Cáceres me encanta.

Y pensar que cuando me dieron la plaza Erasmus ni siquiera sabía dónde se encontraba Cáceres... Una vez que llegué aquí me quedé estupefacta de la belleza de la ciudad: el casco antiguo, la Virgen de la Montaña, los parques del Rodeo y del Príncipe... Me ha bastado poco tiempo para ambientarme porque el centro histórico es de dimensiones relativamente grandes, de todas formas la ciudad registra 100 mil habitantes. La universidad se encuentra en una zona fácilmente accesible, conectada con el centro mediante un servicio de autobús cada 7 minutos. Cáceres no cumple mucho el estereotipo de la fiesta española pero desde hace algunos años hay muchas actividades para pasar apaciblemente los días, fielmente señaladas en la categoría "Cáceres en tu mano". Para la vida nocturna se puede empezar en la Plaza Mayor, donde hay muchos bares, muy buenos para comenzar la noche, después se puede ir al casco antiguo donde está el Corral de las Cigüeñas, muy característico y que acoge diferentes conciertos de blues, jazz... La noche puede continuar en la Calle Pizarro, donde hay unos cuantos locales, como el Maria Mandiles, la Habana, el Babel, La Traviata, todos en la misma calle y por lo tanto es posible pasar de uno a otro y después moverse a al paseo de Cánovas a la discoteca Cameron o a la Madrila, una zona con varias discotecas abiertas hasta bastante avanzada la mañana. Hay todas las condiciones para vivir cómodamente, además el coste de la vida es menor respecto a las demás regiones. De todas formas, la experiencia Erasmus es siempre fantástica porque no depende tanto de la ciudad, sino de las personas fantásticas que se conocen en esta etapa espléndida..

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