Descubriendo Budapest: principales atracciones turísticas
Es posible que Budapest sea la ciudad más propicia del mundo para ser visitada. Eso es así. Su situación en el mapa de Europa le hace ser una de las ciudades más cercanas para una gran mayoría de países; su clima durante los meses más calurosos es suave y no llega a tener el tiempo lluvioso que tienen otras ciudades con clima continental situadas más al norte.
Pero sin lugar a dudas, el aspecto que hace a Budapest ser una de las ciudades más cómodas y propensas para ser visitadas es la configuración de la propia ciudad. Se trata de una ciudad que evidentemente no es pequeña y tampoco es una ciudad poco poblada (aproximadamente dos millones de habitantes viven en ella). Considerándola sin ninguna duda una metrópoli, es de las pocas que cualquier turista puede visitar y conocer únicamente recorriendo sus calles caminándolas., sin ninguna necesidad de ir usando el transporte público salvo en contadas ocasiones en las que haya mucho cansancio o que sea estrictamente necesario debido a la gran distancia que haya entre los lugares que se quiere visitar.
Para visitar Budapest no hace falta en ningún momento usar transporte público, salvo en contadas ocasiones (como acabo de decir, vamos), como por ejemplo si te vas al extrarradio o estas sólo dos días visitándola y quieres ver el máximo posible. Pero en circunstancias normales, como puede ser una visita que se prolongue durante más de tres días, es posible y muy recomendable patearse la ciudad de arriba abajo. Acabarás al final del día muy cansado, sí, pero la experiencia mejora considerablemente y habrás conocido Budapest de una forma mucho más intensiva y especial que recorriéndola en vehículos motorizados.
Así que, tanto si viajas sólo como si viajas en pareja o con un grupo de personas, convénceles a todos y a ti mismo para usar el transporte público lo mínimo e indispensable. Al final lo agradeceréis aunque os cueste una discusión de viaje, tal y como suele ser habitual si se viaja en grupo.
Cómo viajar a Budapest
Siempre que no te encuentres en un país adyacente a Hungría o dispongas de un billete de interrail, la mejor opción es viajar a Budapest en avión. Es una ciudad que se encuentra muy bien conectada con el resto de países y, al menos desde Madrid, RyanAir ofrece vuelos directos hacia Budapest por un muy buen precio. Aproximadamente por algo más de 150€ es posible conseguir un vuelo de ida y vuelta si se compra con una antelación suficiente.
Otra compañía que también ofrece vuelos baratos es la húngara WizzAir, pero hay que tener cuidado ya que a fecha de julio de 2015 no permitían introducir maletas de mano del tamaño habitual (55 centímetros de alto), y si no te das cuenta te lo cobran a la entrada como nos pasó a nosotros (a mi pareja y a mí). Además luego la cabina del avión resultó ser una de las más estrechas, masificadas e incómodas de todas las que he estado jamás. Sin duda, para mí, es una compañía a evitar y que siempre intentaré recomendar como compañía de vuelos a evitar.
El vuelo tarda en llegar 3 horas y media más o menos. Es un viaje bastante largo pero te ofrece las vistas de los Alpes, por lo que en ese sentido merece la pena. Además, no sólo se pueden ver los Alpes, también ofrece una vista privilegiada de la ciudad de Venecia desde el aire.
Alojamiento y precios
Budapest en general es una ciudad barata. No tienen Euro aún (ni sé si lo llegarán a tener en algún momento, la verdad), tienen el Florín Húngaro por lo que hay que tenerlo en cuenta a la hora de viajar. Los precios para entrar a los principales monumentos son gratuitos para los menores de 25 años que residan en la Unión Europea, cómo en casi todos los países miembros.
El precio de los productos de los supermercados y restaurantes es bastante parecido al que por lo general tenemos en España, por lo que en eso no se nota demasiada diferencia. No hay nada negativo ni especialmente positivo que decir al respecto. A nivel general, la comida que compré en los supermercados tenía una calidad muy aceptabel, aunque tampoco prové gran cosa, simplemente las cosas elementales para sobrevivir.
Con respecto al alojamiento las opciones más baratas son los albergues o los apartamentos. Durante el viaje con mi pareja nos alojamos en un apartamento reservado con Wimdu. Para Budapest la oferta de apartamentos es muy amplia, y casi todos ellos están muy buen situados y tienen un precio razonable. El piso en el que estuvimos fue una maravilla, bastante moderno para lo que era el resto del edificio, el cual casi seguro que apenas fue remodelado desde que cayó el telón de acero. Como anécdota en el edificio puedo contar el día en el que casi nos quedamos encerrados en el ascensor porque yo, en un alarde de inteligencia, decidí tocar la puerta mientras subía. Nunca hagáis nada parecido.
