Cáceres con Andrea

Escapada de fin de semana

Para octubre del año pasado (2015), Andrea y yo teníamos en mente hacer un viaje de fin de semana a alguna ciudad de España que no estuviera demasiado lejos ni demasiado cerca, o lo que es lo mismo, que no se tardara en llegar una hora ni un día entero. Mi compañero Carlos, que es extremeño, nos recomendó Cáceres, su tierra natal y viendo que era una buena opción reservamos dos noches en un hotel cerca del centro, por 45 euros la noche (hotel Alcántara).

caceres-andrea-28295a6276c3faec408cfc5cd

El viaje lo comenzamos el sábado 10 por la mañana bien temprano, cuando fui a recoger a Andrea a su casa y pusimos rumbo a Extremadura por la Ruta de la Plata. En gasolina calculamos que nos íbamos a gastar unos 20 euros cada uno y para ahorrarnos algo de dinero, llevamos una neverita llena de casa, con croquetas, tortilla de patatas, empanada casera, chorizo, salchichón, jamón, una barra de pan, zumos, bollos… No queríamos que el viaje nos saliera muy caro y con todo lo que nos llevábamos tendríamos para comer y para cenar un par de días. Antes de la hora de comer llegamos a la habitación del hotel Alcántara que teníamos reservada. El hotel estaba bastante bien en relación calidad precio y no tuvimos queja de ningún tipo, aunque también es cierto que paramos poco más que para dormir. Dejamos las maletas, comimos algo y salimos a conocer Cáceres con el paraguas en la mano, ya que no parecía que fuera a ser un día con mucho sol. Aunque finalmente se puso a llover, pudimos ver toda la ciudad y tuvimos tiempo para tomar algo por algunos de los bares de la Plaza Mayor.

Por las calles de Cáceres

Lo primero que visitamos, fue la ya mencionada Plaza Mayor, bajando por las calles de San Antonio y la Gran Vía de Cáceres. La Plaza Mayor es rectangular, como las de Salamanca o Valladolid, pero de un estilo diferente. Está rodeada por soportales a la izquierda, llenos de bares de tapas y restaurantes y por el edificio del ayuntamiento a la derecha. Subimos unas escaleras que hay a la derecha y fuimos a dar a la calle Adarve de la Estrella, para meternos en pleno casco histórico. Muy cerca de la Plaza Mayor, se encuentra la Catedral de Santa María de Cáceres, donde por supuesto entramos. La entrada nos costó tan solo 1 euro y pudimos subir al campanario, desde donde se ve casi toda la ciudad. No había muchos turistas aquél día, seguramente porque el tiempo no acompañaba nada, así que se estaba muy a gusto allí donde íbamos.

caceres-andrea-b47594c5cfce26dc75ec36472

Después de ver la Catedral de Santa María, seguimos recorriendo las calles y plazas del casco histórico, la Plaza de San Mateo, la Plaza de las Veletas, el callejón de la Monja, el Convento de San Pablo… Visitamos las Torres de Cáceres y nos hicimos alguna que otra foto por aquellas calles tan estrechas. Antes de volvernos al hotel paramos a tomar algo en uno de los bares de la Plaza Mayor, donde a pesar de la lluvia cada vez había más gente, tanto por la propia plaza como por los bares. Y después de comprar un par de cajas de dulces típicos en una tienda de los soportales que vendía productos extremeños, nos volvimos al hotel para ducharnos, cambiarnos y arreglarnos para salir a cenar unas tapas por la noche.

caceres-andrea-73ab70e8ca52387409d2d45d6

De tapas por la Plaza Mayor

Tuvimos suerte porque dejó de llover al menos durante un rato y pudimos comprobar de primera mano como es la noche en Cáceres. Volvimos por las mismas calles por las que habíamos bajado hasta la Plaza Mayor a mediodía y probamos las tapas de los bares que más nos llamaron la atención. Las tapas en la mayoría de los bares nos las ponían sin pedirlas y en algunos otros nos preguntaban cual era la que queríamos. En cuanto a la calidad, hay que decir que las tapas son bastante simples, pero todo estaba muy bueno, desde unos pimientos asados hasta mini hamburguesas o calamares. Y en cuanto al precio, se ajusta bastante bien a lo que te ponen. En otras ciudades quizás sean más caras las tapas, pero también es cierto que están bastante más elaboradas. Las dos cañas con sus respectivos dos pinchos nos salían por unos 4 euros y en algunos bares menos y realmente cenamos con las tapas que nos comimos. Carlos (mi compañero de piso), nos había recomendado que no cenáramos de restaurante, sino que fuéramos de tapeo e hicimos bien en seguir su consejo. Después de tomar algo en un bar de copas cercano a la plaza, nos fuimos directamente al hotel a pasar la noche ya que teníamos que descansar, porque el domingo nos esperaba la visita a Mérida.


Galería de fotos



Contenido disponible en otros idiomas

Comentarios (0 comentarios)


¿Quieres tener tu propio blog Erasmus?

Si estás viviendo una experiencia en el extranjero, eres un viajero empedernido o quieres dar a conocer la ciudad donde vives... ¡crea tu propio blog y cuenta tus aventuras!

¡Quiero crear mi blog Erasmus! →

¿No tienes cuenta? Regístrate.

Espera un momento, por favor

¡Girando la manivela!