Visita a los Pueblos Blancos. Parte II. Arcos de la Frontera

Arcos de la frontera es el Pueblo blanco más cercano desde Cádiz y Jerez, por eso lo llaman la puerta de entrada a los pueblos blancos de Andalucía. Se encuentra a 45 minutos de Cádiz y aproximadamente dos horas y media de Málaga.

Si te encuentras en Cádiz ó Málaga probablemente tengas que tomar transportes privados para visitarlo, desde Jerez es posible acceder en transporte público (cuesta aproximadamente 2 euros por ruta y tarda aproximadamente poco más de una hora).

Sin duda alguna la visita bien valdrá la pena, un lugar increíble. Aunque antes de llegar suponía que se trataba tan sólo de un pequeño poblado de casitas blancas y calles estrechas, Arcos de la Frontera es un lugar lleno de historia y sitios de interés. Se dice que el pueblo fue habitado desde épocas prehistóricas y posteriormente por este territorio han pasado romanos, árabes, musulmanes, taifas, cristianos y todos ellos han aportado un poquito a su historia y arquitectura.

Al llegar lo primero que ví desde la ventanilla y a la distancia fueron las hermosas casitas blancas enclavadas en la montaña; una vez que me baje del bus lo primero que noté fue que me encontraba en un aparcamiento mucho más abajo y que para llegar a ellas… ¡debía subir unas cuantas escaleras!. Así que, mi primera y principal recomendación es traer ropa y zapatos cómodos y si tienes problemas de movilidad averiguar las posibles alternativas para llegar a los sitios de interés en coche, ya que en muchas calles pueden circular vehículos pequeños, incluso existiendo estacionamientos cerca de puntos de interés turístico.

Sinceramente, la presencia de automóviles fue él único aspecto que no me gusto, ya que se hace un poco incómodo tener que apartarse de la vía cuando viene un coche, ya que se comparte la vía entre los peatones y los vehículos.Pero viendolo desde el punto de vista de las personas de escasa movilidad, es un alivio.

Luego de subir las escalinatas que mencione anteriormente, se llega a una calle relativamente ancha y con acceso a vehículos, desde allí comienza una cuesta que se va haciendo cada vez más empinada la cual es una de las calles más famosas de Arcos de la Frontera: la cuesta de Belén, allí se encuentran varios puntos históricos como una casa palacio y el antiguo hospital San Juan de Dios. En este lugar cabe destacar que anteriormente se encontraba una de las puertas de entrada a la ciudad, llamada la Puerta de Jeréz de la cual solo quedan vestigios ya que fue derrumbada en el siglo XIX.

En la cuesta de Belén también esta la oficina para turistas, donde te pueden dar información sobre sitios de interés, visitas guiadas o simplemente puedes solicitar un mapa para no perderte, ya que es fácil que esto suceda en las calles estrechas y en las continuas subidas y bajadas que encontrarás.

Al finalizar el paso por esta calle, llegamos a la iglesia Santa María de la Asunción, la cual es una edificación con un estilo predominantemente gótico. En lo particular, además de lo imponente que resulta su exterior me llamó la atención que no tenía figuras ni imágenes en la parte exterior.

Para entrar en ella hay que pagar, a excepción del momento de la misa, siempre que pienses asistir a la ceremonia. Detrás de la iglesia está la plaza del cabildo, aquí se encuentra el Castillo de Arcos ó antiguo alcázar, el ayuntamiento, un parador turístico y lo que para mi resulto lo más hermoso de todo Arcos el mirador, desde donde se aprecian vistas espectaculares de toda la ciudad y mucho más, ya que se pueden visualizar los alrededores, pudiendose apreciar una cadena montañosa (la cual según nos indicó la guía tiene forma de mujer acostada), la presa, la playa artificial y todo el verde paisaje que rodea el lugar. Lo mejor de todo es que es un sitio amplio y no tendrás problemas de espacio si deseas tomar fotografías.

Más allá de ver los sitios históricos,y paradas de los tours, una de las cosas que más me gusta es adentrarme en las callecitas, por supuesto con los mapas físicos y los del teléfono móvil acompañándome, pues en estos poblados es sumamente fácil desorientarse. Visitando varias calles pude ver tienditas de artesanías, hostales, ventas de dulces y restaurantes ó cafés con sillas al aire libre. Si tienes una dieta restringida, advierto que, a pesar de existir varios lugares para comer en Arcos de la Frontera, en la parte más turística, las opciones no son muy variadas y los precios son algo elevados.

Finalmente despues de mi visita, puedo decir que recomiendo visiten este pueblo blanco y dediquen al menos un par de horas en recorrerlo, es un buen punto de parada, ya que es uno de los más pueblos grandes y sin duda uno de los que tiene los paisajes e historia más fascinantes.

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