Una semana en Bucarest

¡Hola a todos!

En este artículo, hablaré sobre la ciudad de Bucarest, la capital de Rumanía, la ciudad más poblada del estado y la séptima de Europa.

Mi novio está haciendo unas Erasmus de prácticas allí y, lógicamente, aproveché para hacer un viaje a Rumanía con mi hijo, también porque la ciudad donde vivo (Perugia) ofrece vuelos a Bucarest dos veces a la semana, por precios muy asequibles, con la compañía Wizzair.

Desde el aeropuerto, recomiendo coger un taxi, ya que son muy baratos. El trayecto hasta el centro de la ciudad no debería costarte más de 35 lei, menos de 10 euros (1 euro equivale a aproximadamente 4, 5 lei).

No puedo darte información sobre hoteles y/o hostales porque mi hijo y yo claramente nos quedamos en casa de mi novio, un precioso apartamento supermoderno, en la séptima planta de un edificio frente al Parlamento, que es la estructura más pesada del mundo, la segunda por extensión y la tercera por volumen, también conocida como la Casa Poporului (Casa del Pueblo), como se llamaba durante la época comunista.

Salimos el lunes 26 de junio de 2017 desde San'Egidio a las 15:50 y llegamos a Bucarest a las 18:50 (hora local, una hora más que en Italia). Mi novio ya había preparado una buena cena y nos quedamos en casa. A la mañana siguiente, se fue a trabajar a las 9:00 y mi hijo y yo nos quedamos en el Parque Izvor, muy cerca de casa.

Luego comimos con mi novio, que volvió adrede a casa para la pausa del almuerzo y luego, cuando se fue a trabajar, fuimos al Parque Carol, también conocido como Parque de la Libertad, como se llamaba durante la época comunista. Dentro, además de hermosos jardines, columpios para niños, estanques y pequeños bares, hay varios monumentos como: la fuente Cantacuzino (que data de 1870); la fuente Minelor și Carierelor (construida en 1906); la fuente del Zodiaco (que data de 1934); el Museo Técnico (inaugurado en 1909); un mausoleo construido en honor a los socialistas revolucionarios militares (inaugurado en 1963), dos estatuas de gigantes y una arena romana.

El tercer día, mi hijo y yo visitamos el Parque Cismigiu por la mañana y el Parque Tineretului por la tarde. El nombre "Cismigiu" viene del turco: "cesme" significa "fuente" y "cismigiu" es quien se encarga de la construcción y mantenimiento de las fuentes públicas. Dentro del parque, hay un precioso lago artificial y se pueden alquilar botes a pedal o veleros por solo 15 lei (media hora) o 20 lei (una hora). Además, encontrarás muchas zonas dedicadas a niños y deportistas.

Almorzamos en el McDonald's ubicado fuera de la entrada del parque y luego nos dirigimos al Parque Tineretului, donde hay otro bonito lago (en el que los rumanos se bañaban a pesar del color y la suciedad del agua) en el que chapotean los patos libres.

El cuarto día fuimos a Divertiland, un parque acuático precioso lleno de toboganes y piscinas para grandes y pequeños. Mi hijo y yo nos gastamos 65 lei, poco más de 10 euros. El parque está abierto desde las 10:00 hasta las 18:00 y te aconsejo que compres las entradas en Internet y te ahorrarás la cola para entrar, así como un poco de dinero. Igualmente, antes de ir, estudia detenidamente las promociones que ofrece el parque: hay días en que los niños no pagan; días en que las mujeres no pagan, días en que los estudiantes no pagan, etc.

El quinto día pasé, toda la mañana buscando una clínica dental porque supe que en Rumanía los tratamientos dentales son más baratos, de hecho, muchos incluso van desde Italia exclusivamente para realizarse tratamientos dentales. Me gustaría haberme hecho una limpieza dental, pero no fue posible. La próxima vez lo pensaré primero y tú, si lo necesitas, organízate mejor que yo. Almorzamos en Vacamuuu, un pequeño y agradable restaurante situado en la zona más de moda de Bucarest. La carne es exquisita y la eliges en un mostrador de carne. La carta de vinos es impecable, con vinos procedentes de todas partes y con una amplia selección de vinos tintos locales. El precio quizás es un poco más elevado que la media, pero me quedé muy satisfecha. Por la tarde, visitamos el Jardín Botánico, muy muy bonito. Y por la noche fuimos a dar una vuelta por las callejuelas del casco antiguo de la ciudad, lleno de locales, restaurantes y clubes nocturnos con bailarinas semi desnudas actuando en cubos grandes o directamente sobre las barras.

El sexto día, fuimos con mi novio y su compañero de piso a las Termas de Bucarest, el complejo de bienestar y relax más grande de Europa central, inaugurado en 2016, por lo tanto, su construcción es muy reciente. La estructura se divide en tres zonas diferentes, pero los niños menores de 16 años solo pueden acceder a una, la llamada Galaxy, reservada para familias, con muchos toboganes, piscinas de hidromasaje, baños turcos, hidromasajistas, atracciones, así como restaurantes y bares (también junto a la piscina). El coste de la entrada varía según la edad y las zonas que se quieran visitar, pero está alrededor de los 70 lei, un poco más de 10 euros. Sin embargo, prepárate, porque hay que hacer un poco cola para entrar y llevar tus toallas de playa y tus bikinis, para que no tengas que alquilarlos dentro de las piscinas. En la entrada te darán una pulsera que sirve como llave para la taquilla donde puedes guardar tus cosas y "dinero virtual" para comprar lo que quieras. Al salir, pagará la cuenta y, en caso de que pierdas la pulsera, tendrás que pagar 200 lei, que corresponde al valor máximo que puede gastarse con cada pulsera.

