El examen de idioma // Language exam
Es curioso. Cuando comenzó lo que a mí me gusta llamar mi aventura erasmus, todo pintaba estupendamente. Aún no había hecho ni tan siquiera el examen de idioma, y ya me imaginaba por las calles de la fría República Checa, rodeada de nieve, de ambiente universitario, y de pívo (cerveza en checo). Además, el destino que tenía en mente era precioso: ya que Praga no estaba en la lista de destinos, me había decantado por Brno, la segunda ciudad más grande, con una estupenda fama por su inmejorable ambiente universitario. En cualquier caso, ya digo que los trámites aún no habían ni empezado.
En diciembre hicimos el examen de idioma, en mi caso, en inglés. Lo cierto es que siempre he presumido de desenvolverme bien con este idioma, de modo que fui de;sobrada; al examen, lo que supuso mi primer error. El examen de idioma no es difícil en sí, pero aquellas enormes y sórdidas aulas me recordaban a mis exámenes de PAU, y no es que eso me tranquilizase. Eso por no hablar de los siempre;tan amables; profesores (sin ánimo de ofender, seguro que hay alguno agradable, lo que pasa es que no he tenido el placer de coincidir con él) que te entregan esas estériles hojas que parece que chirrian al deslizarse unas sobre otras. En fin, la parte de gramática no fue ni tan mal, templé los nervios y fui a por ello. El problema llegó con la parte del listening. ¡Oh cuán ingenuos éramos los que allí procedíamos a examinarnos! Como ya he dicho, las aulas eran gigantescas, obscenamente ingentes, de manera que si habías tenido suerte y te había tocado en las primeras filas (junto a la minicadena que reproducía aquellas voces de ultratumba hablando en inglés), te enterarías casi bien de la conversación, si no, estabas perdido. Yo estaba perdida. Enorme debió ser mi insolencia al preguntarle a un;amable; profesor si podía cambiarme de sitio, porque puso cara de haberse ofendido y, después de fruncir el ceño, negó con su cabeza.
Pero bueno, el examen pasó y la calificación fue más que suficiente. De modo que,;don't worry;, que no es para tanto;-).
Siguiente post: Hablaré del maravilloso mundo de la administración de las universidades (al menos, de la mía) y de su incontestable eficacia. Os daré algunos consejillos para no desesperaros.
na*ta
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