Sorpresas y decisiones

Hoy he estado de viajecito. Cada vez que viajo (y supongo que a todo el mundo le pasará igual) me sorprendo. Hoy la paz que me transmite estar en el campo me ha sorprendido ya que ultimamente estaba de los nervios por estar tan feliz y a la vez estar esperando ese día que tanto deseo que llegue: el 26 de mayo.

Pero ahora también tengo otra fecha en la cabeza y es alguna próxima al 2 de julio. Todo cambiará ese día porque puede ser un fin pero también un principio. Ese fecha puede decir mucho de mi como persona porque la Nuria de hace unos años simplemente se conformaría con lo fácil que es decir adios y volver a casa para las vacaciones pero voy a poner todo mi empeño en que no sea así. Voy a quedarme unos meses más y es que mis padres harán un viaje atípico para recoger al menos la mayoría de mis cosas pero espero que ese crucero no me lleve a mí. Me encantaría poder pasear por el Atlántico pero me he determinado a estar trabajando aquí este verano si Dios quiere.

Ha sido una grata sorpresa pero hay momentos en la vida en los que uno sabe que debe hacerse mayor. Y este es uno de ellos. Ahora toca llevar a cabo esta decisión con madurez porque ya no puedo ser una niña por más cómodo y bonito que eso sea. La vida está para vivirla y eso es lo que yo quiero hacer, con todo lo que venga.