El séptimo día, visitamos el Parque Kiseleff y el Parque Herastrau, que, sin duda, es el parque más bonito de la ciudad. Necesitarás un día entero para visitarlo porque es gigantesco. En el interior encontrará un camino de aventura en los árboles, apto para grandes y pequeños. La entrada para dos horas vale 35 lei para los niños y 45 para los adultos. El problema es que los niños que no van acompañados por sus padres solo pueden hacer uno de los tres recorridos, que dura 10 minutos. Entonces, cuando mi hijo terminó el primero, le pregunté al dueño de la instalación, "que, cuando quiere, hablar italiano", si era posible acompañar al niño a otro recorrido, pagando menos, o si me podía devolver parte del dinero. Finalmente me dejó acompañar a mi hijo sin pagar más.

También puedes visitar el museo al aire libre Dimitrie Gusti National Village, donde puedes contemplar las casas rumanas tradicionales, antiguos molinos de viento, iglesias y mucho más.

Caminando por el parque, encontrarás muchos bares (incluido el Hard Rock Café), un hotel, clubes deportivos y un campo de golf. Asimismo, puedes alquilar un bote pequeño para hacer un recorrido por el gran lago que ocupa la mayor parte del parque y donde puedes ver cisnes blancos y negros, tortugas marinas, patos, etc.

Por la noche, fuimos a cenar al Cara cu bere, que está considerado como uno de los mejores restaurantes de la ciudad; de hecho, estaba abarrotado y a las 21:30 se habían terminado las sopas. La comida seguramente es fresca y de buena calidad, pero lo que elegimos no nos gustó especialmente. Los platos están bien presentados, pero demasiados condimentados, tanto que casi eran repulsivos. Elegimos judías, rollos de carne mixta y col rizada, polenta y salchichas típicas rumanas. Un litro de cerveza y un trozo de pan. Todo por solo 80 lei, alrededor de 18 euros. Además cada noche hay programado un espectáculo diferente. El domingo, por ejemplo, hay bailarines que hacen partícipes a los comensales. Fue muy divertido y bonito. En la carta, encontrarás la lista de las funciones.

El día siguiente volvimos a Perugia. Te aconsejo que vayas al aeropuerto con mucha anticipación, ya que no es pequeño y tienes que hacer la cola normal de control de equipaje y otra para el control de pasaportes.

Nos gustaron tanto estas vacaciones que casi reservamos otro billete de avión a Bucarest. Tengo muchas ganas de pasar otro día en las termas y de hacer una escapada a Transilvania, a Brașov, para ver el Castillo de Drácula.

¿Cómo es el clima en Bucarest?

Bucarest tiene un clima templado, con temperaturas medias anuales de 10 °C. En mi opinión, se parece mucho al clima de Perugia. Quizás es incluso peor. Porque en invierno, en Bucarest, ¡hace todavía más frío! ¡Las temperaturas llegan a bajar incluso a -20 °C! Mientras que en verano llegan tranquilamente a los 40 °C. Enero es el mes más frío y la temperatura media es de -2 °C. En cambio, julio es el mes más cálido y la temperatura media es de 25 °C. Generalmente marzo es el mes más seco y junio el más lluvioso.

¿Qué tal la comida en Bucarest?

Se puede decir que comer en Bucarest es muy económico. No obstante, la cocina local no me gustó mucho. Es demasiado especiada y demasiado grasienta. Se toma "ciorba" en cada comida. Se trata de una especie de sopa a base de salvado, verduras, carne de gallina, ternera y callos. En cualquier caso, hay muchas variantes. Entre los platos típicos, puedes probar los llamados "mititei", que son salchichas de carne de cerdo, cordero y ternera hechas a la parrilla; la "mamaliga", que es polenta; el "placinte", o pasta casera, rellena de un queso muy rico; el "sarmale", o rollos de col rizada rellenos con varios tipos de carne y arroz; la "tochitura cu mamaliguta", que es guiso con polenta; los patos marinados y hecho a la parrilla, servidos junto con aceitunas, y el "ghiveci", que es carne de cerdo asada al horno con varias verduras bien picadas.

¿Qué lugares recomiendas para comer en Bucarest?

Caminando por las calles del centro histórico, te asaltarán, en el sentido más estricto de la palabra, unas chicas muy guapas que te invitan a ir a comer al restaurante para el que trabajan. Yo probé muchos. pero no recuerdo el nombre de algunos. De todas formas, tienes que probar sí o sí el famosísimo "Caru cu bere", ¡considerado el número uno de la ciudad!

¡Solo me queda desearte un buen viaje y una buena estancia en Bucarest!