Visitando Burdeos

¡Muy buenas a todos, viajeros! En esta entrada quiero hablaros de mi viaje a Burdeos, una ciudad cuya existencía conocía desde hace mucho tiempo, pero que nunca me había planteado visitar. Cuando unos amigos de mis padres se mudaron a un pequeño pueblo del sur de Francia, a dos horas de esta ciudad, decidí visitarles durante una semana. Como donde vivían no había mucho que hacer, decidieron llevarme un par de días a Burdeos, y así fue como me enamoré por completo de esta ciudad. 

Qué ver en Burdeos

Burdeos es una ciudad con mucho encanto, e ideal para pasar un par de días, o para una escapada de fin de semana, ya que los vuelos desde España suelen ser muy baratos. A continuación os voy a hablar de los monumentos que pude visitar durante mi estancia en Burdeos, para que tengas una idea de qué ver y hacer si alguna vez acabas paseando por sus calles. 

• Place de la Bourse

La Place de la Bourse (cuya traducción al español sería Plaza de la Bolsa), es uno de los principales puntos turísticos de la ciudad. Es una plaza muy grande y espaciosa, rodeada de unos edificios con una arquitectura increíble. En el medio de la plaza encontrarás una fuente con una escultura que representa a las Tres Gracias, de ahí que este sea su nombre. Sin embargo, para mi sorpresa lo que más me llamó la atención de esta plaza no es su historia, ni sus construcciones de alrededor, sino el Espejo de Agua (más conocido en francés como el Miroir d'eau). Por alguna extraña razón que desconozco, ya que esta es una de las atracciones turísticas más conocidas de Burdeos, no había oído hablar, ni visto fotos de este sitio, y esto hizo que al verlo por primera vez me sorprendiese todavía más. Se trata de un enorme área en el suelo que tiene rendijas y una instalación de agua que hace que, a simple vista, parezca un enorme espejo ahí colocado en el suelo, y cuando no hay gente chapoteando alrededor puedes ver todos los edificios de la plaza reflejados sobre el agua. No obstante, si vas en verano, es probable que no puedas apreciarlo, porque es un sitio donde van tanto locales como turistas a refrescarse en los días calurosos, y de hecho verás a un montón de niños jugando en el agua. Como yo visité Burdeos a finales de junio, había mucha gente así que no pude disfrutar de la típica foto de postal de esta plaza, pero aún así me lo pasé genial corriendo por la plaza.

• La Ópera Nacional de Burdeos 

La Ópera Nacional de Burdeos está situada en una pequeña plaza de la ciudad, y como puedes esperar llama la atención con respecto al resto de edificos de la plaza por su gran tamaño, y por las delgadas columnas que dan la bienvenida a la ópera. Es una construcción un tanto sobria si la comparamos con otras que hay en la ciudad, como la catedral, pero aún así merece mucho la pena una visita. Yo tuve la oportunidad de verla por dentro, y la verdad es que el tour que organizan me encantó porque el guía te explicaba detalle por detalle un montón de curiosidades de la ópera, y eso hizo que me gustase aún más. 

A pesar de ser pleno verano, no tuvimos problema para coseguir entrada, y ni siquiera tuvimos que hacer cola ni esperar. No obstante, creo que el panorama ha cambiado un poco y ahora sí que hay que reservar las entradas por antelación. Aún así, yo que tú lo haría porque son sólo 6 euros, y completamente gratis si tienes menos de 28 años (que imagino que sí). Las visitas son sólo 3 veces al día: a las 2 y media de la tarde (que es a la que fui yo, así que igual por eso había poca gente), a las 4 y luego de nuevo a las 5 y media. 

• Catedral de Saint Andre y la torre campanario de Pey-Berland

La Catedral de Saint Andre, o San Andrés podrás encontrarla en pleno centro de Burdeos. Es una construcción religiosa de una arquitectura admirable, de ahí que su exterior me llamase más la atención que la parte de dentro de la catedral. Aun con estas, sin duda alguna es el monumento que más me gustó de toda la ciudad, y resulta curioso que su campanario está apartado de la catedral, a unos metros de la misma. Este campanario recibe el nombre de Pey-Berland, y no podéis iros de Burdeos sin disfrutar de las vistas que ofrece desde arriba. Subir hasta la parte del mirador tiene el mismo precio que la visita a la ópera: 6 euros. Pero es gratis si tienes menos de 26 años, así que aprovecha la oportunidad para poder ver la ciudad desde arriba porque es una pasada ver el paisaje de Burdeos con sus tonalidades tierra. 

• Iglesia de Saint Michel 

La Iglesia de Saint Michel (o de San Michel) es también un monumento eclesiástico muy conocido en la ciudad que, aunque no impresiona tanto como la catedral de Saint Andre (por lo menos bajo mi punto de vista), también te recomiendo que visites. Este monumento destaca sobre todo por su puntiaguda torre, que se conoce con el nombre de La Felcha. Si tienes la oportunidad, pasa a verla por dentro porque los arcos del interior impresionan bastante, al igual que el órgano. 

La Iglesia de Saint Michel está bastante cerca del río Garona, que es el que cruza Burdeos, así que cuando termines de vistarla puedes acercarte a la orilla para poder ver el famoso puente de arcos de la ciudad, el Pont de Pierre. 

• La Puerta del Gran Reloj

La Puerta del Gran Reloj, más conocida como Grosse Cloche, es una enorme torre de piedra que hacía las veces de entrada a la ciudad de Burdeos. Sinceramente, me pareció un poco bastante sobria, y se nota que es de estilo medieval. No es que no sea bonita, sino que después de ver unas iglesias tan espectaculares, me pareció que este monumento se quedaba un poco corto... Eso no quita que te debas ir de Burdeos sin haberla visto. El reloj que adorna la parte superior de la torre es muy bonito, en tonos azules y dorados, y la campana también destaca, aunque es pequeña en comparación con lo enorme que es la torre. 

A parte de, por supuesto, dedicar un rato de tu visita a cada uno de los monumentos que te he mencionado, también te recomiendo que pasees mucho por las calles de Burdeos, porque de verdad que son una auténtica maravilla. También hay otros monumentos conocidos en la ciudad además de estos, pero no los he puesto en esta entrada porque yo no pude visitarlos (¡así que ya tengo una excusa para volver a Burdeos!).