Viaje a Rumanía

Era el primer viaje que haciamos en un grupo de mas de 8 personas, mis amigos de la Erasmus y yo, la primera vez que convergiamos tanta gente de diferentes partes de España: Cadiz, Pais Vasco, Zaragoza, Mallorca, Granada, Madrid, etc... Estabamos emocionados no solo por ser nuestro primer gran viaje Erasmus, tambien por conocer un pequeño fragmento de la Europa del Este, Rumanía, la tierra del Conde Dracula.

Cuando aterrizamos lo primero que hicimos fue cambiar el dinero, alli la moneda no es el Euro, sino el Lei, con 1€ teniamos 5 Leis y nos sentiamos ricos.

Cuando llegamos al Hostel, tuvimos un enfrentamiento con el taxista, ya que no nos quería dar el cambio de vuelta, argumentado que en España "Nos quedamos con el dinero", al final nos devolvio 4 de los 5 leis de la vuelta, El Hostel "Little Bucarest" nos encanto, tanto que lo volvimos a coger a la vuelta de nuestro viaje de Brasov, ya que nuestro viaje era Bucares, Brasov, Bucarest.

Al salir a concer Bucarest, nos encontramos con una ciudad de lo mas imponente, grandes y hermosos edificos, pero todos en un pesimo estado, como si media ciudad estuviera abandonada. y entre esos edificios, se enocontraba el Parlamento, una mole de cemento que es el segundo edificio politico mas grande del mundo, solo superado por el Pentágono de USA. La guía nos explicó el paso del comunismio por Rumanía y los resto que se podían ver por la calle, grandes monumetos, imponentes edificios, etc...

Esa misma noche fuimos a comer a un restaurante que parecía haber salido de Harry Potter, precioso, todo en madera y con un menú de estudiante que al cambio eran 3€, aunque volvimos a pagar de mas, por otro rifirrafe con el encargado.

A la mañana siguiente nos ibamos a Brasov, un pueblo en las montañas, alejado de la ciudad, tal y como entrabamos en Transilvania, notabas que el ambiente era tal y como lo describen los libros, la bruma baja sobre los pinos, las montañas nevadas a lo lejos, un tren que mas que moderno, se mimetizaba con el entorno, parecía que por alli no pasaba el tiempo.

Al llegar a Brasov nos encontramos con un pueblo de lo mas pintoresco, con multidud de sitios donde comer y visitar, definitivabamente, fue mi parte favorita del viaje.

A la mañana siguiente, nos dirigiamos hacia el castillo de Bran (Drácula para los amigos). Esperando por la mañana al bus, con una temperatura baja y una niebla con la que no podías ver mas de 10 metros, vimos como se acercaba un microbus con mas de 50 años entre la bruma, con todo el parabrisas cubierto de rosarios, estampas de virgenes y santos y diferentes adornos ortodoxos, la verdad es que el ambiente era de lo mas sobrecogedor, pero tal y como llegamos al castillo, amaneciò y nos encontramos con un castillo que mas que ser terrorífico era precioso,en medio de un parque verde y en lo alto de una colina. bastante pequeño pero muy recomendable.

Esa misma tarde tambien fuimmos a Rasnov, un pueblo cercano al castillo, que resulto ser una ciudad fantasma, no vimos a mas de 15 personas en todo el pueblo, pero al subir a un mirador ves los Cárpatos y es fascinante.

Ya de vuelta en Bucarest para nuestro ultimo día, decidimos salir de fiesta y relajarnos.

dos amigos y yo decidimos ir a las termas de Bucarest, donde nos pasamos mas de 5 horas balandónos en pisicinas de sal, piscinas climatizadas al aire libre donde haia una temperatura de -2 grados, saunas y baños con cókteles en la piscina, fue una verdadera pasada. Despues de esso, volvimos al centro para salir a tomar algo y salir de fiesta. Acabamos en una calle con bares y dicotecas a ambos lados con mucho ambiente y mucha diversión, fue el broche de oro del viaje.

La verdad es que Rumanía es un país para visitar una vez en la vida, vas a tener que regaterar con la gente y seguramente te intenten estafar mas de una vez, pero mas allá de eso, es un país con unos paisajes naturales preciosos, una cultura muy interesante y unos precios ideales para los Erasmus.