Como en mi anterior experiencia alquilando un apartamento con la página web Wimdu, fuimos desde al aeropuerto al apartamente en un "taxi" que imagino que ponía la compañía que se encarga de alquilar los apartamentos mediante esta web. Para ello, nada más salir del avión y proceder a salir de la terminal del aeropuerto, había una persona húngara con un cartel que ponía el nombre de muchísimas personas, y cuando iban llegando se los llevaban por grupos hacia un coche conducido por una persona que supongo que trabajaría para ellos.
Nosotros fuimos en el coche con una pareja mayor de ingleses que parecía que habían elegido una forma parecida de viajar a Budapest de la que habíamos elegido nosotros. La experiencia fue muy bien, y nada más llegar al edificio del apartamento nos atendió una chica joven para explicarnos como funcionaban los utensilios básicos del apartamento. Fue muy amable, y además hablaba español, por lo que pudimos comunicarnos con ella perfectamente en nuestro idioma.
Primeros sitios a los que ir caminando
Como ya he mencionado al principio, Budapest es un sitio genial por el que pasear y a la vez descubrir la ciudad. Todo depende de en qué parte de la ciudad se esté alojado para empezar a visitar sitios, en nuestro caso nos encontrábamos alojados en un apartamento muy cercano a la isla de Margarita.
Pero esté donde esté uno alojado, lo primero que va a ver es el Danubio. El inmenso río que separa las dos partes históricas de la ciudad: Buda y Pest. La mayor parte de los sitios y los alojamientos disponibles están en Pest, que era donde estaba nuestro piso.
Una vez establecido el primer contacto con el río Danubio (que es el perfecto punto de orientación para moverse por la ciudad) y echar una vista a lo lejos para ver todos los puentes que atraviesan el río, lo primero que se puede visitar es el Parlamento, el principal edificio legislativo húngaro. Se trata de un edificio de arquitectura neogótica construido a principios del siglo XX, el cual destaca sobre cualquier otro edificio de la ciudad de Budapest. Con casi 100 metros de alto, es el principal edificio de la ciudad, y es muy probable que vayas donde vayas a lo largo del día acabes cruzándote con él. Aun así, verlo durante las diferentes horas del día hace que observarlo sea diferente cada vez, destacando sobre todo cuando se va la luz y encienden el alumbrado especial que hace que se vea especialmente bonito a orillas del río Danubio.
Existe la posibilidad de entrar a visitarlo por dentro, cuyo precio para los europeos es de 6,5 euros si no ha cambiado desde 2015. Aunque el simple hecho de recorrerlo por fueray observar los detalles de su arquitectura es suficientemente espectacular. Existen plazas amplias a su alrededor con antiguas estatuas de metal y parques con fuentes y muchos espacios verdes.
Otro de los sitios recomendables para visitar durante el primer día es subir al Bastión de los Pescadores, situado al otro lado del río, en la zona de Buda. Es una construcción defensiva que fue realizada durante la Edad Media. Para llegar a él hay que cruzar uno de los puentes y subir la colina del castillo real hasta llegar hasta este fantástico mirador que ofrece una perspectiva maravillosa de toda la ciudad de Budapest, en especial del Parlamento.
La subida es cansada ya que todo el rato, como es obvio, es cuesta arriba. Pero una vez allí es un sitio muy relajante en el que te puedes sentar a contemplar la ciudad y hacer fotos o sentarse a tomar algo en una de las muchas terrazas disponibles.
En nuestro caso, estuvimos en el Bastión hasta que empezó a anochecer y así poder ver el Parlamento iluminado con las luces desde esa posición, y ya después bajar la colina para volver a nuestro apartamento realizando un paseo nocturno por la orilla del Danubio de la zona de Buda con el Parlamento y las demás luces de la ciudad de fondo.
He de decir, que junto con París, para mi Budapest es la segunda ciudad que mejor luce por la noche de todas las que he visitado. Tiene un encanto muy especial, ya que la luminosidad de las farolas no es excesivamente intensa, creando un ambiente muy romántico y acogedor. Recomiendo muchísimo pasear por la ciudad de noche, aunque eso sí, recomiendo también abrigarse, porque el estar al lado de un río hace que las temperaturas descienda especialmente durante la noche.
