Y ya sí hace un año...

Buenas noches, Erasmusueros. Sé que soy una mala Erasmusu pero bueno hoy paso a saludaros y os dejaré que cotilleéis un poco en lo que está siendo y ha sido este primer año de depresión post-erasmus.

Mayormente se resume en que tengo muchísima menos libertad (porque ahora vivo con mis hermanos y eso es como volver a vivir con mi madre) y me revienta siendo una persona tan aventurera. Por mis labios siguen pasando muchos chicos, aunque no tantos como en Brighton y sigo sin encontrar a mi príncipe, entre otras cosas porque creo que los espanto cuando ven mis ganas de no perder el tiempo y darlo todo a una persona sin más complicaciones ni etiquetas. Tengo claro que quiero conocer bien a la persona con la que voy a estar pero eso no implica que sea masoquista y quiera que pasen de mí o que ese chico se bese o se acueste con otra. Pero bueno, ya dejaré de sufrir y me pasará algo parecido a lo que he leído en el blog de Beatriz Luzón.

Los últimos acontecimientos me han hecho valorar la castidad de la que disfrutaba cuando era más jovencita. Y por tanto, he vuelto a ella. No sé cuanto tiempo aguantaré pero mi fe es fuerte y no dejaré que me toreen como a una niña.

Tras volver de Brighton, casi todo en mi vida han sido tristezas y malos ratos si quitamos los buenos momentos que he compartido con mis nuevos compañeros de clase, mis amigos y mi familia. Las navidades que en 2010 fueron tan especiales se convirtieron al año siguiente en un tormento en el que mil cuchillos se clavaron en mí pero bueno son malas rachas que al final recordamos como épocas de cambio en las que nos hicimos más fuertes.

Por lo demás, no puedo quejarme porque voy a poder seguir estudiando otro año más, y más valorando lo que muchos estáis pasando en vuestras casas. Ahora toca preparar los exámenes de septiembre y ser una buena chica, en la medida de lo posible.

Y os preguntareis que pasa con mi experiencia Erasmus un año después, supongo… Pues me ha hecho valorar todo lo que tengo y lo que soy porque me aportó tantas cosas que sería imposible enumerarlas aquí como beneficios a mi personalidad, a la forma de tratar a las personas y en mi forma de vivir. Si no escribo, no es porque no quiera sino porque me duele cuando lo hago y sinceramente prefiero no sufrir más de lo que ya lo hago a diario.

Pretendo olvidar sin olvidarme de lo bueno que hay en mí, gracias a esa experiencia. Y creo que todo el mundo hace lo mismo porque la mayoría de los amigos que coseché entonces han desaparecido de mi día a día para formar parte de mi corazón o mi cabeza.

Por supuesto, que me encanta reencontrarme con ellos porque les considero grandes pero cada uno está en su puesto, luchando por sus sueños y llevándolos en el mismo lugar que les llevo yo.

Esta noche me voy a dormir feliz porque estoy en paz con vosotros y con ellos. Os deseo lo mejor como siempre