¿Y qué ha cambiado?

Cambié a Henry por una cucaracha (aspiradoras). Cambie los shorts por vestidos (que ahora me pongo mucho más para salir). Cambie el campus por la ruta del calamar (la zona de bares donde vivo). Cambié el 25 por el 20d (que no tiene versión nocturna). Y también tuve que cambiar a Guiomar y Gina por nadie porque jamás podré igualar la relación que tenía allí con ellas con otras personas de aquí. Cambié las copas con Rafa a los cafés con Rafa. Cambié las tertulias a pie de puerta de mi cuarto con Carol y Kali sobre chicos por las tertulias con Toni por Whatsapp. Cambié las charlas disparatadas con Victor y Pablo por simples comentarios en sus estados de Facebook. Cambié Facebook por Twitter porque no podía soportar que me mandaran 10 eventos semanales de lo que pasaba en Brighton. Cambié los miércoles de Oceana y los viernes de Wahoo semanales por los jueves de la Mae casi mensuales. Cambié las tiendas de West Street y su centro comercial por las de Recogidas y la Cañada. Cambié los perritos calientes de desayuno por los molletes con aceite y sal. Cambié los meal deals por los paninis y las tapas de Granada.

Y jamás creía que me pondría a llorar desconsoladamente por cambiar tantas cosas en mi vida y tratar olvidar lo bonita que mi vida era allí. Y sí, reconozco que muchas veces no llamo o hablo a la gente que conocí en Brighton por seguir siendo feliz egoístamente. Pero a veces me digo que una experiencia tan buena no puede sino traer más cosas bonitas, si caben, a tu vida.

Mi vida en Granada ha cambiado desde luego porque nunca me habría visto quedando con Carol para irnos por ahí las dos. No me veía con los cojones que tengo ahora para afrontar la vida pero es que tenemos que crecer y yo ya voy camino de los 24... Solo quería deciros que:

La esencia es la misma pero sí ha cambiado la forma de expresar lo que hay en mí;