sensación de que luego de una avalancha una gran roca se incrusto allí aplastándolas y no al contrario, que ellas fueron construidas dentro de la propia roca.

Algunos de los sitios que recomiendo recorrer y donde se puede ver a detalle lo impresionante de estas construcciones:

Calle cuevas del Sol:

En esta calle la roca crea una especie de toldo que cubre varias viviendas (hoy en día restaurantes, tiendas y casas) y hacia el lado contrario existe un balcón que da hacia el río y el otro lado del pueblo.

Calle cuevas de la sombra:

En esta calle la roca hace de techo, formando una especie de túnel, donde la luz es escasa.Aqui hay cafecitos y pequeños restaurantes.

Otro punto de interés es la plaza de Andalucía: una pequeña plaza a cielo abierto donde comienza la ruta a la Calle Villa y a varios de los miradores del pueblo. Una vez arriba , subiendo unas cuantas escaleras y siguiendo con detalle las indicaciones de los pequeños carteles (no son muy fáciles de identificar las señales, lamentablemente) se puede llegar a la iglesia Nuestra Señora de la Encarnación, a la casa de la damita y al torreón del antiguo Castillo Nazarí.

La pequeña plaza de Andalucia, camino a los miradores

La iglesia nuestra Señora de la Encarnación es de libre acceso, al igual que la casa de la Damita, un museo arqueológico, pequeño pero muy interesante, donde se exhibe “la damita” una pieza arqueológica que tiene más de 5000 años de existencia y que repreenta la mejor prueba de que Setenil fue habitado desde hace muchísimo tiempo.

Al frente del museo de la damita, se encuentra el antiguo castillo, al contrario de los demás sitios, para entrar al castillo hay que pagar la módica suma de 1 euro, esto para acceder a una exhibición de carteles que cuentan la historia de Setenil de las Bodegas y para poder subir al mirador. Las escaleras son algo incomodas y si eres alto tendrás que ir agachado. Una vez arriba, ¡las personas bajitas serán las que tendrán mayor dificultad!, ya que la terraza tiene muros muy altos. Las vistas desde este punto son hermosas, y es posible divisar a lo lejos otros de los pueblos blancos.

Vista de la iglesia y los campos desde el mirador del castillo.

En base a mi experiencia mis recomendaciones a la hora de visitar el lugar son:

El pueblo es relativamente pequeño y se recorre tranquilamente en unas pocas horas, así que puedes tomarlo como escala y visitar el mismo día otro de los pueblos blancos.

Principalmente llevar un mapa, sea en físico o en digital, no cuentes con el centro de información turística, ya que su horario es limitado.

Fui un día domingo y habían muy pocos lugares abiertos, por lo que recomiendo visitarlo otro día de la semana, en vacaciones o fechas festivas como semana santa si deseas ver más “movimiento “en el lugar, aunque respecto a la tranquilidad, resulta mucho más cómodo visitarlo en las condiciones en que yo lo conocí.

Si tienes limitaciones o restricciones con los alimentos quizás te costará un poco ubicar un sitio adecuado para hacer tus comidas. De igual manera toma en cuenta que no se encuentran baños públicos y en los bares o restaurantes generalmente deberás consumir algo o pagar si deseas usar el aseo.

Si piensas hacer la ruta de los pueblos, Setenil de las Bodegas es un buen punto de parada,lo recomiendo para una escala corta,pues es pequeño pero muy interesante, y creo que gracias a sus curiosas casas y calles, está en la lista de los sitios más característicos que he visitado.

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