De Gante a Bruselas

Al tercer día tuve que recoger mis cosas del hotel y despedirme de Gante, porque fui a pasar el día a Bruselas y por la noche cogía el avión de vuelta a Sheffield. Creo recordar que el precio del tren no llegaba a los 10 euros sólo ida.

Cuando llegué, lo primero que me llamó la atención fue que al salir de la estación había como cinco militares con metralletas debido a los recientes ataques terroristas. Además, los fui encontrando por toda la ciudad, sobre todo en los lugares importantes, como si fuera algo totalmente normal.

En primer lugar, no me gustó mucho el hecho de que fuera una gran ciudad. Como ya dije en otro de mis blogs, soy una persona que prefiere las ciudades pequeñas y acogedoras, y Bruselas era todo lo contrario a eso. Aunque estuve todo el día con la ayuda de Google Maps, me perdí más de una vez gracias a mi gran sentido de la orientación. 

Lo que más me impresionó fue la Grand Place, la que esperaba encontrar cubierta de flores, tal y como había visto en fotos y postales. Sin embargo, poco después me enteré de que las flores sólo se ponen en agosto. Aunque no era tan bonita como la de Brujas o la de Gante, los edificios son innegablemente magníficos, y resaltan por sus tonos dorados. Ahí mismo se encuentra el Ayuntamiento, el Museo de Chocolatey el Hard Rock Café, visita obligatoria para los fans del rock y las hamburguesas gigantes.

Grand Place

Allí cerca se encuentra uno de los símbolos de Bruselas, el Manneken Pis, que no es más que una simple estatua de un pequeño niño sobre una fuente. Pero lo cierto es que tiene mucho éxito y es muy dificil hacerse una foto sin que salgan 20 turistas por detrás.

Cabe destacar el gran Palacio de Bruselas, que está justo en frente del Parque de Bruselas, donde se encuentra el Teatro Real del Parque. Justo al lado hay una serie de museos de arte, justo al lado de la Place Royale, situados todos juntos para mi mayor comodidad. Yo decidí entrar en el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica. Había taquillas para dejar las cosas y menos mal, porque era muy, muy grande. La entrada costaba unos 3 euros, pero yo entré gratis porque había un día en la semana (no recuerdo cuál) en el que el museo era gratuito.

Place Royale

La Tentación de San Antonio de Dalí en el Museo Real de Bellas Artes de Bélgica

No recuerdo cuánto tiempo pasé allí, pero seguro que más de dos horas, y no pude terminar de verlo porque era demasiado grande y estaba muy cansada. Cada planta y cada sala estaba dedicada a un pintor; a muchos de ellos no los conocía, pero aún así fue interesante. De todas formas, el museo me gustó bastante y además me encontré por sorpresa uno de los cuadros más famosos de Dalí, el de los elefantes con las patas larguísimas. 

A parte de ese museo también me encontré el de Instrumentos Musicales, que aunque yo no entré, tenía muy buena pinta. Estaba justo pasando un parque alargado y bonito llamado Mont des Arts.

Otro de los grandes atractivos de la ciudad son los murales en las paredes, que, aunque un poco difíciles de encontrar si vas corto de tiempo, merece la pena buscar alguno. 

Mural de Tintin

Otra de las razones por las que digo que Bruselas es demasiado grande es porque la escultura Atomium, símbolo de la ciudad, estaba a más de una hora andando del centro, por lo que evidentemente no pude ir a verla.

Por la tarde fui andando hasta la estación Bruxelles Midi, desde la que salía un autobus directo al aeropuerto. Me costó 14 euros, que lo veo bastante caro teniendo en cuenta que el servicio del aeropuerto Charleroi a Gante me costó 15 euros. Como siempre, recomiendo comprar los billetes tanto de tren como de autobus con antelación para evitar líos.

A mí personalmente me gustó Bruselas pero no tantísimo como Gante y Brujas. Pienso que éstas últimas son mucho más bonitas e impresionantes, aunque no tienen la denominación de una de las capitales más importantes de Europa. Por lo tanto, ante la duda para los visitantes, recomiendo otros lugares de Bélgica antes que Bruselas.

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