15 lugares imprescindibles de Budapest I
¡Hola a tod@s otra vez!
Tenía muchas ganas de escribir este post ya que, desde que visité hace algo más de un año la ciudad de Budapest, me quedé totalmente maravillada y desde aquella se ha convertido en mi ciudad Europea favorita (de las que he estado hasta ahora).
Budapest es conocida como la perla del Danubio y se llama así porque está formada por la unión de dos ciudades: Buda (a la derecha del Danubio) y Pest (a la izquierda). Buda es la parte más histórica, llena de edificios medievales y barrosos, mientras que Pest es la zona más moderna, con oficinas, bancos y tiendas, además de ser el centro financiero.
De las dos, Buda es la zona más difícil de acceder ya que se encuentra en una especie de colina, pero se puede ir hasta ella en funicular. Sea a pie o en funicular, no os la podéis perder porque es en esta parte donde se concentran algunos de los monumentos más especiales e imprescindibles de la ciudad.
Esta ciudad está considera como una de las ciudades con mejor calidad de vida de Europa Central y del Este. Aunque lo cierto es que recuerdo que fue una de las ciudades en las que más gente sin casa vi por las calles, especialmente en una calle por la que pasábamos siempre para ir a nuestro apartamento donde era exagerado.
Ahora quiero hablaros de los lugares que os recomiendo de la ciudad, son todos los que he visitado y lo cierto es que considero que no os podéis perder ninguno de ellos. Es sorprendente la cantidad de lugares históricos de la ciudad que han sido declarados Patrimonio de la Humanidad.
Es por eso que es tan importante dedicarle como mínimo tres o cuatro días a la visita de la ciudad, en mi opinión. Budapest es una ciudad bastante grande, no es como otras ciudades en las que casi todos los atractivos se concentran en el casco histórico.
Conocer a fondo Budapest lleva su tiempo y lo mejor es disfrutar de ella con calma. Nosotros le dedicamos unos cinco días, así que os contaré todo lo que pude ver de esta increíble ciudad en estos días.
Parlamento de Budapest
Este es el monumento por excelencia de la ciudad por lo tanto tenía que estar sí o sí en esta lista.
Este edificio neo-gótico se construyó a finales del siglo XIX y por aquella época era el parlamento más grande del mundo. Se encuentra en la orilla del río Danubio que separa Buda y Pest.
Es increíble tanto desde su exterior como desde su interior. Aunque esto último lo sé por fotografías que he visto, ya que nosotros no accedimos a su interior y no pude disfrutarlo en primera persona.
Pero recomiendo a todo el mundo que visite la ciudad que pague la entrada de 15€ pues es alucinante y se pueden visitar salas como la Antigua Cámara Alta o su impresionante escalera principal. La entrada incluye una visita guiada (de hecho no se puede visitarlo por libre) que ayuda a comprender la historia del parlamento y sus secretos.
Si por lo contrario decidís no entrar y simplemente disfrutar de él desde el exterior como nosotros, entonces os recomiendo pasear por la orilla de Buda, en especial por la noche las vistas son alucinantes como podéis ver en esta foto.
En esta misma parte de la ciudad, subiendo al Bastión de los Pescadores (del que os hablaré detalladamente más tarde) también se obtienen unas vistas inmejorables al Parlamento y el río Danubio.
Otra opción es hacer una especie de crucero por el Danubio y disfrutar de la ciudad desde sus aguas. Nosotros preferimos ahorrarnos el dinero del paseo y divisarlo desde otros lugares a pie.
Zapatos en el Danubio
Este monumento se encuentra también a la orilla del Danubio, de hecho está al lado del Parlamento, y conmemora la muerte de miles de judíos que fueron asesinados durante la Segunda Guerra Mundial, en 1945 durante el Holocausto Judío. Sus cuerpos fueron arrojados después a las orillas de este río y es por esto que ahora se conservan decenas de zapatos aquí. Se le conoce como Monumento a la Memoria de Budapest.
La verdad es que al pasar por allí uno se siente con un nudo en el estómago pensando en todo esto, pero es importante también tener presente todas estas cosas que sucedieron no hace tanto tiempo.
Basílica de San Esteban
Esta basílica es el templo religioso más grande de la ciudad y tiene nada más y nada menos que 96 metros de altura por lo tanto desde su cúpula se tienen unas buenas vistas de toda la ciudad. Para subir hasta lo alto se puede ir a pie o bien en ascensor y hay que pagar sobre unos 2€. Sin embargo para poder visitar el templo hay que pagar algo más, sobre 3€ y algo.
Este edificio es de estilo neoclásico y fue construida a mediados del siglo XIX. Se llama así ya que está dedicada a San Esteban, el que fue I Rey de Hungría desde los años 1000 hasta 1038. De hecho en su interior se encuentra “la mano de San Esteban”, que atrae a muchos húngaros devotos y turistas.
Cuando nosotros visitamos Budapest era Navidad, por lo tanto todos lugares adquirieron un encanto especial con la decoración navideña que inundaba la ciudad. Esta basílica y la plaza en la que se encontraba situada era un claro ejemplo de ello, pues allí mismo había un mercado navideño con un montón de puestos de comida, suvenires, productos artesanales...