Visitas a fondo
Una vez realizada la primera toma de contacto con la ciudad es hora de seguir descubriendo más a fondo otros rincones de la ciudad. Uno de ellos puede ser el Mercado Central de Budapest. Es un edificio situado bastante alejado de la zona cercana al Parlamente. Es un sitio antiguo en cuyo interior se juntan diferentes tipos de vendedores en puestos a lo largo de un sinfín de pasillos llenos de turistas. Los artículos que se venden son perfectos para llevarte algún recuerdo de la ciudad o para comprárselo a alguien. Se vende comida, puestos con carnes, frutas, verduras y muchas, muchas especias y muy variadas (pero sobre todo paprika). Después, artículos de ropa, accesorios y suvenires típicos de la ciudad. Una vez finalizadas las compras es posible comer, ya que en la última planta hay puestos de comida donde tomar algo. El único problema del mercado es que esta hasta los topes de turistas, y algunos de los pasillos son demasiado estrechos para permitir el paso a tanta gente. Así que si vais armaros de paciencia.
Otro de los sitios principales para visitar es la basílica de San Esteban, el principal edificio religioso. Es una basílica relativamente reciente, como la mayoría de los edificios de la ciudad. Se puede acceder al interior de la basílica y subir a una de sus torres para tener una visión panorámica de la ciudad. Ambas cosas cuestan dinero, da igual que seas joven, europeo o masón. Ambas cosas cuestan 2 euros cada una en un extraño concepto de “donación”.
A la torre se sube en ascensor, cuyos tickets para poder subir te los vende una persona no muy amable. Te lleva hasta una planta que te conduce a unas escaleras por las que tienes que subir mientras observas la estructura interior de la cúpula, lo cual es una imagen muy espectacular. Una vez en la torre tienes la oportunidad de dar la vuelta completa a la misma durante el tiempo que quieras. Recomendable si te gustan los lugares que ofrecen vistas panorámicas de las ciudades. Y desde luego, mucho más que visitar el interior.
Otra de las visitas más destacadas por Budapest es la isla Margarita, una isla en mitad del Danubio a la que se accede cruzando el puente Margarita. La isla destaca por ser un enorme parque natural por el que pasear y por el que se realizan múltiples actividades de ocio. La mayor parte de la isla son jardines llenos de árboles y flores que pueden llegar a ser la pesadilla de una persona alérgica. Son muy estéticos y están muy cuidados, es un lugar por el que da gusto pasear o hacer deporte, tal y como se podía ver en la gente que allí estaba.
La isla también tiene alguna atracción turística, como por ejemplo la fuente de la Música, una fuente en la que el agua que sale por los chorros sigue el ritmo de la música creando un efecto bastante hipnótico. De hecho, a mí me pareció una tontería al principio, pero sentándome a comer acabé un buen rato sentado mirando las canciones que se iban sucediéndose.
El zoo de la isla también es famoso, el cual no es demasiado extenso, pero en él se pueden ver sobre todo aves de muchos tipos. No es gran cosa pero es divertido darse una pequeña vuelta.
Tal y como se puede ver, es una isla muy amplia. Recorrerla andando a lo largo puede llevar unos 20 o 30 minutos si se hace sin detenerse en ningún sitio. Es un sitio tan grande que cada año se celebra en plan isla un festival de música de los más famosos de toda Europa.
En una ciudad que está recorrida por un río, los puentes que lo atraviesan suelen ser una atracción turística muy importante, llegando a ser algunos de ellos prácticamente un símbolo. En Budapest, el puente más cercano a esto es el puente de las Cadenas. Es el puente más antiguo de la ciudad y también el más grande y espectacular. Se trata de un puente colgante que, a mí, me recuerda en cierta medida al puente de Brooklyn.
Por último, un viaje en uno de los muchos paseos en crucero que se organizan por el Danubio, debería ser indispensable. Estos viajes duran aproximadamente duran una hora, los cuales algunos te ofrecen un par de bebidas para tomar durante el recorrido. Este paseo se basa en recurrer el paso del Danubio por Budapest, desde la Isla Margarita hasta la zona financiera, pasando por debajo de los principales puentes de la ciudad.
Este paseo destaca sobre todo por las privilegiadas vistas que ofrece del Parlamento, el cual luce realmente espectacular. Aunque también he de decir que las dos cervezas en botellas de cristal de medio litro estaban realmente buenas. Parece que la cerveza húngara es bastante más buena de lo que pensaba antes de llegar a Budapest.
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