De paseo por Europa Central (I)

Aunque la aventura de Erasmus se vaya a desarrollar en Dinamarca casi en su totalidad, ha bastado que me haya dado por bloggear para que me pille en un país diferente.

En el transcurso del curso -madre Pablo, esos pareados!!- hay una semana muy chula que se hace llamar el "Autumn Break", a mediados del primer semestre. A nosotros nos dio por hacer un tour por Europa. Barajamos varias ideas, desde volver a España (en mi caso, Badajoz), hasta un interraíl, los cuales se nos iban de precio.

Hago un inciso antes de seguir contando la experiencia. Si quieres irte de Erasmus, mi recomendación es que realmente te vayas de Erasmus. Sé que esto que acabo de decir parece una perogrullada, pero es que hay gente que va y viene aprovechando la cercanía a tu ciudad de origen o simplemente aprovechando que tienes más moneditas. Eso de ir y volver cada mes... es un poco extraño y puede ser un obstáculo a la hora de disfrutar el Erasmus a tope, y cuando digo disfrutar me refiero a conocer gente nueva, vivir momentos, estudiar lo que te guste en una universidad totalmente diferente...

Cerrando el inciso, quiero decir que la opción que escogimos fue la acertada. Un tren a primera hora de la mañana desde Horsens hacia Copenhague, que sale por un ojo de la cara si no tienes la tarjeta joven propia de aquí de Dinamarca, así que es recomendable hacérsela si tienes planeado viajar por las tierras danesas. Vuelo directo a Budapest, baratillo para lo que pudo ser, y un taxi de 6 euros por cabeza que nos dejó en la puerta del airbnb. El taxista por cierto, un vendedor nato, nos cogió por banda justo antes de abandonar el aeropuerto y nos vendió la moto muy pero que muy bien. Picaresca de países del este.

Abro otro inciso. En este viaje se realiza un viaje a Budapest y (OJO SPOILER!!) a Viena. El alojamiento nos salió por más o menos lo mismo, unos 10 euros por cabeza y noche, pero el de Budapest era cien mil veces mejor. Es lo que tiene Viena, que es una ciudad cara de narices. El airbnb de Budapest molaba. Molaba tanto que les dejé como propina el cargador del móvil. No es que se me olvidara ni nada... Lo que quiero decir es que reserves Airbnb preferentemente a la hora de viajar con amigos. Yo sabía que existía y nunca lo he probado, pero definitivamente está muy bien, mejor servicio que un hotel convencional y mucho más barato. Cierro inciso.

Budapest es una ciudad con bastante encanto, solo en lo referido a monumentos. Si quieres ver una ciudad para pasear por las calles con comodidad, te recomiendo otras ciudades. Budapest tiene monumentos que son la pera, pero después las calles para llegar a esos monumentos están que dan pena. También, el nivel de vagabundos y homeless por metro cuadrado es super super alto. Y para colmo, algunas veces te venía un tufo a orín que era difícil calmarlo. Dejando estos defectillos a un lado, la ciudad es brutal. A mí lo que más me gustó personalmente fue la iglesia de Matías. He de admitir que tenido que buscar de nuevo el nombre de la iglesia en Google, porque no me acordaba del nombre original ya que yo lo bauticé como "el p*ne de Buda", porque soy así de gracioso.

La Iglesia de Matías parecía más empinada de lo que sale en la foto.

El freetour estuvo bastante guay, empecé en la Iglesia de San Esteban, lugar donde por cierto no se ha enterrado a ningún rey, político, príncipe o arzobispo, pero sí han tenido las agallas de enterrar al ex jugador de fútbol Puskas. Sí, ese, el del premio Puskas. Más importante que cualquier rey y/o presidente del país. Como en España, jeje. Welcome to Hungary.  Como anécdota decir que el parlamento tenía la misma altura que la iglesia de San Esteban (96 m) para simbolizar que ni iglesia ni estado estaban por encima uno del otro. Claro que sí, como debe de ser, el fúrbol lo primero jajaja. Este freetour acabó enfrente de la Iglesia con forma sugerente previamente mencionada y de cuyo nombre no quiero acordarme.

Foto del parlamento.

Además, la guía del freetour muy maja, nos iba explicando cosillas acerca de Budapest, como que todas las estatuas tenían una simbología y allí son unos rayados de la vida, son supersticiosos a más no poder, y por eso pintan una parte en dorado para que si la tocas te dé suerte. Aquí puedes ver cómo estoy siguiendo ese consejo al pie de la letra. Como (juas juas).

El poli gordo y yo. Ya ves que soy más feo que una nevera por detrás.

También fuimos de viaje por el metro (que parece que haya cambiado poco desde que se inauguró, finales del s. XIX, el primer metro de Europa continental). Además de viajes y paseos por el río Danubio con vistas tanto de la zona de Buda como de la zona de Pest, nos dio tiempo a irnos de fiesta un par de noches.

Iglesia de San Istvan, que yo creía que la traducción al castellano era Iván, pero no, es Esteban.

Hay un sitio que me llamó especialmente la atención, y es que por lo visto en unas casas abandonadas han formado como una especie de cúmulo de discotecas cuyo ambiente es bestial.

Como anécdota voy a contar que ahí me pilló el partido de champions del Barça-Olympiakos en el que expulsaron a Piqué. Y tú dirás, "este tío ha fumao algo para que me cuente eso". No, me acuerdo porque lo estaba siguiendo con el móvil y al camarero le dio por recoger todos los vasos que había en la mesa mientras yo seguía con atención el partido. Aparté la pantalla del móvil y le dije que no se llevara mi vaso que quedaba medio chupito (un vaso bastante grande) de Malibú. Sin zumo de piña ni nada, sólo Malibú. Y el camarero "no, no, it's empty". Y yo "dale empty, que noooo, it's not empty!". El camarero se ve que metió mi vaso super apretado dentro de otro en la misma bandeja, y al sacarlo se vio que yo tenía toda la razón, el vaso estaba lleno. Y digo "estaba" en pasado porque fue sacarlo a presión y empapamos a todos los que estaban alrededor. Así que si os pedís algo, ni se os ocurra dejarlo a medias.

Resumen de la ciudad de Budapest. Precios asequibles, aunque tampoco tan barata como la pintan, porque por una cena en condiciones se te pueden ir 10 euros perfectamente -esta es otra, ni caso a los precios que te ponen en la carta. Súmale el coste del servicio y los impuestos, que aparecen en la letra pequeña, no sería la primera vez que pides un Goulash por 6 euros y acabas pagando 9-. Monumentos bonitos pero calles que dejan que desear. Si te gusta la fiesta, no está mal para salir, y en líneas generales tiene su encanto. Sobre una valoración de 10, un 7 creo que es justo. Para la próxima entrada del blog, paseando por Viena.

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