Bastión de los Pescadores
¡Este es mi lugar favorito de la ciudad sin lugar a dudas! Como ya os he dicho antes, es un lugar ideal para poder observar desde las alturas el Parlamento de Budapest.
Se llama Bastión de los Pescadores porque antiguamente los pescadores de la ciudad tenían la misión de defender sus murallas desde aquí. Actualmente no tiene ninguna función, simplemente funciona como mirador de la ciudad pues permite ver algunos de los atractivos más impresionantes de la ciudad y del Danubio.
Es una construcción llena de murallas y siete torres en total. Estas torres rinden homenaje a las siete tribus que fundaron Hungría.
Iglesia de Matías
Al lado mismo del Bastión de los Pescadores se encuentra esta preciosa iglesia, también conocida como Iglesia de Nuestra Señora, considerada la iglesia católica más importante de la ciudad pues es donde se coronaron varios reyes húngaros.
Me encantó por sus azulejos de colores, y la verdad que la estampa de esta iglesia junto con el Bastión de los Pescadores de la ciudad es mágica. El lugar que más me sorprendió de la ciudad.
Aunque nosotros no lo hicimos, se puede entrar a su interior y probablemente sea tan bonita como dentro como por fuera.
Balneario Gellert
Budapest es conocida como la capital mundial de los balnearios, y es que la ciudad se encuentra encima de una placa tectónica, provocando que en diferentes puntos de ella salga agua caliente con numerosas propiedades beneficiosas para la salud. Hay cinco balnearios en total en la ciudad, pero yo os hablaré de los dos más importantes y los que yo tuve la suerte de probar en mi visita.
En primer lugar es el turno de este Balneario, el Balneario Gellert. Fue construido en 1918 aunque posteriormente se amplió, y se encuentra dentro del Hotel Gellert (aunque para entrar se accede por una entrada propia al balneario). De hecho, estos baños fueron construidos antes que el hotel con su mismo nombre.
Su piscina principal es una de las imágenes más famosas de la ciudad, de hecho ha salido en anuncios televisivos, revistas, etc. Lo cierto es que a mí me encantó, con sus columnas y estatuas. Sentía como si me estuviese bañando en una obra de arte, y es que en verdad lo es.
La única pega que pongo es que el agua no estaba demasiado caliente en esta piscina y además no estaba permitido bañarse sin gorro, por lo tanto apenas estuvimos 10 minutos en ella hasta que nos echaros porque no nos habíamos comprado un gorro de baño.
Por suerte en el resto de piscinas sí estaba permitido bañarse con el pelo suelto. Estas no eran tan impresionantes como la piscina principal pero al menos sí tenían agua caliente.
Disponen también de sauna, una sala de masajes, etc. Creo que para los masajes es necesario pagar aparte, pero a la sauna se podía entrar perfectamente con la entrada al balneario. Yo nunca he sido muy fan de las saunas por lo tanto al poco de entrar tuve que salir.
Por lo demás, recomiendo cien por cien la visita a este balneario ya que es una experiencia única y las instalaciones son alucinantes. El precio es algo elevado, hay que pagar entre 18€ y 20€.
Teniendo en cuenta que en la mayor parte de los monumentos de la ciudad hay que pagar para entrar, probablemente tengáis que decidir prescindir de algo para no dejaros el bolsillo en el viaje. Por eso es importante tener en cuenta que hay también otro balneario imprescindible en la ciudad que también es de pago, entonces quizás lo más sabio será decidirse entre uno de los dos. Son experiencias bastante diferentes como veréis cuando os hable del otro.
Puente de las Cadenas
Este puente es el más antiguo de la ciudad y también el más famoso. Y no es para menos pues, especialmente por la noche cuando se ilumina por completo, es precioso cruzarlo y ver también desde él el Parlamento iluminado. Destacan las cuatros esculturas de piedra de unos leones guardianes que se encuentran en ambas entradas del puente, una en cada lado.
Este fue el primer puente que unió las ciudades de Buda y Pest antes de que ambas se integrasen en la actual ciudad de Budapest. Se construyó en el año 1849 tras dos décadas de construcciones pero fue destruido a finales de la Segunda Guerra Mundial por los nazis.
Posteriormente fue reconstruido y se inauguró de nuevo en 1949, justo 100 años después de su inicial construcción. Por lo tanto el puente que podemos ver actualmente no es el original.
Hay muchos lugares desde donde es posible observar el puente, pero mi recomendación personal es dar un paseo nocturno por la orilla de Buda y sentarse en uno de los bordes del paseo para admirar tanto el puente iluminado como el Parlamento. Nosotros lo hicimos una de las últimas noches y, aunque nos moríamos de frío, fue genial sentarse allí un rato y admirar todo aquello.
Esto ha sido todo sobre Budapest, ¡por ahora! Muy pronto os hablaré del resto de lugares que no os podéis perder de esta increíble ciudad.
¡Muchas gracias como siempre por leerme!
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